Adolfo Suárez Flores (22 años), Adolfito, el nieto del primer presidente de la democracia española, tiene templanza, gusto y medida de los tiempos. Tres cualidades a favor para su debut de este domingo 6 de octubre como torero en la plaza de toros de Povedilla (Albacete).
El joven se vestirá de corto para faenar en el coso con clásicos como Enrique Ponce (47), Javier Conde (44), Luis David Adame (20) y su amigo del alma, Toñete Catalán (22), con el que lleva concentrado en el campo toda esta semana de entreno total. El diestro hará el paseíllo en un festival benéfico organizado hace varias décadas por la familia de su madre, Isabel Flores. Es por eso que la finca El Palomar, el paraíso cinegético manchego propiedad de su abuelo Samuel Flores, se ha convertido estos días en el lugar de reclutamiento para ponerse en plena forma como un flamante torero.
De Adolfito, el nuevo matador de la jet set y de apellido noble, poco se sabía hasta ahora. Él ya se ha acostumbrado al diminutivo de -ito: "Se lo pusieron desde muy pequeño sus padres para distinguirlo de los otros Adolfos de la familia", cuentan a JALEOS desde su entorno. Hace unos unos años se le podía ver en una instantánea al lado de su padre, Adolfo Suárez Illana (55), sosteniendo el rabo de un toro que cortó en un festival de la feria taurina de Povedilla, el mismo coso en el que el nieto del que fue presidente del gobierno, Adolfo Suárez, saltará el domingo a los ruedos a las 17 horas de la tarde.
Adolfito ya ha elegido un brillante traje de corto, según ha sabido este periódico, de fuentes cercanas a a la familia. "El diestro dice que no tiene miedo y no se plantea ni oír un segundo que no vaya a triunfar el domingo", apuntan a este diario. Su apuesta es la de salir a hombros. Su gran amigo, el torero Toñete, hijo del empresario Antonio Catalán, no se separa estos días ni un momento de su lado, dándole buenos consejos y ensayando todo tipo de muletazos. El Palomar, el cortijo de su familia materna, es su claustro estos días. Samuel Flores, su abuelo, vive ahí con sus toros desde que compraron la finca a la casa Montijo.
En sus 3.000 hectáreas, mitad monte mediterráneo y mitad dehesa, en la Povedilla, al lado sur en la provincia de Albacete, pastan Los Samueles, los toros con más raza con los que el mayor de los Suárez se codea estos días. En esta coqueta finca hay venados, corzos, ciervos, un lugar al que llegan cazadores de todo el mundo y en el que han disparado, entre muchos otros, el Rey emérito Juan Carlos (81), que batió el récord de venados en 1988.
El apellido Suarez por todo lo alto
Adolfito tiene como referente taurino a su abuelo. En más de una ocasión el joven ha visto el vídeo del exmandatario del Gobierno vestido de corto en julio de 1959 en la antigua plaza de Ávila, donde toreo varias veces. La valentía y el arrojo del político son algunos de los dones que más admira de él. De Adolfo padre lo admira todo. Su progenitor toreó durante siete años y ha participado en varios festejos taurinos hasta su despedida en Espartinas, de la que salió a hombros, tras torear un toro de su suegro y en compañía de su amigo, el torero Juan José Padilla (46).
Por todo ello, el joven no se cansa de decir estos días lo siguiente: "Voy a dejar el apellido Suárez todo lo alto que pueda". Eso es lo que se plantea sin titubear para su debut: la puerta grande. El entorno familiar le beneficia. Es habitual verlo en el tendido 2 de Las Ventas durante la Feria de San Isidro y también disfrutando en la Feria de Abril de Sevilla. Pero no sólo la tradición taurina le viene por parte paterna sino también de su madre, Lili, hija del famoso ganadero Samuel Flores, que le ha enseñado casi todo del mundo del toro desde dentro. Adolfito ha pasado muchos veranos en El Palomar con sus abuelos maternos, un lugar al que le tiene especial cariño ya que ahí se conocieron sus padres.
De la Moraleja a los veraneos en Mallorca
Adolfo quiere ser abogado y seguir la tradición familiar. De hecho, ayuda en todo lo que puede a su padre en La fundación Concordia y Libertad y un día aspira a ocupar uno de los despachos en la planta séptima de Génova, donde su padre trabaja como letrado. Con su vocación, Adolfo recoge el testigo de su padre y se confirma como el heredero de su trayectoria profesional porque no piensa dejar a un lado sus estudios. Sus padres están orgullosos de él.
También ayuda a su madre en una ONG con sede en Vietnam que ofrece un futuro a niños desprotegidos. Adolfito vive con sus padres y su hermano Pablo en la urbanización La Moraleja de Madrid, en una vivienda unifamiliar de dos plantas. Tanto su hermano como él han llevado una vida discreta y sólo se les vio en público en el funeral de su abuelo. Quien lo conoce, lo califica como un joven "capaz, muy educado y con gran sentido del humor".
Uno de los reveses más fuerte que sufrió, según ha sabido este medio, es cuando la maldición familiar de los Suárez se cebo en su progenitor. A los dos meses de la muerte del expresidente del gobierno, le detectaron un carcinoma en el cuello a Suárez Illana. Adolfito ahí estuvo siempre, apoyando a superar la enfermedad a su padre al que adora. Al nuevo torero también le gusta navegar y pasa los veranos en Mallorca, en la casa que tienen en la urbanización Sol, lugar donde también pasa sus vacaciones la infanta Pilar (83).
Incluso en estos días de estío la vida social del joven es de lo más austera sin que hayan salido fotografías más allá de las familiares. Entre sus amistades se encuentran los Barreiros Spínola y Cotoner, pero sin duda, su alma gemela estos días es Toñete Catalan, que está poniendo toda la carne en el asador para que su buen amigo embelese al tendido en el redondel de la Povedilla.
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