El periodista y director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez (67 años), y la abogada Cruz Sánchez de Lara (46) fueron reconocidos este viernes con dos de los premios más singulares del panorama cultural: el de Hidalgo de Honor y Dulcinea de Campo de Criptana (Ciudad Real), localidad cervantina por excelencia.
La Asociación Hidalgos de los Molinos, que promueve y divulga la cultura alrededor de la obra de Miguel de Cervantes y el turismo manchego desde los años 70, cerró los actos de su 41 semana dedicada al escritor universal reconociendo la carrera de Ramírez y Sánchez de Lara. En años anteriores han hecho lo mismo con figuras destacadas de la Cultura española, como el productor de teatro Enrique Cornejo o la escritora Carmen Posadas, entre otros muchos.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Libertad de Prensa, la Asociación presidida por Lola Madrid también reconoció la trayectoria de la periodista toledana Esther Esteban Herreros, a la que entregaron el premio de Molinera de Honor.
Mismo reconocimiento recibió el director general de la Policía, Francisco Pardo Piqueras, natural de Abenjibre (Albacete) y que viajó desde Doha (Qatar), donde se encontraba cerrando unas jornadas instructivas de la Policía española para las fuerzas de Seguridad cataríes de cara al próximo mundial de fútbol.
El padre Ángel García, fundador de la Asociación Mensajeros de la Paz, fue reconocido con el galardón de caballero andante y Carlos Enrique González, miembro de la Asociación Hidalgos de los Molinos desde hace décadas, se convirtió en el Socio de Honor de ésta.
"Las noticias son los molinos"
El director y fundador de EL ESPAÑOL, el riojano Pedro J. Ramírez, recibió su ilustre reconocimiento de manos de Miguel Ángel Mellado, director de Información del diario e hijo predilecto de Campo de Criptana que ha compartido más de la mitad de su vida profesional con Ramírez.
Mellado presentó a Pedro J. Ramírez como el "periodista por excelencia, el emperador de las noticias en España que siempre ha sometido a reyes y presidentes".
En un brillante discurso académico, Ramírez, que no en vano comenzó su carrera como profesor de Lengua y Literatura en la Universidad de Pensilvania, comparó las noticias, impulso de los periodistas, con los molinos a los que El Quijote se enfrentó como si fueran gigantes.
"Cada día, los periodistas cogemos a Rocinante, nos subimos sobre él, emprendemos el camino hacia la noticia e intentamos derribar a los gigantes. A veces los vemos como gigantes, y es que a veces son gigantes".
Como definición del espíritu diario de quienes van detrás de las noticias, el Hidalgo de Honor recuperó una cita de la aventura de los leones de la segunda parte del Quijote: "Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible".
Ramírez hizo una oda al mito del Quijote en su discurso y al amor real, aquél que "sólo algunos encuentran si saben desencantar a Dulcinea".
Dedicado a los policías
El molinero de Honor, director general de la Policía y exsecretario de Estado de Defensa con José Bono (68), Francisco Pardo, agradeció poder recibir su premio junto a sus amigos Miguel Ángel Mellado y Esther Esteban, y afirmó que Criptana es un lugar entrañable para él. Fue en la localidad donde recibió la noticia de su nombramiento como director general del Cuerpo, según desveló.
Precisamente Pardo Piqueras hizo una defensa de los policías como las personas que velan día tras día por nuestra seguridad y como quienes ayudan a los desfavorecidos. A ellos les dedicó el reconocimiento.
"Dulcinea tenía la cara de Sara Montiel"
En el acto se premió también la labor de la abogada Cruz Sánchez de Lara como defensora de los Derechos Humanos y de las mujeres, reconocida, entre otras instituciones, por el Women Together Awards de las Naciones Unidas en Nueva York.
Con palabras cercanas, Sánchez de Lara recordó su infancia leyendo el Quijote, reivindicó el papel de Dulcinea en la obra universal, cuyo nombre aparece en muchas menos ocasiones que las que lo hace el Hidalgo y confesó que "para mí Dulcinea siempre tuvo la cara de Sara Montiel, de Sarita (natural del municipio manchego)". Una frase con la que se ganó al público al que ya se había metido en el bolsillo al llegar al acto con una cartera de mano de la bandera de Campo de Criptana, el único bolso con esta bandera del mundo que algunas mujeres no tardaron en preguntar dónde había conseguido. Despidió su intervención declarando su amor incondicional por el Hidalgo, Pedro J. Ramírez.
"Criptana se escribe a cinco columnas y en negrita"
Esther Esteban, la periodista toledana y declarada enamorada de la Villa criptanense se convirtió este viernes también en Molinera de Honor del municipio. Un premio que le honró sobre todo por "estar en su tierra, tierra de mujeres valerosas". La entrevistadora política por excelencia reivindicó el papel de la mujer periodista, "luchadora y buscadora de la verdad frente a la que busca la fama y está obsesionada con su cuerpo, como algunos quieren ver".
Puesto que también trabajó muchos años de su vida con Pedro J. Ramírez, su "director", se refirió a él como "el ciudadano Kane" español, recordando las palabras del columnista Francisco Umbral amigo también de ambos.
La informadora, que hace poco estrenó el espacio Este es mi sitio en la televisión regional Castilla La Mancha Media, se refirió a los vínculos que le unen al municipio manchego, del que se siente también vecina: "Criptana se escribe a cinco columnas y en negrita", afirmó.
Al acto también asistió la periodista de EL ESPAÑOL y natural de Campo de Criptana, Carmen Lucas-Torres, a la que se refirieron los nuevos Hidalgo y Dulcinea.
"Cada molino es un sueño"
El padre Ángel García, nombrado caballero andante por su lucha contra las injusticias y la pobreza, no pudo estar en la velada, aunque participó con un vídeo: "Cada molino es un sueño, como acabar con la pobreza, la soledad o la injusticia", afirmó el también Príncipe de Asturias de la Concordia, que se sintió halagado del reconocimiento que entendió como "un mensaje que lanza al mundo". Acudió en su representación el director de Mensajeros de la Paz, Federico Acaso.