María Teresa Campos (77 años) está que trina y ya no lo disimula ni siquiera en público. Desde que tocara a su fin su contrato de cadena con Mediaset y, hace una semana, se confirmara el fichaje estrella de Isabel Pantoja (62) para Supervivientes y su vinculación contractual con la cadena de Fuencarral, Campos vive soliviantada y, según ha podido conocer JALEOS, "está pasando su peor Semana Santa, en la que no deja de rezar y se emociona sin parar". Y es que, tal y como ya se publicó, la tonadillera ha sustituido a la malagueña con su millonaria rúbrica.
En otras palabras, Telecinco ha soltado amarres con Teresa tras la no renovación y ha cerrado los servicios de la Pantoja en exclusiva. Un contrato por otro; uno que expira y otro recién sellado y con el que la cadena sacará, se entiende, más rentabilidad. Sin duda, un proceder lícito, pero que "ha indignado" sobremanera a María Teresa por la ocultación del mismo. Entiende que no se merecía semejante final: "Considera una traición que no se le informara de las intenciones reales y que la mantuvieran a la espera y, por tanto, con la esperanza". Es más, cree que la incursión de la cantante en Mediaset "ha tenido bastante que ver" con su fin de contrato.
"Ella se conoce el negocio a la perfección y no hizo falta que se la llamara; ató cabos", desliza a este medio alguien de su entorno. De ahí que hace unos días, cuando se le preguntó durante su viaje de Semana Santa a Málaga, en plena calle, por el fichaje, Teresa se revolviera contra la periodista con el gesto serio y agarrada a su pareja Edmundo Arrocet (69): "¿Qué me importa a mí eso? A lo mejor es que yo no soy ni espectadora". Para, acto seguido, visiblemente enfadada, incidir: "¿A mí qué me importa lo que haga Isabel Pantoja?". Sea como fuere, una salida de tono que iría, a todas luces, contra la cadena que tanto le ha dado y contra uno de sus formatos más exitosos.
En concreto, la frase "a lo mejor es que yo no soy ni espectadora" parece evidenciar el tremendo enfado de la malagueña, que se desvincula de pleno de Telecinco. Según se informa a este medio, "ese modo de responder recuerda mucho a aquel sonoro gilipollas que lanzó desde Antena 3 al consejero delegado Paolo Vasile (66)". Al mismo que, más tarde y en su vuelta a Telecinco, dio las gracias por "no dejar que me haga mayor en mi casa". No obstante, de aquello han pasado muchos años y todo hace indicar que los tiempos felices de Teresa en esa casa han terminado, aunque sus hijas siguen vinculadas.
Para terminar, cabe apuntar que con esta histórica sustitución de rostros parece que cada vez queda más lejos -cuando no inviable- aquel anhelo de Terelu Campos (53) cuando pidió públicamente a Isabel Pantoja, en su llamada a Sálvame, que concediese una entrevista a su madre; aquella con la que se despediría para siempre del medio de comunicación que se lo entregó todo. "Me encantaría porque yo la admiro mucho como profesional", fue la respuesta de Pantoja. Hoy, puede que su opinión haya cambiado.
En negociaciones con TVE
A principios del mes de abril, cuando expiró definitivamente el contrato de Teresa con Telecinco, este periódico conoció que María Teresa "lleva tiempo recibiendo ofertas de otras cadenas". En palabras de la fuente de total solvencia a la que tuvo acceso este medio, "se ha dejado querer" por otros grupos audiovisuales. Lo cierto es que este interés, se apuntaba, "le ha subido el ánimo" en estos dos aciagos años desde que se canceló Qué tiempo tan feliz. Si bien antes ni los atendía, ahora "se detiene y escucha".
En concreto, se detalló a este periódico de una "negociación avanzada" entre María Teresa y Televisión Española. De entre todas las tentativas, "es la que más se está pensando, sobre todo por las condiciones que le ofrecen". La elección de la cadena pública en estos momentos no sería baladí, ya que fue en ella donde la matriarca del clan Campos se inició en la televisión. Qué mejor forma de cerrar el círculo.
Como cierre, y en la línea de las negociaciones, se informa que, incluso, el interés por los magnos servicios de Teresa habría llegado a cadenas autonómicas como Canal Sur -"a las que, por una cuestión logística, ha dicho que no. Ella no quiere moverse de Madrid"-. Cabe recordar que María Teresa llevaba bastante tiempo, antes de que Mediaset decidiera no renovarla, lanzando lo que muchos entendían como mensajes subliminales a Vasile, consejero delegado de la cadena de Fuencarral, haciéndole ver que "una cadena no te retira, te retira el público". En otras palabras, que a ella el público todavía "la quiere ver" y por eso sigue luchando por ese último programa que haga las veces de broche de oro de su carrera.
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