"¿Desde esta mañana con esos 'taconazos'?" "No, esta mañana eran otros", respondía Carlota Corredera (44 años) al ser preguntada por la vertiginosa altura de su calzado nada más llegar al photocall del Bingo Las Vegas de Madrid. Un todoterreno que en un mismo día había grabado junto a Dani Martínez (35) por la mañana, había capitaneado un directo de cuatro horas y media por la tarde al frente de Sálvame; y finalmente acudía por la noche a la tradicional cena de Navidad junto a sus compañeros de programa.
Todo ello sin olvidar un ápice de las funciones en las que ella cree encontrar la mejor versión de sí misma: la Carlota madre. Sincera y sin titubeos, la presentadora del programa vespertino de Telecinco -que cumplirá su primera década en emisión el próximo mes de abril- contestó en exclusiva a todas las preguntas de JALEOS. Y no solo habló de su faceta como profesional de los medios de comunicación sino que confesó sus secretos como madre y manifestó su conciencia social con la mujer y el feminismo.
Un año más en la cena anual de 'Sálvame' y ya son casi diez... ¿Feliz?
Mucho orgullo. Diez años en los que un equipo ha podido vivir, los de delante y los de detrás de las cámaras. Para mí es un honor estar dando la cara por el equipo de Sálvame Diario que para mí es como otra familia. Aquí hay gente que empezó conmigo de becario hace muchísimos años y que ahora ya son redactores, que han crecido e incluso algunos que han llegado a ser guionistas. Por eso, y a pesar de que estoy agotada, vengo a pasar un rato con ellos porque para mí, una de las cosas que he perdido como directora, es el contacto con el equipo. Soy muy madre del equipo. Me enteraba de todo, de cómo les iba, y ahora eso lo echo de menos...
Ha estado detrás y delante de las cámaras: ¿compensa el cambio? ¿Da más disgustos o más alegrías?
Sálvame es un programa que exige mucho a los directores. Pero es verdad que para mí, el regalo más grande que me ha dado la vida, que es mi hija Alba, vino con un pan debajo del brazo. A raíz de querer estar más tiempo con ella, mis jefes me dieron la oportunidad de ser colaboradora y luego presentar. La exposición como personaje y los peajes que pago por aparecer en la tele siempre se compensan con el tiempo que puedo disfrutar de Alba y que no podría ser así si fuese directora porque trabajaría muchísimas más horas. Los tres años que ya llevo como presentadora, a este lado, son precisamente los tres años que tiene mi hija y a mí ahora mismo me ha compensado.
Se emociona...
Sí, porque una de mis mayores preocupaciones cuando yo era directora y no era todavía madre era cómo iba a compatibilizar la maternidad con seguir profesionalmente en el nivel de exigencia de Sálvame. Yo no tengo familia aquí, pensé que iba a tener que contar con ayuda para 'criar' a Alba... Y al final, que Carlos y yo hayamos podido hacerlo sin familia aquí, y que siempre haya estado con uno de los dos, para mí ya es mi mayor éxito.
¿Cómo es Carlota como madre?
Soy 'madraza'. A ver, cómo te explico... No soy madre súper protectora, no lo soy... Pero claro, cuando voy a buscar a mi niña, le llevo su bocadillo, lo preparo yo, o Carlos también... En ese sentido he tenido mucha suerte. Mi marido es un gran padre que tiene claro que no es que 'me eche una mano' es que estas cosas son de los dos. No se trata de 'ayudar a la madre'. No. Ambos ejercemos.
Nada de machismos. Así se observa cuando usted presenta el programa: no deja pasar ni un comentario... ¿Concienciada con la causa feminista?
Siempre he tenido conciencia de lo que supone ser mujer y de las desigualdades que sufrimos. Muchas mujeres españolas ya no decimos 'feminismo' con la boca pequeña. Decir 'feminismo' antes sonaba a 'locas, peligrosas y que van en contra de los hombres'. Las mujeres hemos perdido el miedo a decir que somos feministas. Ser feminista es simplemente querer la igualdad. Yo no voy contra el hombre. Yo quiero ir de la mano con ellos hacia la igualdad. Existe una responsabilidad muy grande porque trabajo en un programa de mucha audiencia y hay cosas a las que no se les puede dar normalidad. No podemos mirar hacia otro lado. Sin duda, mi 'click' con el tema del feminismo me lo ha dado ser madre de una niña. Las mujeres de mi generación hemos tenido que pasar por muchas situaciones que estoy convencida de que a mi hija no le va a pasar. Hay cosas por las que yo he pasado que no me gustaría que las pasase Alba.
¿Intenta inculcarle poco a poco esos valores?
Yo noto que mi hija con sus amigas ya tienen sororidad. Es necesario. Hay una generación que viene detrás de la mía que es mucho más machista que la mía. Es terrible. Lo hemos visto en Gran Hermano VIP con gente como Omar Montes (30) o como Suso (25). Hay actitudes de gente joven a las que no se les puede decir que eso está bien. Las feministas no tenemos nada que hacer si los hombres no están de nuestro lado.
¿Cree que está pasando?
Ahora mismo hay desconcierto. Los hombres están como si hubiese miedo al movimiento feminista. A mí me emocionaron muchas cosas en la manifestación del 8 de marzo: las mujeres mayores, las abuelas... Los hombres de todas las edades... Y también las chavalas jóvenes. Las vi muy concienciadas. Ellas son las que tienen que abrir la brecha y parar los pies a los chicos que les controlan el móvil, que les dicen cómo tienen que vestirse, que les dicen a quién tienen que seguir, que les piden las contraseñas de las redes sociales... Alguien tiene que decir a esas niñas que eso no es amor.
Hay una parte importante en la vida de Carlota que también es la solidaridad... ¿Tiene más responsabilidad ahora que está bajo los focos?
Los valores que yo tengo son los que me han inculcado. A todos nos toca de cerca el tema del cáncer, por ejemplo. A mí me ha cambiado la visión el hecho de haber sido madre. Lo pasas tan mal cuando estás embarazada... Con la edad con la que tuve a Alba, a los 40, te da miedo que pase algo. Cuando tienes un hijo sano es tal el regalo... Los padres de los hijos sanos tenemos la obligación de ayudar a otros que no han tenido nuestra suerte. Conozco de cerca a niños que han tenido cáncer y es tan injusto y tan duro que todo lo que yo pueda ayudar, ahí estoy. Te digo esta causa como tantas otras. Los que salimos en la tele somos un altavoz. Si desaprovechara esta ventaja, no me sentiría bien conmigo misma.
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