Carlos Lozano, embrujado por Miriam, la peruana bruja incaica
- Al presentador el exceso de testosterona le está jugando malas pasadas, aunque luego, en el fondo, está demostrando ser más blando que el paté. Se le va la fuerza por la boca. ¡Qué manera de hacer el ridículo!
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Ay, esos hoyitos. Ese cuerpo serrano, esa forma de bailar el baile del gusano que enardeció a Isa Pantoja (22 años) y a Jorge Javier Vázquez (48). Me cuentan que presume de que le gustan las bajitas. Él se lo pierde. Miriam Saavedra (24) y Mónica Hoyos (41), dos diminutas diosecillas peruanas, no demasiado incaicas, le están hincando el diente hasta convertirlo en un zombi. Si pensaba que por lo del tamaño iban a ser más manejables en todos los sentidos, a Carlos Lozano (55) le ha salido el tiro por la culata.
Una amiga que lo idolatraba y lo llevaba en la carpeta pegado al pecho cuando ella era una adolescente y él presentaba OT me dice que le da algo de repelús, especialmente tras el numerito que le montó a su ex en la Casa de GHVIP con la tremenda discusión que protagonizaron.
No es la única. Lo machacaron en las redes sociales. Yo voy a romper una lanza en su favor. Quedará políticamente incorrecto lo que voy a decir, pero me pareció muy mal escuchar a Ana Rosa Quintana (62) recriminándole lo mal que había hablado a una mujer. No se le habla así ni a una mujer, pero tampoco a un hombre. Y los aspavientos de Mónica alejándose de su pareja como si fuera a atizarle, sobraban. Carlos no es El Yoyas, por mucho que explote su faceta de muchacho de barrio chulángano y pendenciero. Carlos era el modelo que estaba como un queso de Mahón y triunfaba en los ochenta. Julio Ayesa, relaciones públicas internacional que manejaba el cotarro por aquellos tiempos, recuerda "cómo le vi desfilar para Dior en aquella época en París, era un hombre muy sano, un tipo simpático y sin vicios que estaba considerado como el mejor top model español de aquellos tiempo".
Y de su época en OT otro tanto de lo mismo. Alguien que trabajó con él cuando presentaba OT lo recuerda así: "Generoso, espléndido, jamás dio un problema. Siempre dispuesto a ayudar. Un profesional magnífico de quien solo se puede hablar bien. Un tipo sencillo que enamoraba con su trato. No había ningún problema con él. Quizás se equivocó al negociar cuando acabó OT en TVE”.
A Carlos, recuerda un insider de la moda que prefiere permanecer en el anonimato, "le ha perdido su mujer, que se ha dedicado a destrozarlo por los platós. Mucho mejor le hubiera ido con una novia aristócrata o modelo como él, alguien menos vulgar. Pero también le ha perdido el estilo de vida que ha llevado. Lo tenía todo, era el top model macho, macho, no una locaza de las que se ven y se veían por muchas pasarelas". Mi amigo es gay, lo digo, que luego se dedican a incordiar con que si eso no se debe decir o dejar de decir. Y además tiene toda la razón. Hasta el disputado Andrés Velencoso (40), por quien Kylie Minogue (48) y Úrsula Corberó (29) perdieron la cabeza, es una dulce florecilla al lado de Carlos.
Pero es precisamente ese exceso de testosterona el que le está jugando malas pasadas, aunque luego, en el fondo, esté demostrando ser más blando que el paté. Se le va la fuerza por la boca. ¡Qué manera de hacer el ridículo con Miriam Saavedra! La escena no pudo ser más ridícula: "Me da vergüenza besarte, he comido bacalao". Y él: "No te preocupes, cariño, has comido canelones".
Encuentro un cierto paralelismo entre Pipi Estrada y Carlos. Ayer llamé al periodista deportivo y no estaba muy de acuerdo. Las similitudes van mucho más allá de que sus dos amores llevaran el mismo nombre. Ambos han visto destrozada su imagen en Telecinco, y a ambos los odiaban los tertulianos de Sálvame. Hasta el punto de que Carlos tuvo que abandonar el puesto de defensor de la audiencia cuando la situación llegó a ser casi ten tensa que llegué a pensar que el día menos pensado me lo envenenaban con un polvorón en la merienda. Esto es lo que me ha dicho Pipi cuando le he llamado: "Carlos ha cometido el único pecado que no toleran los colaboradores de Sálvame. Que les digan la verdad. Es incomprensible cómo ese programa tiene en nomina a alguien con un atestado delictivo del año 2010 como Kiko Matamoros (61), a quien su propio hijo ha acusado en el Deluxe de patear a su madre cuando estaba embarazada. Y también a alguien como Kiko Hernández (42), con antecedentes tras condenado a seis meses de prisión por un delito de apropiación indebida de 14.000 euros. Tienen gente así en nómina y luego se critica a alguien como Carlos como si fuera una persona agresiva o violenta".
Con respecto a Lozano afirma: "Está más perdido que Tarzán en Nueva York. Tiene una ex, Mónica Hoyos, que sigue enganchada sexual o emocionalmente a él y no le deja en paz. Y está locamente enamorado de una mujer, Miriam, que tal vez no le quiera tanto como él cree". Y añade: "Yo le recomendaría a mi amigo que ponga tierra de por medio inmediatamente. Que lo haga por su salud mental. El tiempo juega en su contra, no se puede dar marcha atrás, y cuanto más se exponga, más difícil le será retomar sus proyectos como presentador". Buen consejo.
A fin de cuentas Pipi tiene los huevos repartidos entre distintas cestas. Colabora en diversos programas deportivos, no es un hombre de tele, como Carlos, quien llegó a ser el presentador mejor pagado de la televisión. Por aquel entonces despotricaba, lo recuerdo muy bien, de Jesús Vázquez (53). No le gustaba, me dijo en una ocasión, que el gallego hubiera tirado los precios. Fue él quien se quedó con OT.
Ahora Jesús, a pesar de estar más quemado que Donatella Versace (63), va al bautizo de María Zurita (43) y junto con Jorge Javier se merienda toda la programación de Mediaset. Y es que no basta con llegar, hay que saber mantenerse. Calcular los pasos, no hablar más de la cuenta, medir tus palabras, elegir tus amistades y saber rodearte de las personas adecuadas. Y también, por supuesto, tener amigos poderosos que consigan hacer olvidar o tapar el más mínimo traspiés que puedas haber dado. El consejo de Pipi no es malo. Carlos es aún un gran presentador, y se está cargando su presente y su futuro tanto en España como en Perú por culpa de una mujer que no lo merece.
El roneo de Mónica con Miriam
Mónica, durante la discusión con su exmarido, le dijo a su hija: "Apaga la tele". Oír de boca de la novia de papá cómo le dice "me gustan tus labios", "te quiero" o "vente a dormir conmigo" sí que puede confundir o al menos resultar molesto para la hija de Carlos Lozano. Pero volvamos a Mónica, ¿acaso no quería, supuestamente, proteger a su hija alejándola de ella cuando el presentador y su última novia vivían bajo el mismo techo? ¿No la consideraba una influencia perniciosa para su hija? ¿O quiere hacer daño a Carlos porque sigue enamorada de él, o se está subiendo al carro de Miriam, con miles de apoyos en las redes sociales? Cuando la relación se rompió jamás se oyó a Carlos decir una palabra en contra de su exmujer. Ha sido un buen padre, y nunca se ha metido en la vida sentimental de Mónica. Ni siquiera cuando inició una relación con Cayetano Martínez de Irujo. Fue la suya una historia que duró un suspiro, concretamente la portada de un ¡HOLA!. No hace mucho, en una fiesta, Mónica Hoyos, en un aparte, me confesaba: "Ya los ves, a los dos, con mujeres treinta años más jóvenes que ellos. Como está el mundo. Lo que son las cosas".
Lo que son las cosas, Miriam, ahora tú estás roneando con una de ellas. Yo en el fondo sospecho que Miriam es más de bacalao que de solomillo. Si hasta le tiró los tejos a Sandra Barneda antes de entrar en la casa. Carlos… ¡Háztelo mirar! Deja de hacer el ridículo. No te sientan bien los culebrones peruanos.
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