La polémica continúa cerniéndose sobre la mediática vida de Verdeliss (33 años). Después de que hace unos meses una plataforma recogiera firmas para que dejara de exponer a sus hijos bajo el mensaje No a la explotación de los menores en Youtube, la pamplonesa no solo no ha dejado de subir vídeos a la red junto a su marido Aritz y sus hijos, sino que en su última publicación sus fieles seguidores han entrado de nuevo en su intimidad más absoluta, en su parcela más privada: sus difíciles horas de parto prematuro, ¡y en directo! Ya lo hizo con sus gemelos, pero ahora vuelve a hacerlo con el agravante de un parto prematuro. ¿Es necesario sobreexponer tanto la intimidad? ¿Dónde están los límites?
Parece que ella tiene otro concepto de lo íntimo. Como prueba, su último trabajo colgado en Youtube. En él se ve, minuto a minuto, el delicado parto prematuro de la pequeña Miren, la cual nació dos meses antes de lo previsto. ¿Quién dijo reparo? Tras recibir el alta, y una vez en casa, Verdeliss ha compartido la grabación íntegra con su familia virtual. La cámara -que en todo momento se intercambia con su marido para no dejar de grabar ninguna escena- filma hasta el último segundo de cuando su pequeña Miren viene al mundo entre llantos y la colocan en el regazo de su emocionada madre. No cabe duda con este último paso al frente de que Verdeliss desoye las críticas recibidas y ha querido compartir los días previos a su parto prematuro en el hospital, así como el explícito momento del alumbramiento.
Sin omitir ni censurar ninguna escena en quirófano ni en su habitación. A la luz de este proceder, muchos son los que se preguntan: ¿hasta dónde vas a llegar, Verdeliss? ¿Es necesaria tanta sobreexposición, sobre todo en esos dolorosos e íntimos momentos en los que viene al mundo un bebé? Con este vídeo queda patente que la vida de Verdeliss es más reality que nunca; ya casi no queda ningún resquicio de su vida que no se haya publicado en la red. La vida en directo.
La youtuber comienza la grabación justo dos días antes de romper aguas enseñando, cámara en mano, lo que va a desayunar -barrita de pan con tomate y aceite- mientras despierta a su marido, que duerme en una cama supletoria al lado suyo. Ni siquiera omite las pruebas rutinarias que se le realizan, como el registro tococardiográfico de cada mañana -para ver en qué fase se encuentra el parto-, ni tampoco las palabras de su médica: "Ha pasado la médica y nos ha dicho que podemos elegir llevar el manejo ambulatorio. La niña está respondiendo bastante bien con los monitores regulares".
Tan eufórica se muestra con el hecho de poder salir a la calle, y abandonar un poco el hospital después de doce días de 'encierro', que Verdeliss, monitorizada, habla de su intención de ver un apartamento cerca del hospital: "Nos viene bien que nos dé un poquito el aire, que llevamos trece días ingresados con hoy. Tenemos que continuar los mismos registros que estamos haciendo aquí".
Además, la de Pamplona no siente ningún reparo en grabar las fuertes contracciones que siente a cada rato y cuya intensidad controla desde su móvil. "Ay, esta contracción me tira de los riñones", se queja mirando al objetivo mientras se encoge de dolor en la cama y su marido toma el timón de la grabación. Los minutos pasan y el espectador sigue siendo testigo mudo de los tiránicos dolores que doblan, literalmente, a Verdeliss, la cual no cesa de dar tumbos por la habitación en busca de la postura idónea que le palíe el dolor.
Sin embargo, lejos de amainarse, llega el fatídico momento de bajar a quirófano y la youtuber se rompe. "No quiero que llegue ese momento, noto que me presiona hacia abajo", se desahoga con su esposo antes de colocarse la bata de quirófano. Y es que, tras una cevicometría se constata que el cuello del útero se ha acortado a la mitad: "Nos van a bajar, estoy asustada". "Tranquila, va a ir todo bien, hazlo por nuestro bebito", le consuela Aritz. Una vez en quirófano, y en pleno proceso de dar a la luz, con la cámara en picado grabándolo todo -"Ya está viniendo, Estefanía", la animan-, sale el cuerpecito de Miren. El vídeo acaba con las comadronas limpiando a la pequeña y con Verdeliss agradeciendo que todo haya ido bien. Se insiste, ¿hasta dónde vas a llegar, Verdeliss?
Recogida de firmas y ¿consecuencias legales?
Lo cierto es que la vida de Verdeliss y la de su familia siempre ha estado expuesta en Youtube. De hecho, este se ha convertido en los últimos años en su modo de vida y en su mayor fuente de ingresos. La de Pamplona nunca ha sentido ningún reparo en sacar a sus siete hijos sin pixelar en la red, un proceder que alcanzó mayor repercusión cuando concursó en Gran Hermano VIP. Entonces, fueron muchos los que pusieron el grito en el cielo tras bucear en su cuenta, e incluso la plataforma Change.org inició una recogida de firmas para que dejara de "explotar" a sus vástagos. Sin embargo, a su salida del reality -en el que Verdeliss llegó a hacerse una ecografía en directo-, ella se defendió y aseguró que sus hijos tienen una infancia normal y que en nada les perjudica la exposición mediática.
Pese a esto, fue tras ingresar prematuramente cuando la polémica se recrudeció para ella. Y es que, no dudó en publicar una imagen de su hija Miren entubada. En ese momento, las críticas se cernieron sobre ella. Tanto, que incluso hubo quien puso en tela de juicio que aquello no se pudiera denunciar. Para resolver tal enigma, este medio se puso en contacto con Javier Urra, especialista en Psicología Clínica y Pedagogo Terapeuta y Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid desde 1996 hasta 2001. "Quien puede que intervenga es el Ministerio Fiscal, en caso de que entienda que se está atentando contra la intimidad, dignidad o el honor", explicó el especialista. A diferencia de lo que mucha gente piensa, el experto aclara que el Defensor del Pueblo no sería el que intervendría, sino "la Fiscalía que tiene la competencia del ámbito de protección", es decir, "que podría intervenir".
Eso sí, en muchos de los casos que aparecen en los medios en los que se abre un proceso para proteger un menor se inician por la denuncia de uno o de los dos progenitores. En este caso, sin embargo, ambos siguen juntos y mantienen una muy buena relación, por lo que no existiría la posibilidad de que hubiera un intercambio de demandas. Entonces, ¿quién pone los límites?
[Más información: La sobreexposición de Miren, la hija de Verdeliss, podría tener consecuencias legales]