Poco antes de las 13 horas de este lunes 28 de enero, Ana Obregón (63 años) entraba por la puerta principal del hospital Quirónsalud Barcelona en compañía de una joven. La actriz y presentadora se sentó en una pequeña mesita del bar situado al lado de la puerta principal y charló animadamente con su acompañante. Enseguida saltaron las alarmas y empezaron las conjeturas. ¿Había venido a hacerse un chequeo o estaba por motivos relacionados con la salud de su hijo Álex Lequio (26)?.
JALEOS ha podido confirmar fehacientemente con una de las personas que trabaja en el centro sanitario privado que "Ana ha venido bastantes veces y, de hecho, su hijo ha estado ingresado aquí. Pero lo que no te puedo asegurar es que el chico esté aquí hoy. Lógicamente ha venido para hablar con el equipo del doctor Baselga y encarar el futuro". De hecho, el doctor Josep Baselga (59), exdirector médico del hospital Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York que empezó a tratar a Álex Lequio nada más llegar a la ciudad, fundó en 1995 el Instituto Oncológico IOB, S.L. que, desde hace doce años, forma parte de una de las plantas del Hospital Quirónsalud Barcelona donde tratan a más de 3.000 pacientes anuales y realizan más de 18.500 consultas oncológicas al año.
Esta gran eminencia médica goza de la amistad y la plena confianza de Ana Obregón que, desde el primer momento, no dudó en poner en sus manos a su único hijo. Hasta que regresó a España el pasado mes de septiembre, Álex ha recibido tratamientos tan buenos como los que hay en nuestro país. Sin embargo, en la Gran Manzana, como se conoce cariñosamente a Nueva York, existe un método con protonio para el diagnóstico concreto de Álex del que existen muy pocos casos en España y además, en EEUU madre e hijo podían pasar más desapercibidos y rebajar el nivel de estrés que estaban padeciendo a causa de la enfermedad.
En el bar, a pesar de su discreción a la hora de hablar, Ana no pasó desapercibida por su forma de vestir. Atrevida y juvenil como siempre, la protagonista de Hostal Royal Manzanares y Ana y los 7 lucía un espectacular abrigo tres cuartos de ante gris antracita y borreguito blanco a juego con unas botas camperas negras de media caña y un ajustado pantalón de piel que reflejaba lo delgada que está.
Tras pagar la cuenta, Ana y su acompañante se dirigieron al quiosco ubicado bajo una de las escaleras de acceso al hospital y, pasados unos minutos, salieron a un espacio abierto donde el bar tiene también mesas y sillas para fumar tranquilamente. Tras saltarse las normas del hospital que prohíbe en varios carteles fumar en todo el recinto, la actriz más querida de nuestro país apagó el cigarrillo en el suelo y volvió a entrar al bar. Tras pagar personalmente unas bebidas, ambas se dirigieron a la zona de los consultorios.
Ya por la tarde, Ana decidió tomarse un respiro para pasear y comprar en el Paseo de Gracia, una de las arterias principales de la ciudad condal donde están ubicadas las mejores tiendas de lujo. Y, a última hora, entró el exclusivo espacio de Urbea Barcelona Peluquerías donde Josep Urbea recibió cariñosamente a Ana que se mostró divertida, ingeniosa, amable, relajada y feliz mientras la peinaban. "Es una gran persona y una gran mujer. Y humanamente hay que tratarla así. Con eso te lo he dicho ya todo", ha confeso Urbea a JALEOS. Este prestigioso peluquero ha peinado algunas de las cabelleras más famosas del panorama artístico patrio, como Julio Iglesias (75), Imanol Arias (62), Pastora Vega (58) y, sobre todo, creó un antes y un después en la historia de la peluquería cuando ideó para Julia Otero (59) su famoso pelo pincho.
[Más información: Esta es la cifra que ha cobrado Ana Obregón por hablar del cáncer de su hijo en televisión]