Los colaboradores de Sálvame están viviendo un momento completamente inédito en los diez años que llevan de programa. Jamás pensarían que convivirían en la casa de Guadalix de la Sierra durante días seguidos aguantando las diferentes personalidades de cada uno. La noche del domingo ha sido lo más entretenida posible, y es que la organización del programa les preparó a todos los concursantes un fiesta para que pudieran desconectar y pasar un buen rato en conjunto. Lejos de suceder lo que todo el mundo hace cuando está de fiesta, el cansancio y el agua con misterio provocaron que se desatara un enfrentamiento de lo más absurdo.
Anabel Pantoja (32) ya lo estaba calentando motores para la celebración cuando encerraron a todos los concursantes en el confesionario mientras la organización preparaba el salón para la gran fiesta. Se la veía bastante animada y contenta y con ganas de bailar. Belén Rodríguez (52) y Lydia Lozano (58) también se encontraban gustosamente animadas y mostraron su buena energía a la entrada de la noche.
El conflicto se produjo cuando a mitad de la fiesta, Anabel Pantoja y Belén Ro se metieron en el confesionario un buen rato y se olvidaron completamente de la fiesta. Las horas de la madrugada y el derroche de comida y bebida que llevaban en el cuerpo, produjo que algunos compañeros les reprocharan que les habían abandonado durante la fiesta para ir a hablar ante el súper y la audiencia. Más tarde y con las luces ya apagadas en la habitación, Belén le comentaba a Lydia que le había sentado fatal que se hubiese ido a dormir en pleno auge de la noche.
Discusiones con poca sustancia, pero las fiestas nocturnas producen a veces conversaciones sin sentido que acaban con malentendidos. La noche, la música y lo que bebieron les confundió de tal manera que aseguró que muy buenos momentos al menos para el formato televisivo. Anabel Pantoja se quedó bailando sola enfrente de la cámara y ofreciendo contenido hasta prácticamente la salida del sol. Y es que a pesar de que la propia Isabel Pantoja (62) asegure que no le gusta que su sobrina esté trabajando en un lugar como Sálvame, parece que la prima de Kiko Rivera (35) no se lo pasa tan mal como aparenta a veces.
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