Si la guerra abierta entre Rocío Carrasco (41 años) y su hija Rocío Flores (22) ya era un hecho constatado tras años de distancia y visitas a los juzgados, esta semana se ha confirmado que la batalla es real en todos los sentidos. Madre e hija ni se ven ni quieren verse y hasta en algo que parecía imposible que sucediera han puesto rumbos opuestos. Ambas han fichado por dos importantes concursos de televisión para la próxima temporada, pero de temáticas drásticamente diferentes y a 8.286 kilómetros de distancia.

Carrasco, a MasterChef Celebrity y Flores, a Supervivientes. Una a las cocinas, y otra a una isla perdida de Honduras. El enfrentamiento ya no será solo en lo personal sino también en lo profesional. La sorprendente decisión de Rociíto de participar en el concurso de TVE salía a la luz este miércoles, una información de Look que nadie se podía imaginar hasta el momento. Horas después, JALEOS tenía acceso en exclusiva a una noticia aún más sorprendente y es que Rocío Flores se encuentra en avanzadas negociaciones con la productora Bulldog TV y Telecinco y ya ha firmado un precontrato por el que su padre, Antonio David Flores (43), ha conseguido cerrar el caché semanal de su hija en 15.000 euros.

Mientras padre e hija estaban en los despachos de Mediaset gestando la participación de la joven en la aventura más extrema de Telecinco, la hija de Rocío Jurado estaba realizando todas las pruebas necesarias para hacerse con el delantal del concurso de cocina de la televisión pública.

Uno y otro programa nada tienen que ver, pero sus cifras de éxito avalan a ambos. En ese sentido, Carrasco y Flores aumentarán su ya avivado enfrentamiento por conseguir ahora el mejor dato de audiencia. Pero no tendrán que convencer a las mismas personas, y es que mientras la mujer de Fidel Albiac (45) 'solo' tendrá que tener el aprobado de los jueces -y chefs- del programa, su hija tendrá que hacer buenas migas con sus compañeros y engatusar a los telespectadores para poder permanecer en Honduras. Además, tan opuestas son madre e hija que mientras una cocinará, la otra no tendrá qué comer.

Pero hay algo que tienen en común: el silencio mediático hasta el momento. Precisamente es ese aspecto el que convierte estas informaciones en auténticas bombas. Que Rocío Carrasco, en eterno litigio con su exmarido y padre de sus hijos, y Rocío Flores, quien se ha posicionado fuertemente al lado siempre del ex guardia civil, hayan dado el gran paso hacia la exposición pública más radical es algo impensable hasta ahora. Tras años intentando permanecer en la sombra para no perjudicar ni alterar su imagen ni repercutir de ninguna manera en las decisiones judiciales, parece que han encontrado el momento ideal para mostrarse ante el mundo cada una con su verdad.

Ese escaparate mediático servirá para desgranar seguro parte de lo que tanto tiempo ha permanecido oculto. Pues las horas muertas en una isla, la falta de comida y el aburrimiento pueden hacen saltar las chispa y hablar más de la cuenta; o en el caso de MasterChef, las pruebas de catas para familiares y amigos o la cinta transportadora que va dejando objetos y recuerdos a cada concursante, puede descifrar historias y detalles hasta ahora desconocidos.

Y es que cuando la auténtica guerra judicial entre Rociíto y Antonio David comenzó a finales de 2016, la posición de sus dos hijos fue hacia su padre y sobre todo la de la primogénita, que incluso ha hecho pública una carta dirigida a Flores demostrándole su apoyo incondicional. La separación de sus padres se hizo efectiva en 2001, pero no fue hasta más de una década después cuando se avivó la guerra entre progenitores y menores.

Sin embargo, Rocío madre e hija han decidido que es el momento de hacer lo que les apetece sin pensar en el qué dirán. Las cocina y los paraísos con sol siempre han sido grandes opciones para la desconexión, pero ellas lo harán compitiendo y en televisión. Carrasco está pegada al libro de recetas, mientras Flores pide consejo a su tía Gloria Camila (24), que ya fue concursante de Supervivientes hace dos ediciones, para preparar sus respectivos saltos al prime time. La audiencia será esta vez la que tenga que decantarse por una de ellas.

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