"La venda ya cayó" dice la canción de Miki Núñez (23 años) y así fue... cayó hasta los últimos puestos. Pero como también cantan sus estrofas, "solo quedó la alegría", y de esa no faltó sobre el escenario. Sonaron los primeros acordes del tema español a las 23:03 horas, y a las 00:55 horas nuestro país ya conocía que su puesto definitivo era el 22º, con un total de 60 puntos.
A pesar de la fuerte energía con la que el catalán ha pisado el escenario, las explosiones de color, la buena afinación de su voz y el contagioso ritmo de la canción, España sigue sin encontrar la fórmula para engatusar a la exigente audiencia europea. O eso, o existe un motivo desconocido para los españoles que hace que los otros 25 países participantes del antiguo continente nos tengan manía.
Y es que desde el año 2015, con Edurne (33) y su Amanecer, nadie libra a España de la cola de la lista en el festival musical por excelencia. La actual jurado de Got Talent consiguió el puesto 21 con tres cambios instantáneos de ropa durante su actuación y un "ie ieeeeeeeeeeeeeee" que no necesitaba de idiomas para entenderlo. Pero tampoco logró captar la atención del público que vota.
La maldición continuó con Barei (37) y su tema Say Yay!, una composición totalmente en inglés y con aires nuevos que no ayudó a alzar la posición de España sino todo lo contrario. La apuesta española cayó al 22, como Miki este 2019, pero Manel Navarro (23) en 2017 se llevó el mayor batacazo jamás logrado por ninguno de los otros 58 representantes patrios en la historia. El catalán con su Do it for your lover (de nuevo la prueba de que el inglés no salva del hundimiento) quedó último. Y con un gallo eterno en mitad de la actuación.
Todo lo anterior podría haber tenido justificación, pero hace 12 meses España volvió a creer en la posibilidad de ganar Eurovisión con una pareja de jóvenes enamoramos. Pero el amor es ciego. Tanto que los 47 millones de españoles que coreaban Tu canción no querían ver que lo más relevante de esa representación estaba en la historia de amor televisada de Amaia (20) y Alfred (22), y de la que los otros 700 millones de habitantes que viven en Europa y votan no tenían ni idea. Así nos fue, que España quedó cuarta. Por la cola.
Sin embargo, la excusa de la manía, de los asuntos políticos y de que no llevamos una canción/cantante/puesta en escena buena, no sirve. Si no que se lo digan a Ruth Lorenzo (36), que llegaba a tomar la batuta de la representación patria en Eurovisión tras una pésima posición de El Sueño de Morfeo (25 de 26). Pero con la potente voz de la murciana, su lluvia sobre el escenario y su Dancing in the rain volvió a colocar a España en el top 10. Pero de nuevo un año después llegó el fiasco de Edurne.
Se puede quedar en una posición digan en Eurovisión, solo hay que acertar. Los europeos están gritando que no vale cualquier cosa, lo que vale es una apuesta como Pastora Soler (40), como Rosa (38), como David Civera en su momento (40) o volver al alma más español y recobrar el sentir y las esencias de Massiel (71), Azúcar Moreno o Sergio Dalma (54) que se posicionaban entre los cinco primeros.
Miki no ha desafinado ni una nota, ha mostrado energía, buena presencia y ha conectado de forma sin igual con el público presente en el Centro de Convenciones de Tel Aviv. Pero se busca algo más. ¿El qué? Habrá que seguir indagando. Pero de seguir así es preferible enviar de nuevo a Roberto Chikilicuatre, una apuesta que parecía una broma en un principio pero que consiguió situar a España en el puesto 16. Ni tan mal.
[Más información: Miki monta una gran fiesta y exhibe músculo para cerrar Eurovisión]