Julián Contreras (32 años) ha reconocido lo que hace unas semanas desmintió: está arruinado y desahuciado, y su situación económica es cuanto menos alarmante. El hijo de la desaparecida Carmina Ordóñez atraviesa por su peor momento. Tan solo vive al mes con 160 euros, sin un techo fijo donde dormir cada noche y con un padre enfermo de una progresiva ceguera.
"Yo ahora tengo mi vida en tres maletas y mi padre en cinco. Es lo único que hemos podido salvar después de que nos echaran de la casa. El resto, mi ropa, muebles, fotos, los libros, que son mi vida, eso está todo perdido", ha asegurado, derrotado, el benjamín de los Contreras en una entrevista para La Razón.
De nada le ha servido esquivar la realidad; el hecho es el que es. Julián se ha sincerado sin tapujos. "Yo cometí el error de ir a un juez y reconocer mis deudas, y ahora no puedo ni pagar lo que debo. Te ponen grilletes virtuales. Si me meten en Soto del Real, viviría mejor. Por lo menos tendría asegurada la comida", ha manifestado en alusión a su penuria económica, que comenzó con la solicitud de un crédito bancario que lo llevó, irremediablemente, a dejar de pagar a sus proveedores y luego el alquiler de su vivienda.
"Me siento en exclusión social"
Una situación que no supo controlar y fue a más: "Me creí las mentiras del emprendimiento. Yo estaba como garante solidario y ahora tengo un administrador concursal al que lo doy hasta los tickets del supermercado". Contreras ha desvelado cuáles son los emolumentos que recibe en la actualidad: "Me siento en exclusión social. Llevo dos años en concurso de acreedores. Vivo con 160 euros al mes. Uno cree que esto solo le pasa a las familias desestructuradas, pero no es así. He pasado hambre, he vivido sin luz, sin agua, sin gas... Te dejan sin margen y te vas ahogando". Hacienda le retiene 1.118 de 1.300 que cobra, algo que le sangra en el día a día: "¿Cree que se puede vivir así? Es un nivel de asfixia... No puedo alquilar, ni dar de alta un móvil, ni abrir una cuenta bancaria, ni tener tarjeta de crédito. Estoy en un registro de morosos y en cuanto un banco pone mi DNI sale todo lo que debo".
Julián y su padre viven cada día sin un techo fijo, algo que le está afectando sobremanera al que fuera pareja de Carmina Ordóñez: "Mi padre se está quedando ciego. Imagínese cómo se vive esto si cada noche dormimos en un sitio distinto. Lo más lesionado que tiene es la visión periférica. Si tú le pones una mesa debajo de las rodillas, sabes que se va a golpear". Por si esta lacerante travesía por la que están pasando no fuera lo suficientemente dolorosa, reconoce Julián que él y su padre están complemente solos en lo que a familia se refiere.
Sus hermanos, Francisco Rivera (44) y Cayetano (41), no saben nada de su presente: "No tienen idea de lo que ocurre con mi padre. No se lo he trasladado". Su única esperanza, remata Julián para el citado periódico, es que los ingresos que recibe de su reciente trabajo en el programa de TVE Corazón Corazón refloten de alguna manera su economía.
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