Este pasado lunes la modelo Marisa Jara (38 años) tenía que ser intervenida de urgencia en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz para extirparle un tumor cercano al colon. Se ha tratado de una difícil operación en la que los facultativos le han quitado parte del intestino grueso y el colon.
En estos momentos, la maniquí se encuentra en planta después de haber pasado la noche en la UCI. Jara ha contado desde el principio con el apoyo de su familia, según informa la revista Mujer Hoy. Según personas próximas a la modelo, se trataría de un liposarcoma, un tumor que suele aparecer en zonas de células grasas de cualquier zona del cuerpo, pero que es más frecuente en los músculos de las extremidades o en el abdomen.
Después de esta intervención, todo hace indicar que el tumor deberá ser analizado para conocer sus características y, de ese modo, comprobar si precisa de un tipo de tratamiento específico, como puede ser la radioterapia o la quimio. A la espera de estos decisivos resultados, la modelo no se ha pronunciado al respecto, aunque es posible que su último mensaje en Instagram hiciera constatar, de forma indirecta, el duro trance por el que está pasando la expareja de Joaquín Cortés (49).
"Siempre aprendiendo y sorprendida de como te puede cambiar la vida en solo unos segundos, haces tus planes, tienes tus sueños pero nunca sabes lo que va a acontecer... vivamos siempre los momentos y vivamos felices, con paz con calma y sobre todo con buena actitud y positividad", publicó este lunes.
Marisa, una vida de lucha
Lo cierto es que la vida de Marisa no ha sido fácil. En mayo de 2017 Jara publicó el libro La talla o la vida, en el que relató su calvario con la comida y los cánones de belleza esclavos que reinan en el mundo del modelaje. La moda era su sueño pero cuando llegó a ella, empezaron las sombras: "Mi vida era un constante dilema entre mis problemas de peso y mi relación con la comida: siempre tenía hambre, pero también quería salir en las páginas de Vogue… si quería seguir trabajando al mismo nivel, estaba claro que necesitaba ayuda, pues mi ansiedad estaba constantemente al acecho. Ser modelo y atiborrarse de comida a la mínima oportunidad no eran compatibles. No podía pretender comer de la misma manera y al mismo tiempo mantener una talla 36".
Sin ser consciente de ello, la bulimia nerviosa entró en su vida. Empezó a ingerir alimentos en exceso, y de forma recurrente, para después provocarse el vómito. "La obsesión por perder peso me atormentaba constantemente y pensaba que, si vomitaba todo lo que había comido, no engordaría. Pero estaba muy equivocada, a pesar de eliminar de mi cuerpo lo que había ingerido, seguía engordando". Fue entonces cuando Marisa Jara empezó a sentirse muy débil y a sufrir desmayos en los castings producidos por bajadas de tensión y azúcar. "También empezó a caérseme mucho el pelo. Aquellas deficiencias nutricionales afectaron también a mis uñas, que empezaron a volverse quebradizas y blandas".
Después de haber desfilado en las mejores pasarelas del mundo con las mejores marcas, Marisa Jara hoy está centrada en su nueva faceta como modelo curvy. Una profesión que compagina con su firma personal de joyería Jade Jara y su blog en El Mundo. La modelo ha estado casada en dos ocasiones: la primera con el empresario Chanté Gómez y la segunda con Manuel Vittorio. Otras parejas conocidas han sido el bailarín Joaquín Cortés (48) y el cantante Manu Tenorio (41).