Existen dos fechas en este 2019 que Eva González (39 años) quisiera olvidar: el 7 de enero y el 4 de diciembre. Se trata de dos días clave en los que su vida tornó 180 grados a peor, la primera respecto a su ámbito profesional y la segunda, centrada en su hasta ahora idílica faceta personal.
Fue en noviembre de 2018 cuando se conoció que la presentadora rompía su contrato con Televisión Española para fichar por Antena 3. Dejaba el programa MasterChef y también su versión Celebrity en los que había logrado manejarse con soltura y empatizar con la audiencia, y se adentraba en un mundo hasta el momento desconocida para ella, ya que era totalmente virgen entre las bambalinas de las cadenas privadas, pero la oportunidad se le antojaba excitante.
El día después de Reyes dieron comienzo las audiciones a ciegas de La Voz, el debut más esperado de Eva. En las sillas giratorias más famosas de la televisión se encontraban los cantantes Antonio Orozco (47), Luis Fonsi (41), Paulina Rubio (48) y Pablo López (35) que han ayudado y desquiciado a la andaluza a partes iguales durante todo el programa.
Pero los piques entre coaches y presentadora no han sido lo peor. Las audiencias son lo más temido por quienes apuestan por un formato y más aún tras dar el arriesgado paso de cambiar a Jesús Vázquez (54) por Eva; una decisión que debía conjugarse como la mejor para la cadena. Pero nada más lejos de la realidad. Los datos de audiencia se desplomaban por cada emisión. La Voz aguantó el tipo, después vino La Voz Senior, que facturó algunos de sus desplomes más históricos, y La Voz Kids solo ha logrado salvarse del hundimiento alguna noche pero en general -tras varios cambios de horario dentro de la parrilla- no ha podido destacar entre sus competidores, sino todo lo contrario.
De hecho, la propia cadena Telecinco se ha estado jactando de que su programación varias noches a la semana "quintuplica las audiencias de Antena 3" y más concretamente cuando se ha emitido La Voz, que no ha logrado colarse entre lo más visto de la parrilla en todo el año.
Mientras, MasterChef Celebrity ha logrado ser en varias ocasiones lo más visto de la noche de los miércoles y su gran final, que coronó a Tamara Falcó (38) rozó el 40 por ciento de audiencia, un hito para TVE, y lo peor para Eva, que nadie notó la necesidad de que ella (ni nadie) ejerciera de presentadora a lo largo de toda la edición.
Cuando ya estaban anunciadas las fechas de las semifinales y se podía oler ya la final de La Voz Kids, el miércoles 4 de diciembre, los kioscos abrían con una llamativa portada que vació los estantes en tiempo récord. Cayetano Rivera (42), marido de Eva, aparecía en la primera plana de la revista Semana con una misteriosa amiga a la que se mostraba muy unido y cómplice.
Estas imágenes no surgieron de la nada. Durante toda una semana Sálvame estuvo cebando el asunto que implicaba a un "famoso y guapo matrimonio" en el que "el hombre habría sido desleal" y se apuntaba a la existencia de unas instantáneas en las que el susodicho aparecía abrazado a una mujer que no era la suya. Además, durante la tarde del pasado 29 de noviembre Kiko Matamoros (62) en una de sus explicaciones y aportación de datos sobre el tema aún tabú, repitió en dos ocasiones el nombre de él: "Cayetano y esta chica", desveló. Cinco días después la portada de la cabecera rosa confirmaba que se trataba del torero.
Ese día, y los posteriores, la prensa del corazón solo buscaba a tres protagonistas: Eva, Cayetano y Karelys Rodríguez (26), que es como se llama la 'amiga' de las fotos. Una abogada canaria que trabaja en Londres, donde fueron tomadas las imágenes.
El mismo día del estallido de la 'bomba', Rivera Ordóñez regresaba de su viaje a Perú y los medios consiguieron sus primeras palabras nada más aterrizar en el aeropuerto de Adolfo Suárez Barajas: "Voy a demandar a todo el mundo". Justo un día después, el matrimonio y su hijo hacían las maletas para poner rumbo a Sevilla en AVE. Los fotógrafos se agolpaban para captar la imagen de 'familia unida', pero los serios gestos y el semblante de enfado de Eva González reflejaban el mal momento que estaba viviendo. Tanto es así, que horas después de llegar a la estación de Santa Justa, la presentadora voló a París para desconectar y estar al lado de su amiga Vanesa Martín (39) que ofrecía un concierto en la capital gala.
Desde entonces las veces que la también modelo se ha tenido que plantar sin remedio ante los medios o captada por los paparazzi ha mostrado una sonrisa totalmente forzada, que no refleja precisamente felicidad y su aspecto, aunque cuidado, se aleja mucho de la luz y el brillo con el que deslumbraba hace un tiempo. No atraviesa una buena racha, pero con la entrada del nuevo año el calendario le da una nueva oportunidad para resurgir.
[Más información: Los planes de Eva González (sin Cayetano) en su fin de semana más complicado]