Lucía Bosé (87 años) ha llegado puntual a su cita en la Audiencia Provincial de Madrid. Allí, la madre de Miguel Bosé (62) debe enfrentarse a una demanda por supuesta apropiación indebida de un dibujo de Pablo Picasso que vendió hace unos años por 198.697 euros. Las demandantes son las sobrinas de Remedios, su antigua empleada del hogar, que mantienen que la actriz italiana no les entregó este dibujo cuando su tía falleció ni el importe que ganó con la venta. Lucía asegura que su empleada le regaló esta obra a su hijo Miguel, por lo que no habría infringido la ley al venderlo en una subasta hace años.
Mientras se espera la declaración del cantante por medio de videoconferencia -tendrá que contar al Tribunal todo lo que sepa del ya famoso dibujo en el que Picasso-, Lucía llegaba a la Audiencia Provincial acompañada de sus abogados y de otro de los sobrinos de Remedios, defensor de la versión de la madre de Bosé y contrario a la denuncia de sus primas. Lucía Bosé se enfrenta a la petición de la Fiscalía de una pena de dos años de prisión y una multa de ocho meses con una cuota diaria de 20 euros, además de la correspondiente indemnización para la persona perjudicada.
El fiscal considera probado que la procesada mantuvo en su domicilio de Madrid a su empleada doméstica Remedios hasta el fallecimiento de ésta. Tras cincuenta años a su servicio, y como quiera que dicho domicilio era su lugar de residencia, Remedios tenía todas sus pertenencias en él, entre las que se encontraba un dibujo realizado a la misma por Pablo Ruiz Picasso. En la parte posterior de dicha obra hay una dedicatoria del pintor en la que se puede leer 16-2-63 y 'para Reme'. A pesar de que se trataría de un regalo, según el Ministerio Público Lucía Bosé "hizo suyo el dibujo, disponiendo del mismo para su venta en una subasta el 25 de junio de 2008, en la que alcanzó el precio de 198.607 euros; y jamás entregó el dinero a los herederos de Remedios tras su fallecimiento".
El primer juicio, suspendido
Fue en noviembre de 2018 cuando el primer juicio se suspendió. A su salida de la sala donde debería haberse celebrado el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid, Lucía aseguró a los periodistas presentes que no tenía ninguna objeción para que su hijo declare. "Mi hijo dirá lo que tenga que decir, no hay ningún problema. Yo no le tengo miedo a nada, el cuadro era mío", manifestó antes de subir al ascensor acompañada de sus personas de confianza. Con un sombrero de ala ancha y una amplia capa, pasó a comentar el tiempo, sin ganas de dar más detalles sobre el asunto. "¡Qué raro que haya tanta prensa aquí, pensaba que seríais mis primas o amigas esperándome!", ironizó a la salida de la sala.
El sobrino discordante
Ya antes de que comenzara el juicio suspendido, sorprendió la presencia de un sobrino de Remedios que, según se pudo ver en los pasillos de la Audiencia Provincial de Madrid, estaba enfrentado a Remedios y María Pilar. Sentado en una silla con una garrota en la mano, el hombre de avanzada edad no tuvo problema en atender a los periodistas y explicarles que "está muy agradecido con la familia Bosé porque les han tratado siempre muy bien". Sostuvo que Reme regaló el dibujo a Miguel Bosé. Una explicación que daba un vuelco a la historia y que el propio cantante tendrá que aclarar si efectivamente fue así o no cuando declare como testigo.
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