En estos días la finca donde vive Isabel Pantoja (62 años), Cantora, está en boca de todos después de que se desvelara el nombre de Eduardo Aguilar, El Tato, uno de sus trabajadores y persona de confianza de la artista hasta hace unos días. En un principio se habló de una relación sentimental entre este enigmático hombre y la cantante, pero rápidamente ambas partes desmintieron este extremo.
Sin embargo, la cosa empeoró cuando salieron a la luz pública los supuestos antecedentes penales de Eduardo y un pasado un tanto conflictivo. En esas, la Pantoja lo habría echado de la finca sin miramientos, un despido -improcedente según El Tato- por el que el hombre "está que trina", según ha conocido JALEOS. No comprende por qué se le ha tratado tan mal cuando él ha dado "todo lo que ha podido" durante los meses de leal servicio a la artista española. Esta indignación ha llevado al mayoral a dar un paso al frente y querer contar "la auténtica verdad" de su tiempo al lado de Pantoja.
Ahora es su momento. Eduardo sabe que está de plena actualidad y "está barajando" diferentes ofertas de televisión. En concreto, a este medio llega la información de que la más potente de ellas vendría de la mano de Sábado Deluxe. Todavía no hay nada en firme, "se está dejando querer", pero, ¿cuánto pediría El Tato por sentarse en un plató de televisión? ¿Cuál es el precio para 'desnudar' a la Pantoja? Según quien entiende de estos cachés, ni más ni menos que 25.000 euros es lo que el que fuera mano derecha de la autora de Marinero de luces solicitaría por su primera gran entrevista en un programa de máxima audiencia.
Una cantidad, se apunta, "nada desdeñable" teniendo en cuenta todos los frentes que tiene abiertos este hombre que llegó a la vida de Isabel a finales de junio y que "revolucionó" Cantora. Y es que sobre Eduardo pesan algunas acusaciones que se desgranan cada tarde en Sálvame; desde una ausencia reiterada a su puesto de trabajo hasta una supuesta implicación en el robo que, según Kiko Hernández (42), ha asolado la finca estos días.
A JALEOS se desmintió la nueva ilusión de Isabel
Hace unos días, este periódico tuvo acceso a la información de una fuente que conoce bien los entresijos de Cantora y, por ende, conocedor de la identidad de Eduardo. Estas declaraciones acontecían antes de que la Pantoja despidiera a su empleado: "Es el nuevo hombre de confianza de Isabel, hace las veces de capataz de la finca y desempeña labores de jardinero y chófer. Hasta donde conozco, llegó al trabajo muy bien recomendado. Acompaña a la Pantoja a todos los sitios cuando sale de casa".
Pero, más allá de lo estrictamente profesional, ¿puede existir algo más personal? La fuente de este periódico lo desmintió: "La ilusión que han dicho no es real. Tienen buena relación y se entienden sin complicaciones. Él tiene mucho sentido del humor, es un tipo alegre, algo que en estos momentos necesita mucho ella". Es más, se apunta acto seguido, como dato irrefutable, que Eduardo "no está del todo libre" sentimentalmente hablando y que no lo estaría pasando precisamente bien con tanta exposición: "A él estas cosas le superan un poco". Lo que sí percibe sin titubeo la persona a la que ha tenido acceso JALEOS es el cambio de actitud en la intérprete: "Ella ha cambiado mucho, se muestra más sociable y se cuida más. Ya es más habitual verla más fuera de Cantora que dentro".
Masivo robo en Cantora
Fue este lunes cuando Hernández soltaba la bomba en Sálvame. Al parecer, este pasado fin de semana, una persona se habría personado en un anticuario justo en la misma provincia donde está Cantora para intentar vender objetos de la familia que tenían hasta la firma de Isabel Pantoja o Paquirri. Desde figuras de elefantes -una gran estatua- a mantelerías, y cosas pertenecientes tanto al torero como a la tonadillera, candelabros, sábanas, colchas... hasta el Premio Protagonistas.
Al ver el botín, uno de los anticuarios se echó atrás, según el propio Kiko Hernández, y todo acabó pasando por hasta otras tres casas más de antigüedades. Anabel Pantoja (32), en el plató, se mostraba seria y estupefacta, ya que las descripciones cuadraban perfectamente con los artículos que estaban en Cantora. Lo sorprendente de todo este tinglado es que, al parecer, el coche que portaba los objetos era el del exempleado de la cantante. ¿Tendrá ocasión Eduardo Aguilar de dar a conocer su versión en un plató de televisión? Tiempo al tiempo.
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