Fue el pasado lunes cuando la suegra de Esperanza Aguirre (67 años), Beatriz Valdés y Ozores, fallecía a los 92 años de edad. Ante tan dura pérdida para su marido, Fernando Ramírez de Haro, la política no ha dudado en arroparlo en todo momento durante el funeral. Completamente vestida de negro riguroso y con gesto compungido, Aguirre ha atendido, de lo más cercana y agradecida, a todos los asistentes, entre los que se encontraban algunos rostros conocidos como fue el caso de Amalio de Marichalar (60), Enrique Cerezo (71), Íñigo Méndez de Vigo (63) y José María Álvarez del Manzano (81), entre otros.
En un momento tan delicado para su familia política, Esperanza ha estado en todo momento muy pendiente de su marido. La marquesa de Casa Valdés ha sido despedida por última vez en la misa funeral que tuvo lugar en la Parroquia de Santa María del Montes Carmelo, en la capital madrileña. Será este miércoles cuando la duquesa será enterrada en la finca familiar de Piedras Menaras, en Guadalajara. Sin duda, un duro varapalo también para la que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid. Y es que, no hay que olvidar que suegra y nuera estaban muy unidas.
Como muestra, las largas estancias de Beatriz en la residencia de su hijo y la expresidenta en el barrio de Malasaña de Madrid. Era durante sus visitas cuando, según relata Vanity Fair, Esperanza organizaba partidas de bridge en las que Beatriz siempre despuntaba: "A veces se le escapa alguna palabrota. Aunque en este juego está todo perfectamente medido con sus tiempos, gestos y formas, ella a veces adapta las reglas".
Pese a que siempre se mantuvo en su discreto segundo plano debido a la posición política de su familia, Beatriz era una mujer que supo hacerse un hueco en el mundo del golf, un deporte que practicó hasta hace poco tiempo y que la llevó a ocupar el puesto de presidenta de honor de la Asociación Española de Seniors de Golf de Damas. Una organización de la que también forma parte Aguirre, que compartía con su suegra su pasión por este deporte que han jugado juntas siempre que ha sido posible.
La marquesa de Casa Valdés contrajo matrimonio en 1947 con el militar Ignacio Fernando Ramírez de Haro y Pérez de Guzman, a su vez Grande de España, Comendador Mayor de León en la Orden de Santiago y Maestrante de Sevilla. El matrimonio duró hasta el año 2010, cuando Beatriz enviudó a causa de un severo brote de legionela en Madrid. Con su marido, la aristócrata tuvo seis hijos: Beatriz, condesa de Murillo; Fernando, conde de Bornos, marido de Esperanza Aguirre; Juan José, conde de Montenuevo; Iñigo, dramaturgo y marqués de Cazaza; Javier y Gonzalo.
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