La ajetreada mudanza de Nuria Roca y Juan del Val: el motivo por el que viven entre cajas

Los últimos días están siendo de sumo ajetreo para Nuria Roca (46 años) y Juan del Val (49). Según ha retransmitido la propia colaboradora de El Hormiguero en su cuenta de Instagram, se encuentran en pleno proceso de mudanza. Y no es que el matrimonio haya decidido cambiarse de casa, simplemente han hecho una profunda reforma en la que ya vivían y, mientras que esta se llevaba a cabo, se han tenido que alojar en otra vivienda. Una vez finalizada, ha llegado el momento de meter en cajas sus pertenencias para regresar. 

En ese proceso se ha grabado Nuria estos últimos días; metiendo artículos en cajas y precintándolas con ayuda, o directamente sola. Lo cierto es que, pese a lo fatigoso de la tarea, la mujer de Juan del Val no ha perdido el sentido del humor en ningún momento. Así se la puede ver vaciando armarios con la ayuda de una amiga, que la graba mientras ella no para de reír ante lo cómico de la situación; o pidiendo a través de las redes sociales, y rodeada de cajas, que si alguien se anima a ayudarla, será bienvenido.

Fue ella misma la que informó hace unos días a través de InstaStories la decisión de reformar algunas zonas de su casa y cómo, metidos en la reforma, fueron cambiando más zonas de su vivienda, alargándose más de la cuenta el tiempo de remodelación. Ante esta situación no tuvieron más remedio que buscar una casa donde vivir mientras la suya iba cogiendo forma.

Han sido unos días de estrés que Roca ha sabido suplir con sentido del humor y compaginando ese tedioso momento del hogar con su trabajo en televisión y sus compromisos sociales y personales. Y es que, hace unos días, acompañó a su marido al estreno de su nuevo libro, Candela. Pese a las polémicas que han sobrevolado sobre su relación sentimental, es un hecho que ambos son una de las parejas más sólidas del panorama nacional. 

Una etapa de buenas noticias y de algunas polémicas 

Fue tan solo hace unos días cuando Nuria Roca celebraba su cumpleñaos después de recibir una de las noticias más felices para la familia: su hermana Ruth había dado a luz a su hija tras haber superado un cáncer. Fue en 2016 cuando Ruth se enfrentaba al diagnóstico del cáncer de mama. Entonces su hermana mayor, Nuria, se volcaba con ella. En aquel momento la presentadora estaba en la radio y se convirtieron en habituales sus posts en Instagram, desde la pecera del estudio, enviándole fuerza y optimismo a Ruth. Los seguidores de Roca estaban al tanto de cada sesión de quimioterapia que esta terminaba. Cada nuevo peldaño que esta daba en su ascensión hasta la cumbre, donde le esperaría la mejor recompensa de todas: su niña.

Ellas siempre han estado muy unidas, como ha atestiguado el propio Juan del Val en más de una ocasión: "Son muy distintas, casi opuestas. Pero su relación es esa que todo el mundo querría tener con una hermana. Su complicidad vista desde fuera da hasta un poco de envidia. Esa manera de reír juntas, de contarse su día a día cuando hablan por teléfono, esos 'complots' que hacen para unificar posturas frente a su padre o su madre…Esa manera, en definitiva, de ser hermanas y de quererse es verdaderamente emocionante".

Nuria Roca junto a Juan del Val en una imagen reciente. Gtres

Sin embargo, este agrio momento que ha terminado con final feliz no ha sido la única noticia que ha zarandeado en los últimos tiempos a la periodista. Fue a finales del año pasado cuando saltaba el escándalo: la presentadora confesaba en el programa donde trabaja que le gustaría "deshacer más la cama". Una confesión que puso de nuevo de actualidad la relación abierta que mantienen Nuria y Juan después de tres hijos, Juan, Pau y Olivia, y 18 años casados.

Un matrimonio que ha tenido que acudir a terapia de pareja para solucionar sus problemas, sobre todo en la cama, como no han tenido reparo en reconocer. Fueron ellos mismos quienes decidieron hace tiempo que su matrimonio se basara en una "relación abierta", que ambos respetan y que en ningún caso entienden como infidelidad, sino como una libertad de respetar el deseo de uno y otro. En este tiempo, ninguno de los dos ha tenido ningún problema con su estilo de vida, pero al poco de desvelarlo no les faltaron detractores y críticos que mantuvieron encendida la mecha durante varios días. Pasada la tempestad, llegó la calma para ellos. 

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