Arturo Fernández ha fallecido en la noche de este miércoles a los 90 años de edad, tras pasar unos días ingresado en un hospital madrileño debido a molestias estomacales, tal y como ha informado su actual pareja, Carmen Quesada (61 años).

El hijo predilecto de su Gijón natal llevó una vida entera de dedicación al mundo de la interpretación, labor innata que compaginó con una plena y extensa vida sentimental. "El eterno galán", así era como le conocían encima de los escenarios y también bajo las tablas, y es que fueron muchas féminas las que pasaron por su vida; sin embargo, fueron muy pocas las que lograron conquistar el corazón del asturiano.

Carmen Quesada, abogada 29 años menor que Fernández, ha sido, sin duda, la mujer de su vida, y con la que ha vivido sus últimos momentos. Casi 39 años a su lado, algo que indica que a pesar de no estar casados su relación era una de las más consolidadas y envidiadas del panorama artístico: "Lo vi por primera vez en una obra de teatro en el colegio y tuve muy claro lo que quería. Yo ya iba conquistada de casa y tuve que insistir", aseguró en una entrevista.  

La abogada mantiene muy buena relación con los hijos del actor y en su paso por el programa de Bertín Osborne (64), Mi casa es la tuya, confesó que: "El único defecto que tienen es que no son mis hijos, aunque su madre también es maravillosa". 

Cuando se refiere a "su madre" habla de María Isabel Sensat, con la que el intérprete contrajo matrimonio religioso en el año 1967. Una mujer elegante y "diferente al resto". Asentó, por aquel entonces, los cimientos de su vida personal. Para él, la catalana fue otra de las mujeres más importantes, ya que además de compartir grandes momentos juntos y la edad dorada de su carrera, tuvieron tres hijos en común, Arturo, María Dolores y María Isabel Fernández.

Pero son varios también los nombres de mujeres que han pasado por la vida de Arturo Fernández, como el de las actrices Lea Massari, María Asquerino y Carmen Sevilla (88), aunque con ésta última fue un simple tonteo, sin mayor importancia que unos besos.

Nunca fue protagonista de un solo escándalo amoroso en la prensa, pese a que las habladurías sobre su faceta conquistadora en la época no fueron pocas. Su fama le perseguía. Él mismo tenía sus propios trucos para que todas cayesen rendidas a sus pies: "Con las frases de los boleros he conquistado a muchas mujeres", confesó en una entrevista. Además, gracias a su mítico "¡chatina!" logró enternecer a gran parte del público, y no solamente a mujeres.

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