No ha sido un año fácil para María Teresa Campos (77 años). De hecho, este miércoles concluye uno de los peores de su vida, tanto en el ámbito profesional como en su faceta más íntima. Por un lado, su contrato en Mediaset está a punto de vencer, y no consigue tener un hueco propio en la parrilla televisiva. A pesar de que lo intentó fuera de la pequeña pantalla con el lanzamiento de un disco, fracasó. Además, la enfermedad de su hija Terelu Campos (53), la supuesta traición de algunas de sus amigas, y la marcha de su asistenta de confianza, ha provocado que la matriarca de las Campos no acabe el 2018 tal y como a ella le hubiese gustado.
El cáncer de su hija Terelu
Este ha sido el motivo principal que ha hecho perder la sonrisa a María Teresa. Sus hijas dicen que la veterana periodista "no para de llorar, lamentarse y sufrir por el calvario que le ha tocado vivir a su hija mayor". Ha estado a su lado de manera incondicional, y ha acompañado a la colaboradora a todas y cada una de sus revisiones médicas.
Desde que el pasado mes de julio Terelu anunciase su recaída en el cáncer de mama, la familia ha estado unida en lo bueno y en lo malo. Una de las más afectadas ha sido María Teresa, y aunque sus hijas tratan siempre de evitar su preocupación, no puede evitar sufrir cada cosa que le pasa a sus seres más queridos.
Su operación de intestino
Después de sufrir un complicado ictus en 2017, María Teresa Campos volvió a ser intervenida quirúrgicamente el pasado mes de febrero debido a unos fuertes dolores intestinales. Permaneció unos días ingresada en la Clínica de La Luz (Madrid), y aunque la preocupación en un primer momento fue mucha, todo se calmó cuando sus hijas contaron de manera pública que no había gravedad en el asunto.
Tras darle e alta, se hizo público el siguiente comunicado por parte del hospital: "La paciente Doña María Teresa Campos Luque ha sido intervenida quirúrgicamente hoy por un cuadro de suboclusión intestinal secundario a un cuadro adherencial por cirugía ginecológica previa. La intervención por vía lamparoscópica ha transcurrido sin ninguna incidencia. Se encuentra en observación médica evolucionando favorablemente".
La 'fuga' de su asistenta
A finales del mes de noviembre salía a la luz lo que para María Teresa Campos ha supuesto un antes y un después en este 2018: María Silva, su asistente personal durante quince años, se marchaba a su país (Perú) sin dar ninguna explicación. Por si fuese poco esta le ha ha denunciado, alegando despido improcedente. La noticia cayó como un jarro de agua fría para la presentadora, la cual, según pudo conocer JALEOS, vivió el revés como "una traición imperdonable" después de tantos años de leal servicio.
La peruana ha tenido recientes intenciones de contarlo todo, ya que en ningún momento ha firmado un contrato de confidencialidad. Su 'rabia' va, sobre todo, contra sus hijas, Terelu Campos y Carmen Borrego (52), con las que no tenía buena relación. La exempleada ha intentado negociar con alguna revista, pero no ha conseguido llegar a un acuerdo.
Sigue esperando un programa
Por si esto fuera poco, sigue sin tener intenciones de jubilarse. Su contrato con Mediaset está a punto de expirar y por el momento nadie le ofrece el programa con el que sueña despedirse después de toda una vida de trayectoria profesional. Pero ella no se da por vencida. Ha protagonizado más de una indirecta pública a sus jefes, donde ha dejado entrever que no se le está dando el sitio que se merece.
La gran matriarca del clan, María Teresa Campos ha sido una presentadora indiscutible en televisión. Ella vivió durante muchos años la mejor época de la pequeña pantalla en España. En su día renegó de Telecinco para marcharse a Antena 3 y, de nuevo, regresar al templo de Paolo Vasile para cosechar más éxitos. Y ahí ha seguido hasta hace poco más de un año, cuando sintió que "le arrebataron" el programa.
Lo intentó -pero fracasó- en el mundo de la música
No encontraba salidas y nadie parecía ayudarle en el mundo de la televisión. Intentó ser práctica y arriesgar con un nuevo proyecto: el lanzamiento de un disco de boleros. Pero no lo hizo sola. Su compañero de vida -y de trabajo- Bigote Arrocet (68) también participó con ella.
Durante el pasado mes de octubre tuvo lugar la presentación de el proyecto, llamado Una bella historia. Unos días más tarde tuvo lugar la primera firma de ejemplares en El Corte Inglés de Nuevos Ministerios, en Madrid. Lo que podría haber sido un éxito, se convirtió en un completo desastre: María Teresa Campos y Edmundo tan solo firmaron dos discos en la hora y media que estuvieron esperando a la llegada de seguidores.
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