Paz Padilla (50 años) es una española más confinada en su casa por orden del Gobierno tras haber decretado el estado de alarma a causa del coronavirus, la pandemia mundial que está zarandeando todo el planeta Tierra y muy concretamente a este país. Pese a que la única excusa justificada para salir de tu hogar habitual es la de ir a comprar comida, ir a la farmacia o ir a trabajar, la gaditana apenas sale, pues se encuentra dentro de la primera tanda de presentadores de Mediaset que estarán, a priori, más tiempo de la cuenta en cuarentena.
En las últimas dos semanas Paz no ha acudido a su puesto de trabajo por el protocolo interno marcado por el grupo de comunicación al que está vinculada profesionalmente. La responsabilidad de presentar Sálvame Limón, Naranja y Tomate ha recaído sobre Jorge Javier Vázquez (49) y Carlota Corredera (45). Pero, ¿qué ha estado haciendo Paz Padilla durante estos 15 días encerrada en su impresionante chalé de la exclusiva urbanización El Bosque?
JALEOS ha hecho un exhaustivo seguimiento de sus pasos y conoce todos los estados vitales por los que ha atravesado en este tiempo: guerra con sus seguidores de Instagram, denuncias sociales y también, cómo no, solidaridad. Esta es la cronología del confinamiento de Paz Padilla.
1. Guerra en redes
Durante los primeros días de encierro en casa, Paz avisó de que aprovecharía para publicar en su galería fija de Instagram algunas fotografías a las que anteriormente no había podido darles salida. Debe ser que algunos de sus seguidores no la escucharon en su momento, pues tras postear una imagen en casa de su hermana junto a su perra, Martina, ya empezaron los reproches. "Muy fuerte, otra que se fue a propagar el virus. A ver qué mentira cuenta cuando vuelvas a la televisión. Poco cívica. ¿Te crees por encima de los demás?", este es tan solo un ejemplo de las decenas de comentarios que recibió.
A este respecto, Paz no pudo callarse: "Es una foto de archivo de hace mucho tiempo en casa de mi hermana. No es de ahora". Con muy poco tiempo de diferencia, Padilla volvía a subir otra fotografía. Esta vez, de su viaje a Birmania. Y ahora sí, el título no dejaba lugar a dudas: "Volveré a viajar a través de mis fotos. Myanmar... Estoy en casa, ¿eh? Que nadie se confunda".
2. Denuncias sociales
"Estoy muy indignada". Con estas tres firmes palabras empezaba Paz Padilla en su primera semana de cuarentena un larguísimo vídeo en su cuenta de Instagram. La actriz cogió las riendas de su teléfono, dispuesta a denunciar la situación laboral de los trabajadores de una famosa compañía telefónica y del supermercado más cercano a su casa de Villaviciosa de Odón.
"Me han llamado ofreciéndome megas y les he dicho que sabía que no estaban trabajando en casa porque había muchísimos operados su alrededor. Les he dicho que tienen que trabajar desde casa porque tienen que protegernos a todos. Me decían que no, que estaban desde su casa. Se escuchaba perfectamente la gente a su alrededor", comenzaba relatando. "Vamos a concienciarnos. Esto así no va a acabar. Si todo el mundo se pasa por alto la alerta, esto va a ser interminable. Por favor, pensemos en grupo. Y los empresarios, si no queréis que esto sea una catástrofe, ¡tenéis que frenar ya! Por querer ganar dinero y no perder en estas semanas, esto va a durar ser meses. Empecemos a concienciarnos y proteged a vuestros trabajadores. No puede ser que estén trabajando sin mascarillas y sin guantes".
Para concluir, Paz quería denunciar públicamente la situación de las cajeras del súper donde suele hacer la compra: "La cajera me dijo que sólo tenían guantes y que por orden de su jefe, querían que se los quitaran porque no daban buena imagen. Ellos que se pueden infectar, las pobres... ¿Vamos a mirar la estética?".
3. Solidaridad
Ya en estos días corrientes, Paz Padilla, muy conciencia por el alarmante desabastecimiento del material sanitario y como profesional que trabajó durante años en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz como auxiliar de enfermería, ha querido contribuir cosiendo mascarillas en su propia casa. Ante la falta de estas herramientas tan necesarias para evitar el contagio y la propagación del coronavirus, Padilla ha recibido un kit de parte del Instituto Superior de FP Claudio Galeno para hacer mascarillas y enviarlas después a diferentes hospitales.
"Me pone todas las instrucciones y me trae una mascarilla patrón. Tengo que ponerme los gorros, la mascarilla y la bata desinfectada, ponerme guantes y desinfectarme con el gel", ha desvelado en un vídeo. Junto a su hermana María, que está pasando el confinamiento con ella y su hija Anna Ferrer (21), Paz ha desvelado, entre bromas, que le está viniendo fenomenal "el curso de corte y confección que me pagó mi madre".
Por el momento, entre todas las costureras repartidas por toda España y las donaciones de los grandes empresarios ya han conseguido hacer 500.000 mascarillas. Y en estos últimos días han empezado a coser batas. No descartan continuar con su labor casera en ayuda al personal sanitario, y por ende, también a la ciudadanía. Como dice el eslogan que ya ha viralizado en redes sociales: #RendirseNoEsUnaOpción.
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