Pocos actores hay en la industria del porno con la trayectoria de Martin Mazza (40 años), conocido también como el Nacho Vidal del porno gay, o Pedro Esquerdo López -su auténtico nombre-,fuera de cámara. Nació en el seno de familia tradicional, estudió en el Opus Dei y estaba destinado a ser un publicista de éxito, formación que recibió en el CEU. Pero el destino tenía otros planes que le llevarían a convertirse en Martín Mazza, con casi 700 películas rodadas.
Tanto Pedro como Martín no consideran el sexo ningún tabú. Todo lo contrario, para este actor el sexo es casi como un deporte, es una manera de socializar, de conocerse más. "En exceso es malo, como si estás todo el día bebiendo vino, no es bueno. Pero creo que de vez en cuando es una forma que tiene la gente de socializar", comenta a JALEOS.
Actor porno de profesión, es un referente en este sector y ha sido nominado a los permios NINFA en la categoría de mejor actor porno gay de esta edición, certamen que se celebrará este fin de semana en El Salón Erótico de Barcelona.
¿Cómo se inició en el mundo del porno?
Estudié en el Opus Dei, y trabajé en Globus, una revista de diseño interior, y la verdad es que tenía una vida súper aburrida. Mis compañeros eran todos de 40 o de 50, pero yo tenía 22. Entonces quería cambiar y vivir la experiencia de rodar una película porno. Mandé un mail a una productora de Estados Unidos, Falcon, fui a rodar una película, me salió bien y terminé rodando 20.
Viajar a Estados Unidos para grabar una película porno por primera vez es toda una aventura, más cuando se tiene 22 años, ¿Cómo fue esa primera escena?
Estaba muy nervioso. Cuando empecé en el porno no había ninguna referencia de actores pornos gay. Empecé a investigar para hacerles preguntas, para saber si me violarían, si había drogas o si abusarían de mi. No pude encontrar nada, así que dije: 'Bueno, voy a estar tres días, y si no me gusta me vuelvo'. Pero la verdad es que fue todo lo contrario a lo que me esperaba, gente súper amable, súper educada.
En el 'mundillo' le conocen como el Nacho Vidal del porno gay, ¿se identifica con ese mote?
Lo de Nacho Vidal no sé las razones, porque él es un profesional auténtico. De él traté de aprender mucho, yo me fui a Estados Unidos y aprendí mucho de los actores de allí, que es lo que ha hecho Nacho Vidal. Se aprende mucho porque son actores porno de verdad, interpretaban un papel que era de seductores, masculinos, de macho, de viriles, de sensuales y de sexuales. No hace falta ser el más guapo o el más viril, tienes que saber dar a la cámara, como muchos actores en el cine convencional.
¿Cómo se prepara para grabar?
Ser actor porno está ligado al tema sexual, que también va unido con la simpatía, con tener buen espíritu… tienes que brillar. Yo, por ejemplo, no me puedo permitir estar deprimido tres meses, siento que entonces me tengo que sentar delante de una oficina o cambiar de trabajo.
¿Eso también afecta a la capacidad de estar erecto?
Sí, al estar erecto y al transmitir delante de una cámara.
¿Cuántas horas puede aguantar erecto?
Tenemos que hacer pausas, y sí que tomamos viagra. Pero la película que más tardé en grabar, The Missing, estuvimos grabando 12 horas sin parar.
Para aguantar tanto tiempo, ¿tiene algún tipo de mantenimiento o preparación física?
Sobre todo preparación mental, trato de cultivar mi mente. Rodearme de gente positiva y no hablar mucho de mi trabajo porque al final el sexo, en exceso, me parece tóxico. Yo no tengo un vicio sexual, es mi trabajo y a veces tanto sexo me perturba y no pienso las cosas claras.
A través de las redes sociales de lo que hablo, de lo que escribo, de lo que me preguntan es de sexo. Los mensajes privados, todos, tienen que ver con hacerme una oferta, con gente que quiere tener algo conmigo o me manda imágenes de sus partes.
¿Le mandan muchas imágenes sexuales?
La mayoría de mensajes, pero es que ya ni los leo.
Tiene una carrera muy larga con muchísimas producciones, ¿cuál es la película que más le ha gustado grabar?
Las tres películas que me consagraron: Missin, Ivy League, que la grabé con el actor porno más conocido del momento, que en este sector sería como hacer un dúo con Madonna y fue una película en la que se gastaron muchísimos miles de dólares; y Líbano.
Esta última fue todo un hito en su carrera y en el sector del porno, pues fue el primer actor porno gay en grabar una película en el país, en una zona donde podía haber recibido penas de muerte o cárcel si hubieran sido cazados en medio del rodaje.
¿Con cuántas personas podría haberse acostado?
Buff… muchísimas, no lo sé. Es que hago también shows los fines de semana con otros actores, hay películas donde hay orgías que a lo mejor hemos sido cinco. También en mi vida, aunque no soy una persona muy sexual, hay veces que en una semana he estado con tres o cuatro chicos distintos de entre todas las ofertas que he tenido.
¿Le reconocen por la calle?
En Chueca los gays sí que me conocen, más o menos. Por lo menos mi cara les suena. Pero te digo una cosa, no he tenido ningún problema de aceptación con nadie, ni mi familia, ni mis amigos, ni tan siquiera mi colegio del Opus Dei, Aitana (Alicante), que sigo yendo a la reunión que tengo con los de mi clase en navidades. Ni por ser gay ni por ser actor porno.
Una cosa es Martín Mazza, pero ¿cómo es Pedro?
De ser Pedro a Martín es como una máscara, como las drag queens que se transforman en el escenario. Yo en mi vida soy Pedro, un chico que pasa desapercibido, tímido, hablo poco, tengo mis amigos de toda la vida, mi casa, si tengo pareja tampoco tengo una pareja abierta… Y luego está Martín Mazza, el más follador de todos.
¿Qué le gusta hacer fuera de cámara?
Me gusta mucho el campo, los animales, la naturaleza, estar con mi familia. Antes era más fiestero, pero ya no.
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