Tras no encontrar nada mejor que hacer, pensó en tomar una pashmina, la enrolló para que se viera como una cuerda, ató la prenda a la estantería de metal de la sala de estar, hizo un bonito nudo al otro extremo, pasó la soga alrededor del cuello y se colgó con los pies tocando el suelo. Una descripción cruda y detallada de cómo fueron los últimos minutos de vida de Mario Biondo, como se describe en el libro Morte di un bravo ragazzo. L'inredible storia di Mario Biondo, la obra que está conmocionando a Italia y a la que ha tenido acceso JALEOS.
Se trata de un libro publicado a finales de octubre que hace un repaso a la muerte del cámara de Telecinco, y las posteriores dudas en torno a su fallecimiento. ¿Asfixia autoerótica? ¿Suicidio? ¿Asesinato? Una historia a la que ahora quiere arrojar nuevos datos Paolo Gentili, quien ha colaborado en este libro con Santina Biondo, la madre del cámara.
Muerte misteriosa
Mario Biondo falleció el 30 de mayo de 2013. En esa fecha él se encontraba solo, ya que "Raquel le dice que se irá a Plasencia". Era un día normal, en el que ni sus compañeros de trabajo ni sus vecinos se percataron de que algo extraño le ocurriría.
En el libro se desgranan los últimos momentos del cámara: navega por internet, limpia la casa, le envía mensajes a Raquel Sánchez Silva... hasta que a las 6:00 de la mañana supuestamente decide colgarse de una de las estanterías del salón.
Al día siguiente no aparece en Masterchef, programa en el que estaba trabajando en ese momento, ni sus compañeros son capaces de dar con él. Ante tal situación, su esposa "llama a la doncella, Vilma Graciela, quien tenía llaves de la casa, y le ruega que vaya a ver qué pasaba". Cuando ésta entra en la vivienda dice a través del teléfono: "¡El señor se ha colgado en el salón!".
La obra describe detalladamente cómo a partir de ahí llega Raquel, los distintos cuerpos de seguridad e investigadores. La presentadora se muestra colaborativa con la Policía para esclarecer qué ha ocurrido. No obstante, desde el principio las autoridades españolas apuestan por que se trata de un suicidio.
Al día siguiente aterriza la familia del difunto, y realiza las gestiones pertinentes para el traslado del cuerpo a Italia, donde se celebraría un funeral rodeado de sus amigos y seres más queridos. Un traslado que genera las tiranteces entre la viuda y los familiares del cámara, ya que posteriormente la presentadora afirmó que tenía que vender las propiedades de Biondo para hacer frente a los gastos.
Pero es una información de la que se hacen eco los medios y que desencadena la próxima acción de Raquel: "Anunciar públicamente que renunciará a la herencia de su marido. Al hacerlo, los Biondo podrían recuperar de forma gratuita cualquier efecto personal que perteneciera al difunto Mario".
Cuando llegan a España para conseguir estos objetos, se percatan de que faltan muchos de ellos: "La ropa comprada por el cámara en España, las dos pantallas de alta resolución que Mario conectó al ordenador para trabajar, la PlayStation, e innumerables objetos personales...".
Teorías que no se sostienen
En la obra se hace un repaso por las diferentes teorías que se barajan sobre la muerte de Mario Biondo. La asfixia autoerótica es la opción que más defiende Raquel Sanchez Silva, pero que en este libro se niega de forma rotunda con una serie de argumentos.
Además de que estaba solo, "no se menciona el hallazgo del cuerpo con los genitales expuestos, algo lógico que se puede esperar en una práctica eutoerótica, ni se menciona el descubrimiento de esperma fresco en los pantalones del pijama, ni en las manos del sujeto ni cerca del cuerpo".
Tampoco la policía hace mención a esta hipótesis, por lo que el autor de la obra realiza esta reflexión: "¿Por qué Raquel insiste tanto en esta historia del incidente autoerótico?".
La hipótesis del suicidio tampoco es una teoría que consideren como válida por parte del autor de la obra ni de la familia (como han relatado en varias ocasiones). La vida "plena" que tenía en Madrid, con una carrera en apogeo y la extraña posición del cuerpo, hacen dudar de esta teoría.
La versión que sí cobra fuerza en este libro es la del asesinato. Por un lado, ya cuando describe la muerte, da a entender que los ruidos que escuchó un vecino podían deberse a un estrangulamiento de un tercero: "Aún suponiendo que Mario hubiera sido neutralizado de alguna manera por drogas", añadiendo que "es probable que los sonidos escuchados por Heidi provenientes de la habitación se debiera a la muerte de Mario causada por terceros".
Presenta la investigación realizada por el Dr. Cusimano, que señala que "Mario fue atacado y aturdido por terceras personas que, luego de estrangularle con el famoso cable, habrían imitado el suicidio al colgarlo en la biblioteca con la pashmina".
"En lo que respecta al motivo, está bastante claro, de todas las indicaciones reunidas en años de investigaciones, reconstrucciones y observaciones, que el pobre Mario descubrió y captó la flor de la verdad, una verdad que resultó ser mortal para él", menciona al final del libro el autor.
Lo que afirma Paolo es que "podemos deducir con una seguridad razonable" que Mario descubrió documentos que involucraban "a personalidades muy importantes y poderosas de la Península Ibérica", lo que explica "por qué las investigaciones en España sobre el asunto dieron un giro que se puede definir, al menos, discutible". También señala que la "víctima habló de estas cosas con las personas equivocadas" y que la posición del cuerpo es habitual en la cultura de la mafia, que señala a aquellas personas que "escucharon algo que no deberían".
Desconfían de España
La falta de confianza en la teoría oficial propuesta por los investigadores de España se debe a la propia falta de confianza del autor en las autoridades de nuestro país. Considera que no se hicieron todas las pruebas pertinentes durante la autopsia, añadiendo que hay muchas incongruencias que "no se sostienen".
"Expresando nuestra opinión personal, ciertamente nos podemos hacer preguntas sobre la velocidad supersónica con la que se realizó y cerró" todo el proceso: "la autopsia en el Instituto Médico, la incomprensible superficialidad con una investigación, el inusual análisis de la escena...".
Como ejemplo, recurre a la falta de precisión a la hora de establecer la hora de la muerte, que se calculó con "juicios cualitativos que, incluso aquí, parecen al menos confusos". Nadie midió "la temperatura superficial del cadáver, nadie pensó en medir la hepática o el recto", se defiende en la obra.
"En particular, la médico española realiza una serie de omisiones, hipótesis arbitrarias y una verdadera manipulación de Biondo", explica el autor.
[Más información: La madre de Biondo pide 8.000 euros para pagar a los peritos de la autopsia y abre una cuenta]