Bárbara Rey ha celebrado su 70 cumpleaños en Madrid y acompañada por su hija Sofía Cristo (36). Muy sonriente, la que fuera una de las vedettes más reconocidas de España ha posado ante la prensa a las puertas del restaurante. Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, la vida de Rey ha cambiado considerablemente: apartada del mundanal ruido mediático, hace vida en Totana (Murcia) y tan solo acude como invitada a programas puntuales.
Muy lejos parecen quedar los tiempos en los que su rostro aparecía en todos los programas del corazón y su vida personal despertaba un mayor interés. Recorrer la vida de la polifacética Bárbara es hablar de la época del destape, de certámenes de belleza, de espectáculos circenses y amores televisados. Bárbara Rey cumple 70 años este domingo y mucho ha llovido desde que aquella joven de 18 años fuera nombrada Maja de Murcia.
Siete décadas de vida de una de las figuras televisivas más destacadas de nuestro país. María García García, que así se llama realmente esta perspicaz murciana, conoció la fama desde muy joven, hacia finales de los 60, y aún hoy sigue atrayendo el foco mediático. No todo han sido momentos de gloria y alegrías en la vida de la artista. Bárbara ha tenido que lidiar con más de un episodio oscuro a lo largo de su carrera, especialmente durante su relación con el domador Ángel Cristo, quien se vio envuelto y consumido por las drogas; quizás la peor parte de todo aquello se la llevó su hija, Sofía Cristo, quien también cayó en ese vicioso círculo de malas influencias y consumo desmedido.
Todo ello llevó a la vedette a sufrir episodios de depresión, especialmente en 2013, cuando la actriz fue realmente consciente del problema de drogadicción de su hija. Sin embargo, dejando a un lado el apartado personal, si se analiza la trayectoria profesional de la murciana, se puede afirmar que sus años sobre los escenarios fueron ciertamente de éxito.
Es más, si hay algo cierto en torno a la carrera de Bárbara Rey es que resultaría más sencillo hacer un listado de aquellas ramas del mundo del espectáculo en las que la de Totana, su ciudad natal, no hubiera intervenido que nombrar todos los proyectos en los que ha participado y, además, triunfado.
Ha sido Miss, tanto en el certamen de España como a nivel mundial; actriz de cine y de teatro, cantante y bailarina, ha presentado sus propios programas de televisión y colaborado en otros, ha participado en la radio y, por si fuera poco, llegó a convertirse en domadora de elefantes junto a Ángel Cristo.
En su época como vedette y actriz, en la década de los 70, Bárbara se llevaba al público de calle con su sensualidad y su actitud. No era la mejor cantante, ni la mejor actriz ni tampoco la mejor bailarina, pero no le hacía falta. En conjunto era magnífica.
Tenía un encanto especial, una altura muy poco habitual para la época y una versatilidad que hacían de ella una artista completa, diferente y sin rival. Bárbara fue una de las figuras más relevantes de la época del destape y una musa cinematográfica que robaba el corazón de los espectadores, incluyendo al actual Rey emérito, con el que supuestamente mantuvo una relación intermitente, y secreta, a comienzos de los 80. Desde que, recién cumplida la mayoría de edad, pisara su primer escenario en 1968 para ganar el certamen de Maja de Murcia y, posteriormente, ser primera dama de honor en Maja de España, Bárbara ya atrajo la atención de importantes personalidades del mundo de la televisión. Joaquín Prat, presentador de aquella gala nacional, fue el primero que vio en Rey un diamante en bruto. Un diamante que comenzó a pulirse con los certámenes de belleza de Miss España y Miss Mundo y que continuó haciéndolo en la gran pantalla.
Se puso delante de la cámara, por primera vez, en la película de 1969 La vida sigue igual, protagonizada por Julio Iglesias (76). Un papel secundario que dio paso a más y más llamadas de directores y productores hasta convertirse en una habitual del cine de los 70 y 80, participando en más de 40 películas.
Una fama creciente que le llevó a ser una de las musas del destape, protagonizando películas como Las delicias de los verdes años, con María José Cantudo (68), o Me siento extraña, junto a Rocío Dúrcal, y participando en clásico de nuestro cine como La escopeta nacional. Gracias a su versatilidad, la artista compaginaba, en aquellos años, su faceta de actriz en la gran pantalla con sus espectáculos teatrales y de variedades. La vedette, que copaba portadas de revistas, tenía el mundo a sus pies y, sin embargo, decidió dejarlo todo por amor y dedicarse al circo junto a su marido Ángel Cristo, con el que tuvo dos hijos, Sofía y Ángel.
Mientras duró la relación, Bárbara estuvo alejada de la televisión y el cine, pero no del foco mediático, durante cerca de nueve años. Sin embargo, una vez separados, la actriz volvió a la televisión y, especialmente, al teatro. No fueron malos años, ni muchos menos, los posteriores a su separación en cuanto a éxitos en la televisión y la interpretación. Bárbara protagonizó espectáculos de revista como Una noche Bárbara, así como programas de televisión como Esto es espectáculo o En casa de Bárbara, ya entrados los 2000. Habitual de la prensa del corazón -la actriz fue incluso portada de Interviú en 1991- fue a partir de esta última década, la del 2000, cuando su vida amorosa tomó mayor relevancia.
A partir de ese momento y, hasta la fecha, sus intervenciones en programas del corazón, como colaboradora o protagonista de la exclusiva, han ido creciendo hasta convertirse en una habitual de los platós de televisión. ¿Dónde estás corazón?, La noria, Salsa Rosa o Sálvame. Un sinfín de programas en los que Bárbara Rey siempre ha sido capaz de demostrar tener tablas, gracias a sus años de experiencia en televisión, cine y teatro, para capear todo tipo de temporales. Esa es Bárbara, una artista todoterreno que, en este 2020, cumple 70 años.
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