El pasado mes de noviembre EL ESPAÑOL recogía cómo el presidente de Vox, Santiago Abascal (43 años), se 'machacaba' en el gimnasio, de qué forma ponía a punto su cuerpo siempre que podía. Entonces, se hablaba de un físico esculpido, de unos brazos musculados y un tórax trabajado a golpe de pesa y saco de boxeo. Además, se argumentaba que tal era su 'obsesión' por su afeite personal que cuidaba en exceso su alimentación, pero que con las elecciones había bajado la guardia, como explicaba una fuente cercana a la que tuvo acceso este periódico.
Pues bien, pasada la época electoral, el político ha sorprendido sobremanera a sus seguidores de Instagram felicitando la Navidad junto a su mujer, Lidia Bedman Lapeña (33), y luciendo una complexión física considerablemente cambiada. Más delgado, con un pecho menos voluptuoso -al menos, en apariencia-, menos músculo y con unos rasgos más afilados pese a su poblada barba, Santiago posa sonriente para la fotografía. Además, lo hace con un look desenfadado; sin americana, con el cuello de la camisa abierto y con las mangas remangadas.
Sin duda, un cambio tanto físico como estilístico más que evidente, lejano a ese hombre trajeado y encorsetado. Ahora bien, ¿qué se esconde tras este cambio en su imagen? ¿Se debe a una estrategia de partido o simplemente a una causa personal y menor? Para descubrirlo, JALEOS se ha puesto en contacto con la directora de Ai Asesores de Imagen, Ana Iriberri. Esta profesional deja claro que el político, pese al cambio que ha experimentado en el corto tramo de un mes, "siempre ha sido una persona que se ha preocupado por su físico. Es bien conocido que intenta mantenerse en forma acudiendo al gimnasio y sobre todo cuidando mucho su alimentación".
Eso sí, Iriberri no tiene ninguna duda de que Abascal luce más delgado; no se trata de una percepción óptica ni de ningún truco deliberado. Sus facciones lo delatan. "En la foto de felicitación navideña que subió a su cuenta de Instagram, se lo percibe más delgado o menos corpulento, aunque se ve que se sigue cuidando y se mantiene en forma", relata. Pero, ¿con qué objetivo ha perdido peso y se muestra un tanto más desenfadado en lo que a outfit se refiere?, interpela este medio. "Esto quizás suaviza su imagen pudiendo ser percibido de una manera menos agresiva algo que le puede ayudar a acercarse a un tipo de público que actualmente no se encuentra entre sus votantes más fieles, sin alejarse de la imagen conservadora que espera su votante actual".
Y, con ese fin, Santiago no arriesga en exceso, si bien tampoco pierde su aspecto clásico. El lado conservador es capital: "No podemos decir que haya realizado un gran cambio, sigue siendo fiel a las pautas con las que saltó a la gran escena, es decir apuesta por lo seguro a la hora de transmitir un look más conservador. La camisa blanca o azul celeste siguen siendo su opción principal".
Santiago es muy consciente, según la opinión profesional de esta fuente, que cada día está más expuesto mediáticamente y eso lo hace evolucionar y experimentar: "Por eso raramente vemos que se salga del guion en lo que a su estilo se refiere. En cualquier caso entendemos que la imagen que Santiago Abascal transmite a sus votantes y público en general va mas allá del mero aspecto físico, y es que el líder de Vox sabe elegir muy bien sus estilismos, y su puesta en escena, por lo que el hecho de haber adelgazado aparentemente no debería perjudicarle, sino tal vez le permita acercarse y atraer a un público nuevo".
Así trabajaba su cuerpo
Hace poco más de un mes este medio contó con el testimonio de una persona muy cercana al político que hablaba de la gran preocupación de este por su aspecto, por hacer deporte y por comer sano. De hecho, se deslizaba que en su casa de Madrid dispone de un pequeño gimnasio. Adornado con una gigantesca imagen del edificio del Ayuntamiento de Madrid, el salón tiene desde bicicletas estáticas hasta cintas para correr, pasando por mancuernas y varias máquinas para hacer músculo.
Aunque en redes sociales sube fotografías en ese gimnasio, en cambio, Abascal prefiere otro. Está abonado a uno en el centro de Madrid, más profesional, más preparado, y ahí va siempre que puede. A veces es tres veces por semana, otras veces es sólo una. Depende de la agenda. En la actualidad, y dada su nueva complexión física, su visita a las máquinas parece ser menor.
En cuanto a que si el líder de Vox tiene lo que tiene porque lo machaca o porque le guía el camino la genética, el entrenador personal apuntaba directamente a la edad cuando este periódico charló con él: "A él sí, se le ve que está fuerte y tiene una genética buena para eso. Pero tiene 43 años y a esas edades hay que trabajarlo sí o sí, no es como cuando tienes 25 años y tienes un metabolismo que te ayuda. Si no cuidas la alimentación y haces ejercicio, no puedes estar así".
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