Elena Tablada (37 años) y Javier Ungría (37) ya se han convertido en marido y mujer. En la resaca tras cinco días de celebraciones en La Habana -un lugar con mucho background familiar; allí se casaron los abuelos de Tablada-, y tras una magna boda con 200 invitados, la diseñadora y el empresario se han asomado a la portada de una prestigiosa revista a golpe de exclusiva. Tal como estaba previsto, su enlace se encontraba blindado por la publicación, la cual le ha dedicado 26 páginas al casamiento, salpimentado de románticas declaraciones de los contrayentes e imágenes tan esperadas como el vestido de la novia y los emocionantes minutos previos a rubricar su amor.
Teniendo en cuenta que fueron varias las importantes ausencias que, finalmente, no presenciaron el 'sí, quiero' allende los mares, ¿cuánto se ha embolsado la diseñadora por esta exclusiva en ¡HOLA!? Según ha podido conocer JALEOS, la cantidad ascendería a alrededor de 150.000 euros. Un montante nada desdeñable que bien puede obedecer a lo que se conoce en el negocio como un pack indivisible, en el que Elena y la revista habrían llegado a acuerdos para cerrar "la pasada boda civil, la entrevista de Tablada hablando de Bisbal hace unas semanas y esta última boda en Cuba". Habrá que ver si la luna de miel se encuentra incluida en esa suerte de lote.
Con estos antecedentes, la cifra es más que entendible, aunque existe disparidad de cifras y formas de haber llegado a un acuerdo cerrado con la revista, por lo que se apunta también la cantidad de 30.000 euros como lo embolsado por la pareja solo por el reportaje de la boda. Sin embargo, es cierto que en la vertiente mediática, la recién casada cotiza al alza en la actualidad: "A nadie se le escapa que la guerra de Elena y Bisbal ha revalorizado su caché". Pero aquí no se detienen las informaciones; echándole un vistazo a las almidonadas páginas de la publicación, se confirma que en ninguna imagen aparecen los padres de Javier. En concreto, ni rastro del padre del novio. ¿A qué se puede deber esta sorprendente ausencia teniendo en cuenta que sí ocupan toda una cara de página la madre y la abuela de Elena?
A este medio se desliza lo que sigue: "El padre de Javier Ungría habría exigido no aparecer en la exclusiva, solo posó en las fotos pero dejó claro que no quería que se comercializara con él". Así las cosas, esa habría sido su condición sine qua non que, a la luz de su 'desaparición fotográfica', se ha respetado. Esta suerte de cláusula por parte de Ungría padre no haría más que subrayar lo que se apunta entre bambalinas: que la familia de Javier, de gran influencia en España y de un corte totalmente alejado de la prensa del corazón, estaría un tanto "incómoda" ante la repercusión mediática que siempre acompaña a Tablada. Este extremo se matiza a JALEOS: "Han acogido bien a Elena, pero para personas que no se manejan con el mundo del corazón, es un shock".
Una preboda de varios días y el vestido de la novia
Antes de que llegara a los quioscos la exclusiva, fueron muchas las pistas que se dejaron caer en las redes sociales el pasado fin de semana. Además de la espectacular fiesta que se celebró el día de antes del casorio en el club Marea Santa Fe de La Habana, por parte de Tablada también hubo pistas. Así es el caso del embarcadero en el tuvo lugar el enlace, la cola del vestido -manchada tras, se entiende, largas horas de infatigable fiesta- y las chanclas que los novios regalaron a los invitados para que sobrellevaran el fiestón tras el 'sí, quiero'.
Según se desgrana en la publicación, Elena apenas pudo contener la emoción durante los cinco días que duró la celebración: "Mi marido aceptó toda esta locura solo para hacerme feliz". Hasta allí, La Habana, se desplazaron todos por una buena causa: sellar su amor en la Iglesia de San Juan de Letrán. El mismo enclave en el que los abuelos de Elena se casaron. Los contrayentes quisieron contar con cinco damas de honor y cuatro testigos de excepción. Por parte de la novia, sus dos hermanas, Naelé y Cosette; su prima Vanessa y dos de sus mejores amigas, entre las que se encuentra Raquel Perera (43), mujer de Alejandro Sanz, quien a su vez es padrino de la pequeña Ella.
Una de las grandes incógnitas que los invitados, a lo largo de los cinco días, preservaron con maestría fue el vestido de la novia. Ya es un clásico de la boda y JALEOS adelantó que sería Fernando Claro el diseñador. Elena lució para la ocasión un vestido de manga larga en muselina de seda y bordados geométricos. En la creación del mismo, se emplearon mil seiscientas horas de trabajo: "Ya que me casaba, me gustaba que fuera como en los cuentos de hadas". En la fiesta posterior al enlace se cambió de vestido, y aunque de la misma firma, llevó un diseño helénico, de seda plisado sin mangas y bordados de flores en cristal y perlas, y que también vistió a su hija.
Una boda en medio de la polémica
No es ningún secreto que la boda de Elena Tablada llega en el peor momento de su relación con David Bisbal. Ambos han mantenido una guerra a cuenta de la exposición en redes sociales de la pequeña Ella. Esto ha salpicado en estos meses a sus respectivas familias y ha motivado que, a través de JALEOS, saliera a la luz pública un exchófer del cantante hablando mal de Tablada. En definitiva, una situación límite de la que habrá querido escapar Elena viajando a Cuba días antes de su boda. Eso sí, parece que el escándalo que originó las hostilidades no ha servido para que la pequeña Ella no aparezca más en redes sociales. Todo lo contrario, nada más llegar a Cuba, la novia ha publicado una foto en su Instagram en la que aparecen ella, Javier Ungría y la niña junto a un texto que ha levantado ampollas entre los seguidores del cantante: Karma. ¿Provocación?
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