Pablo Motos (52 años) tenía fácil preguntar a Javier Bardem (49) por el movimiento #MeToo ya que sólo unas horas antes se había celebrado la ceremonia de los premios Oscar. Además, el actor ha trabajado en varias películas de Harvey Weinsten, entre ellas Vicky, Cristina, Barcelona. Sin embargo, el presentador optó por una entrevista confortable y no incomodar a Bardem.
De esta forma, a pesar de que en otras ocasiones Motos no duda en sacar cuestiones peliagudas a los invitados o incluso preguntar por su vida personal, en esta ocasión se centró en promocionar Loving Pablo, la cinta sobre la vida de Pablo Escobar protagonizada por Bardem y Penélope Cruz (44).
"Nos ha costado diez años levantar la película. Mi fascinación por el personaje empezó en el 99 cuando m e ofrecieron un personaje secundario en Blow, donde aparecía un Pablo Escobar y estaba Penélope Cruz", explicaba el actor. "Es como un Vito Corleone latino. Hay algo en esa energía de Pablo Escobar que me apetecía como actor. Él quería encontrar el respeto, que no lo consiguió nunca”, añadía.
Para ello, no obstante, tuvo que engordar más de un kilo. "Eso es lo más fácil. Ahora estoy en perderlo. Primero quise engordar sanamente y con músculo, pero a la segunda semana ya dije que trajeran la pasta", comentó.
Respecto a lo que diferencia esta cinta de otros biopics sobre el narcotraficante, Bardem dijo que "ha habido trabajos que le han glamourizado. Y este señor era un monstruo: ha puesto bombas, ha matado… Pero cuando ves cómo trata a la mujer que tiene al lado, ahí es donde ves al monstruo".
Preguntado por qué en los últimos tiempos interpreta a malos en el cine, el actor comentó que "la cara esta que tengo debe tener algo de culpa. No obstante, todos los personajes tienen su color diferente. Y eso también es un reto. Hacer de malo es lo más divertido porque te das licencia para hacer cosas que no harías en la vida real".
Bardem, que antes de ser famoso fue camarero, contó que la persona que más le ha impactado de Hollywood es Al Pacino. "Es muy pequeñito, pero tiene mucha fuerza. Cuando le conocí en el año 2000 en Toronto, me fui al baño y me hice una foto para tener la cara de gilipollas que se me quedó".
Por último, el actor contó que ni siquiera sabe "dónde está mi estrella en el Paseo de la Fama porque aquel día estaba todo tapado. Nunca he ido a verla".