Con la llegada del mes de septiembre, las diferentes cadenas de televisión realizan su particular vuelta al cole con un profundo lavado de cara a sus parrillas de programación. Así, por ejemplo, en #0 (Movistar+) se emitirá la segunda temporada de Scott y Milá, un espacio en el que Mercedes Milá (68 años) hace un interesante ejercicio periodístico, abordando diversos temas de actualidad desde una perspectiva más emocional.
Este programa supone el regreso definitivo de la periodista de Esplugas de Llobregat a la pequeña pantalla, después de que en 2015 dejara de ser la cara visible de Gran Hermano. Esa despedida no fue entendida en su momento por la legión de seguidores del reality, aunque pocos años después se conoció el motivo real por el que Milá se tuvo que tomar un respiro.
Fue en una entrevista con Jordi Évole(45) en Salvados (laSexta), donde la presentadora se 'desnudó', al hablar abiertamente de que sufrió
una depresión."Me doy cuenta en la última etapa en Gran Hermano, cuando no salía de casa porque lo único que quería era estar en la cama y llorar. Solo me levantaba para hacer el programa", reconocía la presentadora.
Uno de los puntos de inflexión que llevó a Mercedes Milá a este momento tan bajo fue la ruptura sentimental con su pareja: "Empezó siendo, al principio de todo, una historia de amor rota, que lo pasé muy mal, horrible. Me separé, me enamoré de un chico muy joven, viví con él cuatro años y cuando él se fue, yo había cumplido 50 años, entré en barrena. Pero bueno, las pastillas y la ayuda psiquiátrica me ayudaron a salir. Volví a ser la Mercedes de siempre, empezó Gran Hermano justo en ese momento y me ayudó enormemente, fue la liberación total".
Sin embargo, lo que se supone que la estaba ayudando a superar el bache la estaba hundiendo un poco más: "Le dediqué tantas horas que acabó matándome. Cometí el error de meter a mi cerebro demasiada potencia, porque me dedico full time. Trabajo y trabajo hasta que el cerebro te dice 'Ya que tú no eres consciente, te voy a parar yo'. Empiezas a notar miedos que antes no has sentido, no duermes, lloras de forma inesperada…".
Su salida del túnel
La travesía por el desierto de Mercedes Milá se prolongó durante un tiempo, hasta que los médicos le dijeron que debía parar: "He pasado momentos, yendo por la calle, que la gente me pedía un autógrafo o una fotografía y yo les decía que no. Debían pensar que soy una antipática, pero yo no podía. Pero tenía la fuerza suficiente para llegar al programa y hacerlo sin que se notara, era un esfuerzo tan bestia que me rompí la cabeza, por eso me fui. Al final me pidieron, por favor, que no me fuera, que
buscáramos un camino, pero los médicos me lo dijeron muy claro 'No puedes seguir haciendo Gran Hermano".
En ese instante, la periodista se fue a vivir con su madre y siguió con los tratamientos oportunos, entre los que incluye uno fundamental: "Recomiendo la lectura, no sólo porque es fuente de conocimiento y sabiduría, sino porque un libro me salvó la vida". Pero, ¿cuál es la razón que la llevó a hablar públicamente de este problema? Ella misma lo explicó en la entrevista con Jordi Évole y en otras apariciones posteriores en medios de comunicación. Como en Liarla Pardo (laSexta): "Lo hago por si le sirve a la gente decir 'si esta tía, que parece que se va a comer el mundo ha estado en la mierda, yo también podré salir'".
Conviene recordar que este problema de salud mental afecta a una parte importante de la población. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), España ocupa el cuarto puesto en el ranking de países europeos en cuanto al número de personas que padecen depresión (en torno a 2,5 millones de diagnósticos), con especial incidencia entre la juventud: uno de cada cinco jóvenes sufre un cuadro de depresión.
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