El mundo de la música de nuestro país continúa de luto por la repentina muerte de Luis Eduardo Aute a los 76 años, dejando huérfana a gran parte de la cultura nacional. Todavía conmocionada, la presidenta de la SGAE, Pilar Jurado (52 años), cuenta cómo fueron sus últimos días. Asegura que es una pérdida enorme y que su familia está muy hundida, a lo que se suma que no le han podido dar el adiós que se merecía. Además, Pilar confiesa cómo se enteró de la triste noticia y cómo se encontraba el cantautor en sus últimos días de vida.
Pilar, ¿qué puede decir del fallecimiento de Luis Eduardo Aute?
Qué voy a decir, es una pérdida de uno de nuestros más originales y especiales artistas y en ese caso también a nivel personal, una tristeza infinita.
¿Cómo se enteró de la noticia?
Me llamaron muy rápido, desde la SGAE. Mi madre también en cuanto tuvo la noticia rápidamente me mandó un mensaje, nos pusimos en contacto con su familia y en situaciones así la SGAE siempre cuida de sus socios. En este caso no podíamos hacer la capilla ardiente, pero nos pusimos a disposición de la familia.
¿Cómo se encontraba él?
Él tuvo un infarto y un ictus y toda esa situación la tuvo durante más de dos meses en coma y cuando salió ya quedó con las facultades muy mermadas, realmente ya nunca pudo ser el Eduardo que conocíamos antes. El problema es que esa situación realmente con lo que estamos viviendo ha hecho que se precipitase algo que hubiese estado por más tiempo, pero es cierto que hubiese sido una especie de segunda muerte. La primera ya tuvo lugar en el 2016 cuando tuvo aquel infarto y lo duro que fue en aquel momento. Todos pensábamos que lo perdíamos y, bueno, al menos le teníamos ahí, pero ya no era el mismo.
¿Cómo está la familia?
En ese momento, la verdad es que he estado más comunicándome a través de los WhatsApp que hablando con ellos. Tanto a su mujer como a su hermano obviamente les hemos mandado también todas las cartas de condolencias porque es mucho lo que se le quiere, desde todas las unidades de gestión de la SGAE. Era alguien muy especial para todos nosotros, una persona que de una forma o de otra había tocado a lo largo de su vida a muchísima gente y tengo el recuerdo de todo el cariño, él siempre fue conmigo tremendamente cariñoso. En una ocasión, incluso, me dijo que tenía una canción a la que le vendría fantástica unas voces helénicas.
Tengo este retrato como cosas maravillosas que me ha dejado, él siempre ha sido muy generoso con todos y con muchísimo talento. Luego tuvo otro detalle súper maravilloso en uno de mis últimos discos en el que dijo unas palabras sobre mí y me consta que él me quería mucho y yo a él. Me alegraba mucho lo que hacía y cómo lo hacía. Son momentos que quedarán para siempre en el recuerdo de cómo era y lo sarcástico que era con algunas cosas, lo inteligente que era, lo profundo que era dentro de sus ironías. Ese afán por amar la belleza, la vida y el amor.
Qué duro también para su mujer y sus hijos no poder despedirle cómo se merece
Sí. Eso no es solo para ellos, también para todos los que le queríamos y le queremos. Al final la gente que ha pasado por nuestra vida de una forma tan especial se hace eterna. Es verdad que alguien tan grande no se puede ir sin su homenaje, yo ya te digo que desde la Asociación de Autores vamos a promover que se le haga un homenaje en cuanto se pueda. Ya se hizo algo; muchos artistas se unieron con él en vida, pero creo que se merece ese homenaje que se le hace a todos los grandes cuando se van. Incluso hablé con Luis Cobos (72) para que tanto desde AIE como con SGAE juntos hagamos algo especial para él.
¿Cuáles fueron sus últimas palabras con Aute?
La última vez que le vi estaba hablando de lo bien que había salido todo en la última grabación que había tenido, de los proyectos que teníamos juntos, si habíamos engordado o adelgazado, cosas así, las cosas habituales. Las últimas conversaciones que se tiene con la gente a la que tienes cerca, como nadie espera que pase nada, suelen ser palabras con mucho cariño, pero poco trascendentes. Piensas que vas a volver a verlo. Lo más importante es mandar todo nuestro cariño a Marixu, a su hijo, a su hermano, a toda la gente que le quería y que estaban cerca de él.
Qué gran amor el de Marixu
Muy grande. Creo que es una mujer a la que ha amado profundamente, con todas sus virtudes y con todos sus errores también, así es cómo hay que amar. Cuando se ama a alguien se tiene que amar con todo y ella lo ha hecho de una forma absoluta toda su vida.
Tiene que estar abatida
No podía coger el teléfono, yo intenté hablar con ella pero tenía el teléfono desconectado, me consta que ella está ahora mismo que no puede ni comunicarse.
¿Sabe cuál era la última voluntad de Eduardo?
No lo sé exactamente. No te puedo decir, no tenía tanta intimidad como para saber eso.
¿Cómo cree que se le va a recordar? Muchas veces no se les reconoce hasta que se les dice adiós para siempre
Pues, mira, no sé. Yo te puedo decir que algunos temas que nos ha dejado son grandes himnos para mucha gente. Yo he estado en muchos conciertos suyos y he visto cómo la gente le quería y cómo de alguna manera le jaleaban. Todas esas canciones que se han convertido en un himno son canciones que seguirán estando en nuestra memoria y se le recordará como el gran seductor a todos los niveles y como esa persona que era mucho más profundo de lo que aparentaba. No sé, creo que los que le hemos conocido sabemos que era una gran persona con sus defectos y sus virtudes.
Una virtud y un defecto de él
Yo soy más de acordarme de todas las cosas buenas y lo que te diría es que era una persona muy cercana y que realmente cuando hablabas con él te dabas cuenta de lo importante y lo profundo que era. Creo que era una persona generosa con los demás en muchos aspectos. Yo me quedo con todo lo bueno.
¿Él era consciente del cariño que se le tenía?
Creo que él hasta el último momento, hasta antes de que le diera el infarto que es cuando ha sido consciente de su vida, hasta ese momento ha sentido cómo le amaba profundamente su público. Siempre decía que sus conciertos eran largos porque le encantaba cantar. No había ninguno por menos de tres horas. A él le encantaba, la gente aguantaba ahí tres horas seguidas porque no querían perderse un momento de su gran artista. En ese momento, todo el tiempo que ha sido consciente de su realidad él ha sido consciente de cuándo se le quería.
¿Qué herencia le queda a sus familiares?
Creo que sus familiares son los que tienen que decir eso, cada uno puede hablar por lo que ha vivido, por su propia vivencia y yo no me puedo meter en la piel de su gente. Los que estábamos desde fuera hemos percibido todas esas cosas, imagínate lo que habrán percibido ellos. Ellos son los que realmente han vivido con el verdadero Eduardo.
En la música queda un gran vacío
Él era muy especial, más que en la música en esos mensajes, en esa forma de cantarle a la vida cotidiana, demostrarle al público lo que él pensaba, trasmitirles una filosofía de vida. Hablaba de cómo él vivía la vida, de cómo la sentía y cómo pensaba que había que vivirla. Hizo que la gente se pusiera a favor o en contra de lo que él decía.
Se va la persona pero se queda el corazón y el alma
Sí, como decían las últimas palabras que le escribí: será más difícil olvidarle que encontrar rosas en el mar.
[Más información: Muere Luis Eduardo Aute a los 76 años]