Un soplo de aire fresco en forma de buena noticia ha llegado a la vida de María Teresa Campos (77 años). Y lo hace en uno de sus momentos más difíciles a nivel personal, cuando tiene a su hija Terelu Campos (52) en el hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz recuperándose de una doble mastectomía y de su, en este caso, posterior reconstrucción de senos. La matriarca del clan Campos se encuentra "muy contenta" con la evolución de la colaboradora de Sálvame y, poco a poco, se atreve a sonreír. Ahora, según ha podido conocer JALEOS, tiene otro motivo por el que celebrar más allá de la buena salud.
Por fin María Teresa está cada vez más cerca de despedirse para siempre de su casoplón en Las Rozas, ese que llevaba años intentando vender y para el que, tal como desveló este periódico a mediados de agosto, halló un potencial interesado.
Dos meses más tarde, hay importantes novedades en cuanto a la venta de esa casa. Según fuentes consultadas por JALEOS, María Teresa ha llegado a un acuerdo clave con el comprador: el contrato de arras ya está listo. Eso sí, la transacción se está llevando a cabo "con tranquilidad" y sin ninguna prisa. En estos momentos, la prioridad para Teresa Campos es la salud de su hija mayor y todo lo demás ha pasado a un segundo plano. Puede que por ese motivo se desliza a este medio que la malagueña ha llegado a un convenio de espera de "varios meses" con el tratante. Pese a esto, la persona con la que contacta este digital apunta a que la que fuera presentadora de Qué tiempo tan feliz y Edmundo Arrocet (68) buscarían nuevo hogar cerca del dúplex de Terelu Campos.
Sabida es la intención que siempre ha manifestado la Campos de desprenderse de su gigante hogar de 2.000 metros cuadrados de vivienda y 6.000 de jardín para irse a otro de dimensiones más discretas cerca de sus hijas. En esta ocasión, la recaída en la enfermedad de Terelu habría inclinado la balanza de María Teresa: "Desea estar muy volcada en ella".
Una venta complicada
Teresa ha sufrido mucho con la venta de esta casa. Le ha costado ímprobos esfuerzos deshacerse de ella. Esta impresionante mansión fue adquirida por la veterana presentadora de Telecinco hace algunos años como "patrimonio familiar", como ella misma lo ha definido en más de una ocasión. "Yo no he sabido invertir en nada y eché todo el dinero aquí", ha asegurado en alguna entrevista.
Se trata de dos casas fusionadas. Y es que, Teresa compartía techo e instalaciones con su hija Carmen Borrego (51), su yerno y su nieta. Sin embargo, con los años la benjamina del clan se mudó y María Teresa se quedó sola en semejante mausoleo, tan solo acompañada, al principio, por el servicio y, más tarde, por su pareja Bigote. "Es una casa demasiado grande para dos", ha opinado la malagueña en este tiempo.
Ante este panorama, optó por ponerse en manos de algunas agencias inmobiliarias. Entre ellas, Engel & Völkers -una de las más reconocidas entre los vips- para que le gestionaran la venta por 4,5 millones de euros. Tras meses de mala suerte y de promocionarla en entrevistas como la que le concedió a Bertín Osborne, un día el anuncio de la casa desapareció del portal y un comprador llamó a su puerta.
Mejor suerte tuvo con el ático de Aravaca
Este estaba justo enfrente de la casa de su hija Terelu y lo publicitó en el reality Las Campos. Por él se embolsó 1.300.000 euros después también de un largo tiempo de espera hasta conseguir el comprador más interesado. Le costó tanto encontrarlo que tuvo que rebajar el precio inicial, que era 200.000 euros superior. La vivienda era un dúplex con ascensor de 730 metros cuadrados. Tenía cuatro habitaciones, de las cuales tres eran tipo suite con vestidor, y en el cuarto principal había nada menos que dos vestidores, un baño e incluso un salón privado. La cocina era inmensa y el gran salón común de la vivienda tenía 180 metros cuadrados y una terraza de 150 metros con piscina y barbacoa. Desde luego, toda una adquisición de lujo para su nuevo dueño.
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