José Mota (54) ha ganado el juicio contra Cospusa S.A., la empresa encargada de construir su casa madrileña, que ahora tendrá que indemnizarle con 200.000 euros. El presentador demandó a la compañía hace cuatro años por las malas condiciones en las que estaba el que ha sido desde entonces su domicilio familiar: no tenía ningún tipo de aislamiento, los marcos de puertas y ventanas no estaban anclados y los azulejos de los baños se caían.
El humorista interpuso una demanda contra la constructora por la violación del artículo 1591 del Código Civil por vicios en la construcción. "Me siento súper feliz porque se ha hecho justicia, pero aunque parezca mucho dinero es probable que tenga que poner de mis ahorros. Mi familia y yo hemos vivido un auténtico calvario", ha explicado el propio Mota a Loc.
Hace años, el humorista compró un terreno edificable en Mirasierra, una exclusiva zona al norte de Madrid, para la que pidió en su momento una hipoteca de 14 millones de pesetas. Entonces, encargó la construcción de la que iba a ser su casa soñada a Cospusa S.A: 936 metros cuadrados, tres plantas, dos porches, cocina, dos baños, aseos, garaje y un gran jardín en el que hacer vida al aire libre.
Sin embargo, cuando en 2017 José Mot, su mujer Patricia Rivas y sus tres hijos entraron a vivir a este chalet, descubrieron que la vivienda tenía multitud de desperfectos. El fallo principal es el falta de aislamiento. La familia se mudó a principios de verano, y las altas temperaturas pronto comenzaron a sentirse en la vivienda a niveles que no eran normales.
Esto, unido a otros tantos fallos llevó al presentador a demandar a la compañía por vicios en la construcción. Cuatro años después, la justicia le ha dado la razón pero la situación en su vivida sigue siendo complicada. "Seguimos pasándolo mal porque la casa aún no está arreglada. En el cuarto de mi hija Valeria el otro día caían chorros de agua por la rejilla del aire acondicionado. Son infinitas las cosas que puedo contar del desastre que han hecho en mi casa", ha asegurado el humorista.
Los problemas en la vivienda no solo les han afectado a nivel judicial y económico, también en el plano personal. "Aunque lo quiera separar es algo que he llevado por dentro todo este tiempo. No dormía muchas noches, mis hijos han tenido neumonías... lo hemos pasado horrible, no se lo deseo a nadie. No sé cómo puede haber gente que haga esto y se dedique a vivir la vida como si no hubiera pasado nada. Aun así me doy por feliz y contento con la sentencia. Me siento por fin lleno, poder decir que se ha hecho justicia es un descanso en el alma", ha afirmado.
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