María Teresa Campos (78 años) necesita trabajar, y de forma imperiosa. Ya no solo porque lo necesite emocional y anímicamente, que también, sino porque sus ingresos han menguado peligrosamente en los últimos años. En concreto, desde que en 2017 echara el cierre en Telecinco su programa Qué tiempo tan feliz, su situación económica solo ha ido cuesta abajo y sin frenos. Disminuyendo paulatinamente.
Ante la falta de trabajo -Mediaset no le renovó el contrato de cadena que tenía rubricado con ella-, y con un futuro laboral aún demasiado en el aire, Teresa necesita oxigenar su economía ahora más que nunca. Puso a la venta hace cuatro años su casa de Molino de la Hoz, en Las Rozas, esa que se construyó a capricho y que cuando vinieron mal dadas no tuvo más remedio que colgarle el letrero de venta. No obstante, esta no llega y María Teresa ha rebajado una y otra vez el precio. Hasta asumir la enorme pérdida monetaria. Esperanzada, dio la señal de otra casa, más pequeña, donde vivir junto a su pareja Edmundo Arrocet (69).
Pero nada ha cambiado ni qué decir mejorado en los últimos años y meses. Y el callejón económico, y sin salida, parece haberse cercado sobre Campos. Tal y como informa Lecturas, ha tenido que dejar de pagar el alquiler de esa nueva casa a la que tenía pensado mudarse en breve. Teresa no puede asumir ese pago más el magno desembolso que le supone tener abierta y en funcionamiento su casoplón de Las Rozas. Los ahorros no dan para más.
En su agónica situación, se explica que María Teresa ha optado por pisar el freno y quedarse definitivamente en Molino de la Hoz: "Ha paralizado todo lo que tiene que ver con la nueva casa". En estos momentos, su actual residencia, ya casi vacía de muebles, acoge a menos personal de servicio: Teresa está reduciendo gastos tontos en su día a día.
De este modo, se añade, Teresa poco a poco va descosiéndose el bolsillo cada vez menos y a última hora de la tarde se apunta a este periódico que Edmundo la está ayudando todo lo que puede: "Teresa se resistió pero no tuvo más remedio que aceptar esa ayuda. Son una pareja y en estos momentos Bigote está demostrándole más que nunca lo mucho que la quiere, por encima de las habladurías que hubo en los platós hace unas semanas".
No cabe duda de que no son buenos tiempos para la matriarca del clan. "La verdad es que es una situación difícil para una señora que ha trabajado tanto como ella. Yo ya le dije que esa casa iba a ser su ruina", cierra este artículo un periodista y amigo que bien la conoce.
Su hija Carmen, en busca de trabajo
Hace unos días, este medio se hacía eco de la desesperación que siente también Carmen Borrego (52) ante la falta de trabajo como directora de programas. Cuando su hermana Terelu (53) parece estar encontrando su hueco laboral entre Telemadrid y Viva la vida, su hermana no corre tan buena suerte en esas lides. Según pudo conocer este periódico, ese tiempo en que se colocó delante de la cámara terminó por "superarla" y, en la intimidad, considera que su etapa de exposición "ha tocado y debe tocar a su fin".
Cuenta una fuente que su asomo al papel couché y a los platós lo tomó en un principio "como un pasatiempo", pero que se alargó demasiado. Han sido años difíciles, pero la esperanza se ha instalado en el trío Campos de nuevo. Aires frescos están por llegar. Por eso, desde que se inició el nuevo curso televisivo, tanto a nivel nacional como autonómico, Carmen está "tirando de contactos" para conseguir su sueño.
Hasta donde conoce este medio, las comunicaciones entre Carmen y las productoras han sido frecuentes, pero no todas están siendo tan halagüeñas como se espera, sobre todo en lo que concierne a lo nacional. Eso sí, más suerte parece estar cosechando es en el campo autonómico -o, al menos, donde no han descartado una posible oportunidad-, tanto en Telemadrid como en Canal Sur. Sea como fuere, apostilla quien sabe de este negocio que "la única solución más factible y cercana sería que se pusiese bajo los mandos de su madre o hermana". El problema es que ninguna de las dos, ni madre ni hija mayor, podrán garantizarle un hueco en televisión.
[Más información: La desesperación de Carmen Borrego por volver a trabajar como directora: su delicada situación]