El nombre de Carlos Ferrando (72 años) ha estado ligado durante años con la prensa del corazón y los programas de este corte. Su nombre se convirtió en imprescindible en la crónica rosa y, durante décadas, fue uno de los periodistas más aguerridos del cuore patrio. Desde que en 1969 aterrizó en Madrid proveniente de Sabadell, donde se crió, Carlos ya comenzó a coquetear con el mundo del arte y del cine.
Se forjó como secretario a las órdenes de la actriz Esperanza Roy (84) y ya asentado en la vorágine farandulera, fue jefe de prensa de rostros tan emblemáticos como Pedro Almodóvar (70), Ana Belén (68) o Imanol Arias (63). Ellos fueron su Moisés particular y le abrieron las puertas del artisteo. Después vendrían años de shows en televisión, de información rosa, de éxito y reconocimiento hasta que su última colaboración televisiva de carácter fijo fue con María Teresa Campos (78) en Qué tiempo tan feliz.
De aquellos lodos al lado de Almodóvar vinieron otros barros. Una vez zambullido de lleno en la esfera social, se convirtió en un prestigioso crítico de cine en la revista Fotogramas y en Diario 16. Además, en la década de los 80 se enroló en la publicación más emblemática de la Movida Madrileña, La luna de Madrid. Sin embargo, su salto definitivo al trampolín de la fama le llegó en 1997 cuando apareció en el magacín De domingo a domingo, presentado por Belinda Washington (56) en Telecinco.
Poco podía imaginar Ferrando en ese momento que estaba a punto de subirse a un buque insignia que despuntaría hasta límites insospechados en la cadena de Fuencarral: Crónica Marcianas. Fue Javier Sardà (61) quien lo fichó para comentar la crónica social. El presentador le dio una gran oportunidad, pero Carlos solo duró un año en el espacio; lo abandonaría acusando a Sardà de fomentar escándalos en beneficio de la audiencia. Aquel trabajo, parece ser, fue un regalo envenenado para el cartagenero.
Nunca ha ocultado que ese fue su mejor momento profesional, pero también el más aciago y complicado cuando "me di cuenta de cómo me estaba utilizando Javier Sardà, porque a pesar de estar pactado y cobrado, había que insultar a las personas que estaban allí". Salió escaldado y Javier lo sustituyó por su showman oficial, Boris Izaguirre (54). El fichaje del escritor no sentó demasiado bien al periodista, quien llegó a aseverar en una entrevista: "Después de Boris, en la tele han salido 2.000 gritones más".
A raíz de ese momento, Ferrando fue reclamado por distintos canales locales como Canal 7, Sevilla TV y otros grupos audiovisuales. El de Cartagena siempre se ha vanagloriado de haber sido un 'chico Hermida', pero también de haber dado el salto a nivel nacional de nuevo, tras Crónicas, con el espacio veraniego A la carta en Antena 3. No obstante, si hay una etapa de la que Carlos siempre se ha sentido especialmente orgulloso fue en su trabajo junto a María Teresa en Cada día y, años más tarde, en Qué tiempo tan feliz, donde colaboró hasta el final de sus días de emisión en 2017.
"Trabajé con todas las grandes y, por supuesto, con María Teresa Campos, que era la que a mí me gustaba y sigue siendo la única profesional de la televisión, que a mí no me ha defraudado nunca…", aseguró en una entrevista. En cambio, de Ana Rosa Quintana (64) no opinaba lo mismo a principios de la década de 2000, sobre todo de su etapa como productora: "Nunca creí que Ana Rosa pudiera llegar a los extremos a los que ha llegado… O sea que, cuando veo el programa producido con su dinero y con la línea que ella quiere, Abierto al anochecer, cada semana, no la entiendo. ¿No quería acabar con la televisión basura?".
Si hubo un personaje del corazón al que le guardó especial animadversión allá por el año 2002, ese fue Boris: "Creo que hay un personaje que es Boris Izaguirre que ha hecho mucho daño a la televisión, porque la historia es dar gritos (comentaba textualmente). Esto ha hecho que salieran un montón de satélites. A mí me parece que Boris ha hecho el mismo daño al mundo de la televisión que Tamara, la del No cambie a la música". Cómo se decía, tras el cierre de Qué tiempo tan feliz, Carlos Ferrando ha realizado diversas colaboraciones puntuales a nivel televisivo tras años 'desaparecido' del mundo catódico. Recientemente, se lo ha podido ver en Sálvame hasta en dos ocasiones y en Huellas de elefante, el espacio de Telemadrid, donde habló de su íntima y volcánica relación con Rocío Jurado.
"En 1970 me contrató su madre para hacer un boletín de fans para su hija. Rocío revoluciona el mundo de la copla. Era una mujer muy politizada, tenía su postura y fue la primera folclórica que hizo un desnudo integral en el cine. A mí me han pegado pocas personas en mi vida y Rocío fue una de ellas aunque me lo merecía", recordó. También en esa intervención habló de Rocío Carrasco (42) y el cisma familiar: "Rompimos por la niña porque yo me negué a secundar la historia de convertirla en top model. No volvimos a hablar hasta el final de su vida gracias a la mediación precisamente de Rocío Carrasco".
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