Queda menos de una semana para que Emma García (45 años) debute como presentadora de Viva la vida. Será, con ello, la protagonista en las tardes del fin de semana de Telecinco. Mucha será la expectación, tanto por su estreno como por el de su compañera Toñi Moreno (45), que estará al mando de Mujeres, hombres y viceversa.
El 'intercambio' de programas entre ambas aun sigue sorprendiendo a muchos. Esta decisión es algo que las protagonistas conocían desde hace casi dos meses. Y es que todo comenzó y se gestó entre despachos. En ellos, Paolo Vasile y Emma García mantuvieron una larga conversación, en la que el consejero se interesó mucho por cómo se encontraba su 'niña bonita'.
Ante el interés de este, Emma manifestó que se encontraba "cansada del programa en el que lleva más de diez años, sobre todo porque la audiencia cada vez era menor". La vasca estaba "agotada". En ese mismo instante, Vasile le dijo que no se preocupase de nada, que buscaría la forma de reubicarla lo más pronto posible. Esta fue la primera sorprendida ante su respuesta, que semanas después, acabó dando lugar a lo que ya es un hecho: su vuelta a la televisión en directo con un programa de buena audiencia. Pero no es oro todo lo que reluce, ya que para Emma sus prioridades son otras.
Todo parecía favorable para ella: sus condiciones económicas mejoran, le dan un programa en directo en Telecinco, solo durante dos días a la semana... Todo parece perfecto. Pero, lejos de ser así y de ser un motivo de plena felicidad para la comunicadora, su sensación es bastante agridulce y no está especialmente emocionada. Se siente, en parte, molesta.
Durante los diez años anteriores, aprovechaba para visitar a su familia durante los fines de semana, ya que los días de grabación eran tres y siempre entre semana. Sin embargo, desde el momento en el que se incorpore a Viva la vida, no podrá viajar a su tierra los sábados y domingos. Y aunque muchos podrían pensar que tiene cinco días libres para disfrutar de su familia, el caso es que es durante los fines de semana cuando hacen planes con su hija, que ya tiene doce años.
Para ella su prioridad son los suyos y disfrutar de ellos. Ha estado muchos años entre Madrid y Villafranca de Ordizia, su tierra natal. Y a pesar de que durante una temporada se instaló en Madrid, siente debilidad por sus raíces y, por el momento, seguirá con la mismo modo de vida, aunque eso le cueste horas de viaje.
Lleva más de 20 años de relación con su marido, el ingeniero Aitor Senar, que ha sido y es su mayor apoyo en todas sus decisiones. Ambos tienen una hija en común, la pequeña Uxue (12).
[Más información: Emma García, la 'niña mimada' de Paolo Vasile]