Rocío Flores (23 años) se estrena este jueves como concursante de Supervivientes en una edición que promete rescatar del olvido todas las polémicas en las la joven se ha visto envuelta. En especial, dará mucho que hablar la mala relación que ha tenido a lo largo de su vida con su madre, Rocío Carrasco (42), con la que lleva años sin hablarse; y cuya enemistad vuelve a ser actualidad tras hacerse pública la sentencia en la que se recoge la agresión física de la joven a su progenitora.
Flores nunca ha hablado bien de su madre. Cuando se le pregunta por su relación suele responder airada, con lágrimas en los ojos o, directamente, con un silencio sepulcral.
Años de mala relación ahondados por la distancia y salpimentados por varias declaraciones públicas devastadoras que han terminado por matar su relación. Para llegar al origen de esta enemistad hay que remontarse a 2012, cuando la tensión y una fuerte discusión en el hogar Carrasco llegó a tal punto que la hija decidió irse a vivir con su padre. Entonces trascendió a la prensa que en el enfrentamiento se habían lanzado duras acusaciones, gritos y alguna agresión física.
Un encontronazo que años después corroboró de manera indirecta Isabel Rábago en Viva la Vida: "Hay una situación, un episodio concreto entre madre e hija que acaba en unas diligencias, que acaban delante de un juzgado, que hay una condena que no es precisamente para Rocío Carrasco y que hay unas condiciones que impiden legalmente que madre e hija estén juntas", explicó.
Según ha asegurado la nieta de 'La más grande', la situación en su casa era insostenible. Se llevaba mal con su madre y la presencia de Fidel Albiac solo empeoraba la situación, según el entorno de la joven. Flores explicó en una entrevista que 2012 había sido "una mierda de año''.
En el otro lado estaba Antonio David, que acogió a sus hijos y en 2013 decidió dar un paso al frente e interpuso una demanda para reclamar ante la Justicia la guarda y custodia en exclusiva de su hija, fruto de su matrimonio con Rocío Carrasco.
Sentencia contra Rocío Flores
A todo este largo enfrentamiento familiar esta semana se ha sumado un nuevo capítulo: se ha hecho pública la sentencia del juzgado de Menores que condena a Rocío Flores por el enfrentamiento que vivió en 2012 con su madre, y por el que terminó yéndose de casa.
Según la sentencia del Juzgado de Menores número 4 de Madrid, que publica en Vanitatis, "sobre las 8:00 horas del día 27 de julio de 2012, encontrándose la menor en el domicilio familiar junto a su madre, la pareja de esta y su hermano, inició una disputa con aquella en el transcurso de la cual le propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas", reza el documento.
La agresión fue de tal magnitud que la hija de Rocío Jurado "sufrió policontusiones con equimosis en la región frontal derecha, con edema en ambas muñecas, en muslo derecho, en el antepié derecho y un hematoma en el segundo dedo del pie derecho, para cuya curación únicamente precisó de una primera asistencia facultativa
Demanda de malos tratos
En todo este tiempo, la hija de Rocío Jurado prefirió mantenerse en silencio y su única defensa fueron sus amigos y sus conocidos que la defendieron en los diferentes platós de televisión. Hasta 2016 cuando sus abogados recopilaron de forma impresa y audiovisual todas las intervenciones del ex guardia civil en prensa escrita, televisión y radio cargando contra su exmujer desde que se separasen en 2001.Rocío Carrasco acusaba al malagueño de malos tratos psicológicos continuados y de quebrantamientos de los derechos de la custodia.
Estas acusaciones, que años después se probaron falsas ya que la Audiencia Provincial de Madrid no vio "indicios de delito", fueron devastadores para Antonio David y su entorno, especialmente su hija Rocío Flores. Ante los ojos de su una España cada vez más concienciada con la violencia de género el ex guardia civil se antojaba un mal hombre que, además de haber maltratado a su exmujer, había puesto en contra de su madre a los hijos.
Esta denuncia abrió una brecha aún mayor entre madre e hija, al tiempo que unía más a Rocío Flores con su padre. Ante la prensa y ante la sociedad se presentaban como un equipo que desmentirían estas falsas acusaciones. Cuando en diciembre de 2018 finalmente se archivaron las denuncias de malos tratos, la joven publicó en sus redes sociales un demoledor mensaje que con solo 21 palabras dejaba patente esta situación: "Dicho esto, gracias a cada uno de vosotros por haber dedicado un minuto de vuestro tiempo para felicitarnos, gracias de corazón".
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