Andrés Pajares (78 años) desea por todos los medios volver a los escenarios, que su público no lo olvide; quiere interpretar, pero su maltrecha salud va en su contra. Desde que hace unos años dijera adiós a la profesión y dedicara sus días a la vida contemplativa y a cuidarse una salud renqueante, según ha podido confirmar JALEOS el mítico intérprete visitó hace unas semanas un teatro de Madrid en busca de una oportunidad: "No acepta lo complicado de su situación".
Pese a todo, esa visita de Pajares no obtuvo los frutos esperados. Tal y como desliza a este periódico una fuente cercana al teatro, el cómico se interesó por el precio del alquiler del mismo. Se aclara que, en su afán desesperado por querer ser el que fue en su día, habría ofrecido "una función con él como protagonista" y, tras informarle del presupuesto para esa posible reserva, "ingresó" el montante. Cuando parecía que el acuerdo y la transacción económica estaban en curso, "todo se frenó" de súbito.
En concreto, se apostilla a este digital, que la familia estaría "muy preocupada" por estos arrebatos del actor. Todo hace indicar que Andrés se resiste a aceptar las limitaciones que le impone su delicada salud: "Hay días en que Pajares se encuentra más animado y se ve como el que era, pero su entorno le hace ver que ya no está para actuar". Tras 37 años haciendo cine, siendo uno de los rostros fetiche de la comedia y con un Goya en su estantería, el actor prefiere ahora dar pequeños pasos y avanzar despacio de la mano de la mujer de su vida, pese a sus intentonas 'in extremis' por volver a verse abrigado por el aplauso de su público.
Las imágenes de su delicado estado
Fue en octubre de 2017 cuando los ecos de una mala salud y de un estado físico endeble de Pajares recorrieron el país. Entonces, JALEOS tuvo acceso en exclusiva a unas reveladoras imágenes que venían a confirmar la debilidad del artista. Las imágenes fueron tomadas en la capital de España, cerca de la vivienda de Andrés. En ellas, se podía ver cómo Pajares caminaba férreamente del brazo de su secretaria, Juana Gil, con quien afirmó que se había comprometido después de muchas décadas a su vera. Ambos se dirigían a unos grandes almacenes situados en la Castellana, pero debido al débil sustento del actor tuvieron que tomar asiento a mitad de camino para coger aliento y reponerse del esfuerzo.
Pese a la dureza de su situación -y como ha ocurrido hace unas semanas en el teatro Amaya-, Andrés se armó de energía y no dudó en reaparecer en la escena pública para apoyar a su amigo Arturo Fernández (89) en el estreno de su nueva obra de teatro. Al igual que en las imágenes captadas por este medio en octubre, en su vuelta a los photocall -aunque de manera puntual- necesitaba agarrarse a los brazos de sus acompañantes, su 'prometida' y Norma Duval (62), para poder aguantar en pie mientras posaba para los fotógrafos.
Y es que, el estado de salud del actor no es ningún secreto, pero después de décadas entreteniendo al gran público y haciendo reír a miles de familias, el hecho de poder observar cómo se mueve con dificultad -e incluso en ocasiones sin lograr sostenerse- y de asistir a sus intentos desesperados por regresar, crea impacto. Por ese motivo, y en vista de que su agilidad ya no es la misma de antaño, el entorno se encuentra permanentemente atento de su bienestar y se le aconseja resguardarse en casa y jubilarse de la televisión y los escenarios.
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