El fiestón por el 19 cumpleaños de Alejandra Rubio: su antes y después más radical en un año
La joven se presentó ante el mundo hace un año en una portada de '¡HOLA!' junto a su madre que poco o nada tenía que ver con su auténtica personalidad.
23 marzo, 2019 02:43Noticias relacionadas
Alejandra Rubio lleva un año sabiendo lo que es ser mayor de edad y este domingo celebra su entrada en los 19 años con una gran fiesta rodeada de familiares y amigos. La hija de Terelu Campos (53) y Alejandro Rubio (57) será la protagonista de la noche del sábado en Oh My Club, la discoteca en la que trabaja como relaciones públicas desde hace casi dos meses y de la que es dueño Kiko Matamoros (62).
A las diez de la noche de este sábado la prensa está convocada para acudir al local de la madrileña calle de Rosario Pino. Allí, ante un photocall, la joven atenderá a los medios, algo que el año pasado Alejandra temía por completo en su primer contacto real con los periodistas, del que salió llorando por la presión. En aquella ocasión, la aparición pública y mediática fue algo medio impuesto para ella, pero esta vez la multitudinaria convocatoria ha sido todo idea suya. Cuanta más gente acuda, mayor atractivo para captar clientes y promocionar el local, su lugar de trabajo. Su labor semanal de miércoles a sábado se basa en la captación de público, por lo que un evento de tanta repercusión como el fiestón cumpleañero de una de las jóvenes del momento es la mejor forma de conseguir la atención de la audiencia.
Esa publicidad le permitirá disfrutar gratis de las salas y los reservados para que celebre su 19 aniversario por todo lo alto con sus seres queridos. No faltará su novio, Álvaro Lobo (25), que es, además, el DJ habitual del club. En la foto principal también será protagonista la madre de la cumpleañera, Terelu, y decenas de amigos vip del mundo de la televisión, las redes sociales e hijas de famosos de su grupo de amistades.
A pesar de ser una fiesta nocturna en la que reinarán los bailes, la bebida y la diversión, no faltará algo tan tradicional como una tarta en la que Alejandra podrá soplar las velas. Seguro que de esos deseos que pedirá poco queda de los que pidió el año pasado. En 2018 la joven se presentaba al mundo mediático de la mano de su madre con una portada para la revista ¡HOLA! una semana antes de su 18 cumpleaños. La joven en ese momento solo quería permanecer en el anonimato, hacer su vida sin salir en los medios y labrarse un futuro fuera de los focos. Eso es lo que expresó en aquel entonces, pero 365 días después su pensamiento, sus sueños y su día a día es otro.
En ese reportaje, Alejandra se mostraba vestida en tonos pastel, con faldas y vestidos de inspiración inocente y con poses muy elegantes. Sin embargo, gracias a las redes sociales, poco después se vio la verdadera faceta de la influencer. "No me gustaba nada la ropa que me pusieron", comentó días más tarde la joven. Y es que ella prefiere vestir de negro, con pantalones rotos, cadenas y detalles metalizados. Enseguida tiñó su pelo de negro azabache y dejó atrás el castaño claro con mechas californianas que lucía antes de cumplir los 18 años.
La candidez que se 'vendió' en los kioscos aquel 17 de marzo de 2018 nada tiene que ver con la personalidad de Ale -como le gusta que la llamen-. Meses antes de alcanzar la mayoría de edad ya ejercía de RR.PP. en la discoteca Tiffany's, donde precisamente conoció a su novio. Ya era asidua en las gestiones del mundo de la noche y entre su grupo de amigos había personas tan conocidas como Aless Gibaja (31), Liz Emiliano (35) u Oriana Marzoli (27), por lo que ya se movía en círculos potencialmente mediáticos.
Las primeras fotos que se hicieron de ella tras la fiesta fueron en su viaje a Málaga. A la salida de la estación de AVE varios fotógrafos se agolparon para conseguir la imagen de la joven y ella se escondía bajo unas grandes gafas de sol y permaneciendo cabizbaja. Algo parecido ocurrió en su primer día de clase de la carrera universitaria. Alejandra acudía a la Escuela de Diseño de Moda y los paparazzi aguardaban en la puerta, algo que se tradujo en presión para ella y un gesto serio y lleno de rabia en su rostro. No quería saber nada de los medios. Hasta que cambió de opinión.
Se fue a vivir con su novio al barrio madrileño de Malasaña a finales de septiembre. Y después de tres meses yendo a clase, se dio cuenta de que lo suyo no era la Moda. Abandonó la carrera y comenzó un reality en Mediaset, en la plataforma digital MTMAD donde muestra en vídeo todos los detalles de su vida: el interior de su casa, la historia de amor con su novio, su deseo de ser madre, sus ganas de casarse joven... de la noche a la mañana la hija de Terelu ha pasado de rechazar los medios a vivir y estabilizar su economía emancipada gracias a ellos.
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