El líder del Partido Popular, Pablo Casado (38 años), ha vuelto de sus vacaciones con un cambio de look en su rostro que no ha pasado inadvertido para nadie: se ha dejado una incipiente barba. Al menos, así ha reaparecido en el nombramiento como presidenta de la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso (40). Con un traje azul oscuro y una corbata roja -a juego con el outfit de Ayuso-, Casado se ha mostrado muy sonriente, y bronceado, con su nueva imagen.
Pero, ¿a qué se debe este cambio de look? ¿Qué motivos habría detrás de este sorprendente aspecto en su afeite personal? Para resolver estas dudas, JALEOS se ha puesto en contacto con Personality Media, la agencia especializada en el análisis de personajes públicos. Antes de nada, se advierte: "Dentro de un perfil político tan destacado como pueda ser Pablo Casado a nivel nacional, su evolución puede ser muy relevante en los próximos meses de cara a una estrategia para consolidarse como líder tanto de su partido como para el resto de españoles".
En esa línea, este nuevo estilo le imprimiría un carácter más rudo del que carecía antes, según la citada opinión cualificada: "Es cierto que proyecta una imagen excesivamente joven, limpia, por lo que le cuesta en mayor medida trasmitir el carácter que se espera de cualquier líder que debe hacerse respetar, más aun dentro de un partido repleto de políticos con experiencia a los que le va a resultar más complejo aun dar su brazo a torcer". Así y todo, se trataría de una inteligente estrategia por parte de Casado, algo que no es de extrañar entre la cumbre política. Hace unos meses, Pedro Sánchez (47) también sorprendía a propios y extraños con unas canas en su cabello. "Lo vimos hace ya muchos meses con Pedro Sánchez, que dejó aparecer una canas, que ya se habían visto hace muchos años florecer incluso forzadamente, como algunos periodistas afirmaban, en la época de Felipe González (77)", se desliza a este periódico.
La imagen arroja respetabilidad, eso es un hecho irrefutable, mas cuando se vive de ella, o ella es de vital importancia: "A medida que se acerca el poder, la manera de hacerse respetar no es otra que desde la experiencia y esa experiencia, inevitablemente, pasa por mostrar que tu edad es acorde al puesto que representas frente a todos aquellos que te rodean, ya sea para desmarcarte de tus opositores como para posicionarte en tu propio partido. Al fin y al cabo, marketing que todos ellos necesitan de forma continuada".
En definitiva, cabe destacar que esta es la opinión de la agencia experta, que atisbaría unas razones estratégicas de campaña en la nueva imagen de Pablo Casado con todos los argumentos expuestos. Eso sí, el propio Pablo ya ha salido al paso de su nuevo look en los corrillos periodísticos de la investidura de Ayuso el pasado lunes. El político pretexta que la razón de su barba se debe a que se olvidó la maquinilla de afeitar en su zona de veraneo y que su intención es desprenderse de ella en unos días. ¿Recapacitará a la luz de las informaciones de los expertos que señalan a un favorecedor cambio a nivel político?
Otros políticos que 'jugaron' con su imagen
Lo cierto es que de un tiempo a esta parte si ha habido un político que ha copado los titulares de la prensa por innovar con respecto a su imagen ha sido Pedro Sánchez. Todo comenzó en septiembre de 2018 cuando aparecieron unas tímidas canas en su cabello justo a los 100 días de tomar el cargo como presidente del Gobierno. El líder del Partido Socialista aparecía en El Objetivo de Ana Pastor (41) donde concedió una extensa entrevista a la madrileña.
El presidente aparecía con nuevas canas, posteriores al nuevo cargo que ostenta y que resaltaban en su cabellera negra. Entonces, se habló de la presión que vivía esos días. No obstante, Sánchez no era el único presidente socialista que ha visto cómo las canas ocupaban el espacio en su cabeza, antes que él, José Luis Rodríguez Zapatero (59) y, como se dice con anterioridad, Felipe González (77) sufrieron la misma trasformación. El veterano presidente vio cómo el blanco de las canas escalaban por detrás de sus orejas, empezaron a asomarse cuando estaba a la cabeza de su partido y terminaron por acrecentarse cuando se convirtió en el presidente del Gobierno.
[Más información: El pelo de Pedro Sánchez también sufre el peso de la política: asoman sus primeras canas]