Adara Molinero (27 años) está más de actualidad que nunca después de su ruptura sentimental con Gianmarco Onestini (22) y tras la incursión de su expareja, Hugo Sierra (46), y su madre en Supervivientes. Casi todos los días ocupa minutos de televisión y todo lo que acontece en su vida es de interés mediático. Y, como no podía ser de otro modo, sus confesiones en su canal de Mtmad, Madre mía, by Adara, tampoco pasan inadvertidas. Su última entrega ha sido de lo más comentada y controvertida: sus operaciones estéticas.
Ella misma conoce del interés que despierta esta cuestión y así lo explica nada más arrancar la emisión: "Bueno, bueno, bueno, lo que ha dado de sí este tema. Hoy por fin voy a hablar de los retoques que me he hecho". Muy a favor de las cirugías, Molinero ha comenzado su explicación por sus pechos: "Me operé el pecho. Tengo que deciros que le pedí al cirujano que me pusiera poco, porque a mí me gusta el pecho muy pequeño. Las tallas 85 B o C, muy finas a mi modo de ver". Pero no salió como ella se esperaba.
Por eso, no descarta volver a pasar por quirófano: "Pues, sinceramente, me las veo enormes, pero no pasa nada. He pensado muchísimas veces en quitarme, porque me veo demasiadas y no me gusta. No vayáis al sitio al que fui. ¿Que si lo voy a hacer? Probablemente sí, me volveré a operar y me dejaré le pecho pequeño". Tiene claro que lo hará solo cuando su madre regrese de Supervivientes 2020. "Pero, claro, para esas cosas necesito a mi madre al lado y que me cuide. La otra vez me tenía que bañar ella, curar ella, porque al verme la herida me mareaba. Fue tremendo".
Y reflexiona lo que sigue: "Me arrepentí muchísimo, ojalá pudiera volver atrás". Y, palpándose los senos, explica: "En el izquierdo tengo poquita sensibilidad. La cicatriz me la dejaron fatal, me hicieron una auténtica carnicería". Y lanza un consejo, por experiencia propia: "Estoy a favor de las operaciones, siempre con medida y precaución".
No solamente de sus pechos se ha sincerado Adara con sus seguidores, también sobre otros pequeños retoques. En concreto, dos. En primer lugar, la que fuera ganadora de GH VIP 7 se ha inyectado bótox en la frente con un claro objetivo: "Para parar las arruguitas, ya que cada vez van siendo más y hay que ponerles freno". Además, también se ha puesto "un tipo de ácido especial para las ojeras". Un remedio del que solo puede hablar maravillas: "Es algo increíble, como si hubierais dormido tres meses seguidos. Para los que estáis cansados o agotados es algo maravilloso".
Una de las incógnitas que hasta la fecha habían circulado por los mentideros de la prensa es si Adara se había retocado los labios, algo que ella ha aprovechado para desmentir de pleno: "Nunca me pondría labios porque yo tengo unos labios normales, lo que pasa es que me gusta resaltarlos pintándomelos. Cuando me los pinto parecen un poquito más grandes y con más volumen. No me pondría, además, porque puede pasarnos como a Violeta, que tanto pincharse la cara se te empieza a deformar un poco. No sé qué necesidad tenía de ponerse tantas cosas". Tampoco se operaría en la vida el trasero: "Cuando las veo me dan grima. Se nota mucho, es muy grande la diferencia que hay de arriba a abajo".
En esa línea, se sincera sobre su modelo favorita: "Me encanta Jessica Goicoechea (24), por ella hasta me cambiaría de acera. Bueno, no, eso es broma". En resumidas cuentas, en lo referente a las operaciones Adara remata: "Lo más importante es que no parezcas otra persona. Que tu cara tenga su esencia, que la conserve. Que no se modifiquen tus rasgos, porque cada persona es diferente. Y si al final acabamos siendo todos iguales, ¡qué aburrido! Me gustan los retoques pequeños, que la gente no sepa ni qué te has hecho".
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