En los últimos meses las finanzas de Alejandro Sanz (51 años) se han tambaleado tras perder el juicio contra su antigua representante, Rosa Lagarrigue (50), a quien debe pagar más de 5,4 millones de euros; y después de que una entidad financiera afincada en Miami le reclame 6,3 millones de euros. El artista español ya se puso manos a la obra para tratar de solventar esta difícil situación vendiendo algunas de sus propiedades, pero parece que no ha sido suficiente. Solo dos meses después de sacar al mercado su impresionante mansión en Miami se ha visto obligado a rebajar el precio de venta en casi cinco millones de dólares (4,47 millones de euros), según ha podido saber JALEOS.
El pasado mes de enero, el cantante puso a la venta esta propiedad a través de un conocido portal inmobiliario de Estados Unidos por 18 millones de dólares (16,10 millones de euros), al poco lo bajó hasta los 14,9 millones de dólares (13,33 millones de euros) y solo dos meses después ha tenido que hacer una considerable rebaja hasta alcanzar los 12,9 millones de dólares (11,54 millones de euros), precio al que se vende en la actualidad.
El cantante compró esta impresionante propiedad de más de 3.000 metros cuadrados en el año 2.000, pero desde hace años está deseando cambiar de residencia en Miami (en 2014 ya la puso a la venta a un precio similar).
La mansión se encuentra situada en pleno North Bay Road, un vecindario de un alto poder adquisitivo en una de las zonas más exclusivas de la ciudad estadounidense, y dispone de dos muelle privados que ha utilizado de forma habitual el artista español, a quien es normal verlo dando paseos por las aguas caribeñas de Miami a bordo de su propia embarcación.
La casa está pensada para alojar a un gran número de personas ya que cuenta con nueve habitaciones y amplias estancias en las que poder reunirse. Para diseñar el interior el músico español confío en Wallace Tutt, conocido por su estilo elegante y discreto y un prestigioso artista que también ha trabajado para otras celebrities de la talla de Gianni Versace, Cher (73) y Jack Nicholson (82).
Otra de las partes más reseñables de este inmueble es su exterior, pensado para que sus habitantes puedan hacer todo tipo de actividades sin tener que abandonar el domicilio: tiene un gimnasio, una cancha de tenis, una piscina climatizada y un amplio jardín con setos de estilo formal, pasarelas de piedra y una fuente.
Juicio contra su representante
El primer varapalo para las finanzas de Alejandro Sanz tuvo lugar en septiembre de 2019, cuando perdió el juicio contra su exrepresentante, Rosa Lagarrigue. La agente artístico demandó en un primer momento al músico por romper de forma unilateral su relación contractual.
La ruptura profesional entre las partes se produjo en mayo de 2016, cuando el despacho de Lagarrigue recibió la noticia de que Sanz prescindía de sus servicios. Tras este escrito se disolvía una relación laboral que en el año 2014 se había renovado hasta 2019.
La empresa RLM S.L., cuya propietaria es Lagarrigue, ganó el juicio contra Gazul Producciones, sociedad de Alejandro, y contra el propio intérprete como persona física. La sentencia declaró injustificada la resolución del contrato de representación artística que durante 25 años había vinculado a Sanz con Rosa.
Así, en primer término se condenó a la sociedad de Sanz a abonar 5.430.022,27 euros, más intereses, lucro cesante y demás conceptos. Un pago del que Alejandro sería el responsable subsidiario.
La sentencia ha sido recurrida por los asesores legales del cantante y la siguiente en pronunciarse debería ser la Audiencia Provincial de Madrid.
Demandado por una entidad financiera
En enero de este año se supo que el cantante había sido demandado en la Corte Civil de Miami por una entidad financiera que le reclamaba siete millones de dólares (unos 6,3 millones de euros).
La demanda fue presentada en la corte de la ciudad de Florida el pasado 27 de noviembre de 2019, según publicó Hoy Corazón, y en ella se acusaba a Music on Wheels Music on Wheels LLC., Gazul Producciones S.L.U, y Alja Producciones INC., tres de las empresas de Alejandro Sanz, del impago del dinero prestado.
Al parecer, la cuantía exigida se debía a las tres hipotecas que habrían pedido las sociedades del artista. Una de tres millones de dólares solicitada en enero de 2009 por Music and Wheels; una por un millón dólares solicitada por Gazul Producciones en 2014 y una tercera en la que se hizo una consolidación (un ajuste de la deuda) y luego se pidieron otros 3,5 millones de dólares en julio del 2016.
Así, en total las compañías del artistas habrían contraído una deuda que ascendería hasta los siete millones de dólares (6,3 millones de euros). Cantidad a la que habría que sumar los intereses y los abogados.
La demanda todavía no ha sido vista en juicio, por lo que queda por ver si finalmente el artista tendrá que hacer frente al pago de la deuda. La compañía argumenta que ha dejado de cumplir con los pagos, por lo que le reclaman la devolución del dinero o, en su defecto, el embargo de la mansión que posee en Miami (y que ahora vende por 13 millones de dólares).
A esto hay que sumar los problemas financieros que destapó a comienzos de año el auditor de su empresa Gazul. Según publicó Cinco Días, el responsable de sus finanzas alertó de la "desaparición" sin "justificación" de 15 millones de euros del balance de 2016. En concreto, 12,37 millones que figuraban como existencias y 3,29 como pérdidas de ejercicios anteriores.
Al comparar los datos de los resultados de cuentas, el auditor aseguró no "encontrar justificación necesaria y suficiente" para explicar la "desaparición del balance", durante el ejercicio 2015, "de las reservas de la sociedad por importe de 12,37 millones y los resultados negativos de ejercicios anteriores por importe de 3,29 millones", algo más de 15 millones que sí figuraban en las cuentas de 2014.
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