Tamara Falcó (37 años) vuelve a creer en el amor. La hija de Isabel Preysler (68) ha conocido a un chico con el que está muy ilusionada, y con el que ya se ha citado en varias ocasiones, según publican este miércoles varias revistas. "Nos conocimos hace poco y espero que pueda prosperar, que vayamos en la misma dirección. Ahora estoy ilusionada", ha explicado la joven durante un viaje promocional a Andorra. "Han sido dos citas sin beso, por ahora, y un día a Misa juntos", ha añadido.
¿Pero quién es este misterioso hombre que ha logrado conquistar el corazón de la socialité? Por el momento, desconocido. Tamara, conocedora del interés mediático que suscita su vida privada, ha preferido mantenerlo en el anonimato porque es demasiado pronto.
Los únicos detalles que ha desvelado son físicos, y algún que otro comentario sobre su forma de ser: ojos verdes, deportista, mayor que ella, creyente (fundamental para alguien tan religioso como Tamara) y conocido de su familia. Un hombre muy distinto a ella, sobre todo porque trabaja por pasión y no por dinero: "Se podría dedicar a otra cosa, es algo que ha elegido. No es a lo que estoy acostumbrada y a mí me ha chocado para bien. Y lo admiro".
Tamara Falcó es la única hija de Isabel Preysler que queda por pasar por el altar, pero eso nunca le ha preocupado ni a ella ni a su madre. Por eso, tampoco da mucha importancia a lo que pueda pensar la socialité sobre esta nueva relación (cuando se entere, porque en el momento de la entrevista no había oído hablar de él): "Honestamente, no creo que mi madre tenga nada que decir. Confío en que, si mi madre me ve feliz, se alegrará. Claro que se va a preocupar, es normal, pero, aunque suene a tópico, creo que la felicidad no está en el dinero".
La joven ha tenido varias relaciones a lo largo de su vida, pero todas ellas han terminado en ruptura. Su primer pretendiente serio fue Alberto Comenge Barreiros (32), perteneciente al acaudalado clan Barreiros, relacionado con la automoción. Pero ni su buena posición ni el interés de ambas familias fue suficiente para sustentar esta amor joven, y la relación duró poco.
A Comenge le siguió Bartolomé Fierro March, también perteneciente a una buena familia, en este caso de banqueros. De nuevo, rompieron y Tamara comenzó una relación con Marco Noyer (36), su siguiente novio y con el que más tiempo ha estado: tres años. Era tanta la complicidad de los dos jóvenes que muchos medios vaticinaron que terminarían en boda.
Su siguiente pareja fue el italiano Tomaso Musini, quien pasó de ser solo un compañero de piso a convertirse en su novio. Él había venido a España para estudiar Finanzas y pertenecía a una familia dedicada a la explotación agrícola, como el padre de Tamara, viticultor y un gran productor de aceite de oliva de calidad inmejorable. Estuvieron juntos casi dos años pero, de nuevo, terminaron rompiendo.
Desde entonces la hija de Isabel Preysler ha estado soltera, dedicada a su trabajo como diseñadora con la firma de ropa que sacó hace cerca de un año, TFP, y tratando de pasar el mayor tiempo posible con su familia y amigos.
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