Màxim Huerta (48 años) ha regresado este miércoles al programa de Ana Rosa Quintana (63) para romper su silencio y promocionar su última obra, Intimidad improvisada. El escritor ha relatado cómo le afectó su dimisión como ministro de Cultura y Deporte, hasta el punto de sufrir una depresión y agorafobia.
Todo empezó el mismo día que abandonó el cargo. Sus amigos, conscientes de la presión mediática a la que iba a estar sometido, le compraron un billete para irse de viaje a Londres y posteriormente a Alicante, con su familia. En ese momento, empezó a sentir la ansiedad y las miradas indiscretas de las personas.
"Cuando fui al aeropuerto, todavía no era consciente del volumen informativo que había. Me desmayé al verme en portada, de toda la gente que me miraba. Vino la Policía y todo. No estoy acostumbrado a cómo me miraba la gente", ha explicado.
Tanta fue la ansiedad que ha admitido ante Ana Rosa que tenía problemas para seguir con su vida normal, con acciones tan cotidianas como pisar la calle: "Yo tenía pánico, me encerré y no quería hacer nada. De hecho, me costaba muchísimo volver a salir. En silencio estuve bien", ha asegurado.
A esta agorafobia se sumó la depresión en la que se vio inmerso. El escritor ha explicado que sentía que tras dimitir como ministro nada iba a volver a salirle bien, nadie iba a acudir a una firma de libros, no iba a volver a escribir... "Sientes que te están señalando, sientes que tu vida va a morir. Cuando iba de Valencia a Madrid yo decía: me da igual que le pase algo al coche", ha dicho el valenciano.
Ana Rosa, ante unas palabras tan duras, no ha dudado en preguntarle si estaba atravesando una depresión. Màxim, con el rostro serio, ha respondido un escueto pero significativo "sí".
Para poder superar este duro episodio, el exministro se rodeó de sus familiares más cercanos y se aisló del mundo exterior, de lo que se decía y de lo que se escribía sobre él: "Me he impuesto un tiempo de silencio, de no decir nada ni leer nada sobre mí. He preferido estar callado y, afortunadamente, con ayuda médica y de amigos puedo estar aquí charlando, con gente que quiero y que conozco. Afortunadamente, puedo hablar", ha explicado.
Un nombramiento polémico
Màxim fue nombrado ministro de Cultura y Deportes el 7 de junio de 2018. Pedro Sánchez (46) elegía así a un escritor, que se había iniciado en la televisión trabajando como reportero, y que tenía amplias conexiones con el mundo de la cultura. Solo 6 días después, el valenciano se veía forzado a abandonar su cargo tras salir a la luz que había defraudado a Hacienda 256.778 euros, motivo por el que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le obligó a pagar 365.939 al fisco.
Un momento que recuerda a la perfección Màxim: "Me llamó un día de Feria del Libro. El día anterior había tenido varias llamadas pérdidas de un número que no conozco. Por eso, lo cogí: 'Hola, soy Pedro Sánchez', me dijo. Le di la enhorabuena y empezamos a hablar", ha narrado el escritor.
"Yo al principio no pensé que me estuviera llamando para ser ministro de Cultura y Deportes, sino para preguntarme alguna cosa, o sobre la Dirección General de Libros. De repente, me dijo: 'Quiero que vengas conmigo, quiero que seas el próximo ministro de Cultura y Deportes", ha añadido.
El presidente del Gobierno fue directo, y le dijo que le tenía que responder en ese momento. Sin embargo, Máxim estaba confundido: "¿Cómo voy a ser yo ministro?, y al mismo tiempo pensaba: '¿Cómo voy a negarme, con lo que a mi me gusta la cultura, la literatura...?' Bueno, pues dije que sí".
Seis días después, se enfrentaba a los medios de comunicación para anunciar su dimisión. A su lado estaba Clarita, su madre y su mayor apoyo antes, durante y después de su cargo como ministro.
"Aquella noche apagamos la tele, yo me quite el traje, nos quedamos en casa, en pijama. Fue una comunión entre madre e hijo que la recordaré como uno de los mejores momentos de mi vida. Es lo bonito que tiene ese momento, cuando estás con alguien que te mira y vuelves a ser un niño. Que te dice: '¿Qué te hago de cenar?'".
No obstante, no le guarda rencor. Pese a ser uno de los episodios más duros que le ha tocado vivir (aunque quiere dejar claro que sin victimismos) asegura que le volvería a decir que sí a Pedro Sánchez, e incluso piensa votarlos en las próximas elecciones.
"Votaré a Carmena (75) para el Ayuntamiento, a Errejón (35) para la Comunidad y a los socialistas en el Gobierno. Son tiempo revueltos, y no veo ningún problema en manifestar el voto", ha añadido.
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