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    Una infancia ligada al rey Juan Carlos y a su pasión

    La Corona y el marquesado de Griñón siempre han estado muy ligado. El título fue creado en 1862 por Isabel II a favor de María Cristina Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias-Bohórquez y Carlos Falcó lo recibió casi un siglo después, en 1957. Es por eso, que el marqués mantenía fuertes vínculos con miembros de la monarquía española, como el rey emérito, quien fue su amigo íntimo desde la infancia y a quien mostró desde joven su pasión por el campo y su deseo de crear algo grande con la materia prima de la naturaleza.
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    Su primer matrimonio: Jeannine Girod

    En 1963, con tan solo 26 años, fue la primera vez que pasó por el altar. El marqués estudiaba en Estados Unidos y allí conoció a la madre de sus hijos mayores, Manuel y Sandra. Su amor duró siete años, y él se consiguió la custodia de sus hijos.
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    Manuel Falcó, el primogénito

    Como primer heredero está llamado a ser el VI marqués de Griñón. Al contrario que la mayoría de sus hermanos, Manuel o Manolo -como le llaman sus allegados- se mantiene lejos de los focos y la crónica social. Sin embargo, los periódicos dedicados a información económica y empresarial sí destacan su figura como directivo de Citi en Londres.
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    Sandra Falcó, su aliada en el negocio familiar

    Ha seguido los pasos de su padre y comparte su pasión vinícola pero desde una faceta más comercial. Trabaja con el marqués gestionando Dominio de Valdepusa, la marca desde la que mercantilizan sus vinos y su aceite de oliva desde hace diez años.

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    Segundo (y sonado) matrimonio: Isabel Preyler

    Cuando see conocieron en una proyección privada de 'Fiebre del sábado noche' ella seguía casada con Julio Iglesias. Sin embargo, el flechazo fue instantáneo y por eso solo tardó un mes en pedirle matrimonio. La boda se celebró el 23 de marzo de 1980.
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    El nacimiento de Tamara

    Solo un año después de darse el 'Sí, quiero' llegó a su hogar su primera hija en común, el tercer descendiente para el marqués y el cuarto para la 'socialité'. Se convirtió en el ojito derecho de Falcó, un vínculo que duró toda la vida.
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    Amor, fiestas y jet set

    El marqués de Griñón 'odiaba' la vida social, los eventos y las noches de reuniones; pero Isabel estaba acostumbrada a los actos multitudinarios con la élite y sabía desenvolverse como la mejor anfitriona. De hecho, en una de estas fiestas a las que no acudía Carlos Falcó surgió el primer contacto entre Preysler y Miguel Boyer.
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    Una historia de amor en portadas del corazón

    Cada acto familiar era sinónimo de expectación y de sesión de fotos. Aunque también las polémicas, como cuando los rumores sobre una relación entre Preyler y Boyer era muy fuertes y Falcó salió a defender su matrimonio: "Todo es una falsedad y por tanto una calumnia", titulo en su momento '¡HOLA!'. Finalmente se separaron en 1985 tras cinco años de matrimonio.
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    Sus dos debilidades

    Sandra y Tamara, las mujeres de las que nunca se ha separado fueran cuales fueran las circunstancias. La mayor es su fiel compañera y socia en la empresa; y la hija de Preysler supo ganarse el corazón de su padre gracias a su personalidad natural y a su buena gestión de los eventos en la finca familiar El Rincón.
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    El caballero favorito de los empresarios y las mujeres

    A pesar de rechazar los actos públicos y preferir perderse en el campo y la naturaleza, cuando ejercía de relaciones públicas siempre supo ser el mejor conversador y negociador.
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    Tercer matrimonio: Fátima de la Cierva

    Hija de los marqueses de Poza, antropóloga, asistente social de carrera, licenciada en Filología francesa e intérprete enamoró al también aristócrata en la década de los 90 y se casaron en el consulado español de Bayona en 1993. El matrimonio duró 17 años, pero Falcó se negó hasta en dos ocasiones a firmar el divorcio y la nulidad y no se fraguó hasta 2016. Tuvieron dos hijos: Duarte y Aldara.
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    Duarte y Aldara Falcó, los herederos más jóvenes

    Fruto de su matrimonio con Fátima nació en 1994 llegó Duarte. Desde que cumplió la mayoría de edad está centrado en la lucha pro-vida. Hace solo dos años confesó que padece trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, y por eso estudia nuevas formas de educar a jóvenes con estos problemas. Aldara llegó tres años después, tiene hoy 23 años y ha estudiado la carrera universitaria en Alemania.
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    Los viñedos, su hábitat natural

    Siempre estuvo ligado a los talentos de la tierra pero no fue hasta el fin de su primer matrimonio cuando dio forma a su pasión. Comenzó su aventura vinícola en 1974 cuando plantó la primera cepa de uva variedad 'cabernet sauvignon' en la finca que heredó de su abuelo. En esos campos abiertos también organizaba cacerías con amigos.
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    El vino, desde el campo a la botella

    La rutina y el silencio del campo siempre fue su perdición. Atendía cada cepa en primera persona y le gustaba controlar cada detalle desde el inicio de la plantación, la recolecta y la mezcla final para crear el producto a su gusto.
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    Brindando por sus éxitos

    Negocios, patrimonio, amor, familia, influencia... el marqués de Griñón gozó de una vida intensa y repleta de triunfos. Sus hijos son su mejor premio, todos ellos, además, han sabido sacar sus carreras adelante y también con mucho éxito.
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    El vínculo inquebrantable entre padre e hija

    Admiración, es el término que Tamara Falcó siempre ha empleado para describir lo que siente por su padre, y el marqués nunca ha ocultado la debilidad que sentía por la dulzura y espontaneidad de su hija.
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    Tauromaquia y compañía monárquica

    Su amistad profunda con el rey emérito hacía muy fácil su cercanía a la Familia Real, miembros a los que conocía a la perfección desde que era niño. Con ellos también compartía aficiones, como ir a la plaza de toros, aunque Falcó solo se dejaba ver en el tendido en contadas ocasiones, en festividades de relevancia.
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    Cuarto matrimonio: Esther Doña

    El 22 de septiembre de 2017 se celebraba en El Rincón, la mansión del marqués, su cuarta boda, esta vez en secreto y en la más estricta intimidad. Tras un año de amor y superando los obstáculos de sus 42 años de diferencia, Esther Doña y Carlos Falcó se dieron el 'Sí, quiero' sin la aprobación de su familia.
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    Polémicas del papel cuché

    Cuando se conoció la relación entre Doña y Falcó ninguno de los cinco hijos del aristócrata estaba a favor de ella. Incluso su hija Tamara puso distancia con su padre debido al malestar con su 'madrastra'. Pero el rechazo de sus hijos no es el único problema que han tenido que superar. Una gran bronca entre ellos en un hotel salió a la luz el verano pasado y se conoció que el marqués tuvo incluso que pasar la noche en comisaría. Una noticia que manchó su imagen y surgieron rumores sobre su matrimonio durante un largo tiempo.
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    Su último 'viaje', unidos

    A pesar de las complicaciones y los baches íntimos, la pareja se ha mantenido unida y Esther Doña no ha faltado al lado de su esposo desde que ingresara de urgencia el pasado jueves 19 de marzo en el hospital tras verse afectado por el coronavirus. Justamente en pleno Día del padre, una fecha que siempre estuvo marcada para él.