Leticia Sabater (53 años) se ha lanzado al mundo de la literatura con una novela de ficción titulada Lety la Horrible y el internado diabólico. A pesar de que su temática es irreal, la historia tiene partes autobiográficas: "He vivido en primera persona dos de las sensaciones más fuertes y dolorosas que se puede vivir, y he podido plasmarlas de una manera muy certera en el libro al haberlas sufrido: el bullying y la desaparición de mi novio justamente mientras escribía uno de los capítulos con un tema similar. Fue durísimo escribir entre lágrimas y más lágrimas ese capitulo mientras lo vivía en carne propia, y lo mismo ha pasado con algunos otros capítulos, por eso en muchos momentos me he sentido muy identificada con la protagonista".
La ficción relata la historia de una niña que no puede presumir de tener una vida como la de la mayoría de chicas de su edad, y es que tal y como resume su autora: "Todo empieza con un bebé con el pelo azul natural que alguien misterioso deja en el cubo de la basura con un cartel donde pone LETY. Cuando iba a ser triturado por el camión de la basura, los basureros oyen lloros, lo recogen y lo llevan al más terrible y frío orfanato de Nueva York con la cruel Miss Hortensia, allí desgraciadamente Lety se acostumbra a vivir con los insultos y humillaciones de las personas que la rodean, hasta que un día, un matrimonio multimillonario decide adoptar a una de las chicas del orfanato, que no es otra que ella". Pero lo que parecía que iba a ser una vida idílica se convierte en una pesadilla aún peor que la anterior.
Al presentar a la protagonista de la novela hace una descripción que se asemeja a cómo Leticia se ha descrito en varias ocasiones en su adolescencia: "Es gorda, con gafas de color azul porque tiene estrabismo, con aparato en los dientes porque los tiene un poco separados y algún que otro grano en la cara que van y vienen".
El libro está repleto de insultos y descalificativos hacia la joven, como: "Eres más que horrible, pareces una paella, gordi, rechoncha, cuatro ojos, dientes de hierro", "renacuaja feúcha y gordinflona", "Por más que hagas, siempre serás la más fea de todas y nadie te querrá nunca"...
Ante los continuos ataques que recibe, el personaje que representa a Sabater aparece con una actitud pasiva al principio y más tarde se enfrenta a sus acosadores, una forma de actuar que podría desvelar la infancia de la autora. Y es que los detalles de cómo son las integrantes del grupo de chicas populares del colegio así cómo su forma de acosarla es tan meticuloso y descriptivo -risas, zancadillas, culparla sin culpa, ridiculizarla- que parece que la escritora está contando fielmente algo que ha vivido en primera persona.
Sin embargo, debajo de ese aspecto que todos rechazaban se oculta una menor con grandes potenciales y positivos atributos. Sabater presenta a Lety (su alter ego) como una niña inteligente, educada, nada caprichosa, generosa y muy bondadosa.
"Ella sabe cocinar, planchar, coser, lavar", "se habían dado cuenta de que era muy lista y espabilada", "se le saltaron las lágrimas de emoción al ver la enorme bondad y lo buena persona que era esta chica de pelo azul", "Lety es listísima, muy por encima de la media, parece superdotada y tiene un poder mental increíble". Así se habla de la protagonista, unos rasgos de los que siempre ha presumido Leticia sobre sí misma, pero que no quedaron probados en el Sábado Deluxe en el que se sometió a un test de inteligencia y concluyó que la artista alcanza un 96 de cociente intelectual, una cifra muy al ras de la media.
"Todas las feas son muy listas, como los chicos pasan de ellas y no las llaman para salir, tienen mucho tiempo para estudiar", se lee en el libro por boca de una de sus acosadoras. Al estar tan rodeada de insultos, la protagonista se contentaba con cualquier piropo que fuera dirigido a ella por pequeño que resultara, algo que también concuerda con que fue la presentadora juvenil más exitosa de los 90: "La pescadera le había dicho un día que tenía los dientes muy bonitos y le había hecho mucha ilusión", se narra sobre la ficticia Lety.
Pero como toda historia juvenil, en el final feliz sale a la luz la moraleja de este libro, y no es otro que dar relevancia a la belleza interior de la que todos acaban enamorándose: "Quería decirte que me encanta lo lista que eres en el colegio y la bondad que tienes, Lety, también lo buena persona que eres y lo generosa que te muestras con los demás, a mí no me importa que seas gorda, es más, ya hasta me gusta", se confiesa en uno de los capítulos el chico que le gusta a la protagonista.
Cuentos de hadas o ficciones aparte, el aspecto en el que queda patente que se trata de una novela de ficción es en lo relativo a sus padres, pues mientras la protagonista de la historia se presenta huérfana, de orfanato en orfanato y con unos padres adoptivos peores que nada, Sabater siempre ha gozado de una familia unida y orgullosa de ella, y así lo demuestra en sus agradecimientos: "Se lo dedico a mi padre y a mi madre que está en el cielo, los amo locamente y siempre han sido un gran apoyo para mí".
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