Lucio Blázquez (87 años), el hombre que convirtió en un "lujo" los modestos huevos rotos en Casa Lucio (Madrid), está ingresado en un centro hospitalario de la capital aquejado de neumonía, según han informado este lunes a Efe fuentes próximas a la familia.
Un duro varapalo para el empresario hotelero, que el pasado mes de febrero perdió tras una larga enfermedad a su mujer, María del Mar García, con la que llevaba 59 años casados y con quien tuvo tres hijos, hoy al frente del negocio familiar, que aumentó con la apertura de la taberna Los huevos de Lucio, también en la castiza Cava Baja madrileña.
Abulense de nacimiento, en 1974 abrió Casa Lucio, donde tuvo el "atrevimiento" de llevar a la carta de un restaurante, un plato mejorado de su abuela: huevos rotos.
"Entonces parecía una cosa de pobres, para llenarte mojando pan, y ahora es un lujo", que han saboreados premios Nobel, reyes, presidentes, futbolistas, actores, cineastas, escritores y turistas.
A lo largo de su dilatada trayectoria como tabernero ha recibido múltiples reconocimientos, como el premio Embajador de Madrid otorgado por la Comunidad Autónoma o el que la Academia Madrileña de Gastronomía le concedió al Plato Castizo por su emblemática fuente de huevos fritos con patatas.
Lucio es el propietario del restaurante Casa Lucio, un conocido local ubicado en el corazón del barrio del Madrid de los Austrias y que ha conseguido convertirse en todo un emblema de la capital. Por sus mesas han pasado desde miembros principales de casas reales hasta estrellas de Hollywood y por presidentes de Gobierno. En sus paredes cuelgan fotos, por ejemplo, del rey Juan Carlos I (82), el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton (73) o el mismo Tom Cruise (57).
Lleno de vitalidad, el empresario aseguró el verano pasado que se sentía orgulloso de su carrera profesional: "Soy un trabajador de hostelería sin más maestro que fijarme mucho y copiar lo bueno. Pero lo que soy es el mejor relaciones públicas de España. Bueno, el segundo mejor después del Rey (Juan Carlos (82)), que es un fenómeno", explicó en una entrevista con El País.
Dos meses duros
La noticia del ingreso de Lucio Blázquez en un hospital de Madrid a causa de una neumonía se conoce solo un mes después de que su mujer falleciera tras batallar contra una larga enfermedad.
María del Mar García fue su gran compañera de vida y su gran apoyo tanto en lo bueno como lo malo que les tocó afrontar en los casi 60 años que estuvieron casados (estaban a punto de celebrar sus bodas de diamantes).
Preguntado por cómo era su esposa, Lucio solo encontraba bonitas palabras para describirla: "La tía más guapa del mundo y la más trabajadora, la que ha hecho que yo tenga tres hijos maravillosos, guapos, con carrera y yo sea el hombre de los más famosos que ha dado este país". Tanto era su amor y su estima hacia la mujer que estuvo a su lado la mayor parte de su vida, que el empresario hostelero llegó a afirmar: "Si yo no hubiera conocido a mi mujer yo no hubiera sido Lucio".
"Yo podía haberme separado 25 veces, pero me he sabido sujetar", confesó el tabernero (como le gusta que le llamen) en una ocasión, a la vez que admitía que de todas las mujeres que han pasado por su restaurante, la que más le impresionó fue Jane Fonda (82).
Lucio y María del Mar tuvieron tres hijos: María del Carmen, Fernando y Javier. Todos ellos se licenciaron en derecho, pero el amor por la hostelería corría por sus venas y finalmente se decidieron a abrir tres restaurantes que siguieran la misma filosofía que la de su padre: platos sencillos de alta calidad.
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