Corría el año 1992. Barcelona celebraba sus Juegos Olímpicos y Miguel Bosé lanzaba al mercado su single Si tú no vuelves, una canción que resultaba un radical antónimo a lo que el cantante estaba viviendo. Y es que en su corazón acababa de entrar un joven escultor llamado Ignacio Palau, el que sería el amor de su vida.
Esta semana, 26 años después de conocerse, la guerra entre ambos ha estallado hasta el punto de amenazarse con demandas judiciales para proteger lo que más les importa: sus cuatro hijos. Unos pequeños -Diego, Tadeo, Ivo y Telmo- que han tenido que separarse tras la decisión que han tomado sus padres de emprender caminos divididos. La estampa actual dista mucho de la felicidad que mostraban hace poco más de un año cuando la familia unida pasaba una jornada de diversión en Disneyland.
Pero ese bonito recuerdo, no es más que eso ya, un recuerdo. Poco queda del Miguel y Nacho que se saludaron por primera vez hace casi tres décadas estando reunidos con unos amigos en común, entre ellos el diseñador Francis Montesinos, en Valencia. Esa jornada de ocio fue el inicio de su larga historia de amor que ha dejado como fruto cuatro hijos mediante gestación subrogada. Pero a partir de este miércoles también deja un final infeliz.
Las primeras chispas de esa llama que hoy es una guerra abierta surgieron cuando Miguel se instaló en Mexico, información que adelantó en exclusiva JALEOS el pasado 6 de septiembre. Allí convive el cantante con sus dos hijos mayores, que acuden a uno de los colegios más prestigiosos de la ciudad azteca. Mientras Nacho hace su vida alejado de su expareja y centrado en proteger a sus dos mellizos más pequeños.
Esa mudanza inesperada tras años afincado en Panamá ya advertía de que las cosas no iban bien en su relación. Después de toda una vida conviviendo juntos y en la más discreta intimidad, Bosé y Palau han finalizado su historia de la peor manera posible. Al tomar la decisión de separarse, no consiguieron llegar a ningún acuerdo amistoso y por eso Nacho ha mandado un comunicado en el que anuncia que luchará contra su expareja en los juzgados por preservar la intimidad de sus hijos en común.
Y es que el hecho de cuidar al máximo a sus hijos es algo de lo que nunca han dudado ambas partes -aunque sus formas de verlo parecen diferir en la actualidad-. Lo demostraron el año pasado cuando fueron extorsionados por unos desconocidos con publicar unas imágenes mostrando el rostro de sus pequeños. Para evitar tal hecho los susodichos pedían una cantidad de unos 50.000 euros, pero para mostrar su fortaleza y no caer en el chantaje el propio Bosé publicó una foto junto a sus cuatro descendientes disfrutando del parque de atracciones de Disney.
Hoy esa foto no es posible porque los niños están separados por miles de kilómetros. Una circunstancia que hace tres décadas era impensable por el amor fiel que se han profesa dos padres desde entonces. Sin embargo, la guerra ya ha estallado y los cuatro experimentan las tristes consecuencias.
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