El pasado 20 de septiembre Sandra Gago (23 años) y Feliciano López (38) se daban el 'Sí, quiero' en una ceremonia totalmente blindada en Marbella. Un enlace que fue organizado al detalle por la propia joven, planificándolo a conciencia durante los meses anteriores. Le apasionó tanto la experiencia, que solo una semana después de su boda decidió matricularse en un curso de wedding planner de 2.300 euros. Acudió presencialmente cada fin de semana al Conde Nast College de Madrid durante dos meses y logró su titulación. Así, desde el 2 de enero forma parte del prestigioso equipo de Sophie Kors.
Esta empresa anunció públicamente el fichaje de la modelo en sus redes sociales y emitiendo un comunicado institucional. Desde entonces no han desaprovechado la faceta mediática de la joven. El equipo directivo del negocio solo constaba hasta hace tres meses de dos mujeres, y ahora Gago es la tercera ejecutiva del business. Gracias a esta posición de lujo, nada más llegar alteró la forma de trabajar del lugar y enseguida compartió fotos de su boda en los perfiles sociales de la empresa.
Su enlace estuvo organizado y gestionado con la ayuda de Sophie Kors por lo que no es de extrañar que quisiera presumir del resultado final de la mágica cita, ya que además fue ideada al milímetro por la propia Sandra. Ese don para preparar bodas le ha valido para fichar por una de las compañías nupciales más destacadas del sector, y la mujer del tenista no se cansa de mostrar lo orgullosa que está de su trabajo.
Tanto es así que durante el confinamiento la joven no ha parado de trabajar y ha colaborado con diversas publicaciones ofreciendo consejos para los novios que contraigan matrimonio en las próximas temporadas. También ha concedido entrevistas siempre ligadas a su ámbito profesional y ha ofrecido sus conocimientos a revistas especializadas para detallar, por ejemplo, las diferencias entre bodas de verano y bodas de invierno.
Pero lo que más ha llamado la atención de la predisposición absoluta de Sandra Gago por su nuevo trabajo, es la implicación personal que está mostrando. Hasta el punto de que ha colgado en la web las fotos de su boda a modo de ejemplo, como si de un catálogo se tratase, para que los futuros novios -y clientes- puedan imitarla o buscar inspiración en ella.
Mientras medio planeta está confinado, la empresa de wedding planner ha decidido sacar a la luz así los secretos de la boda de Sandra y Feliciano -con el consentimiento de la novia, claro-. Se ha podido descubrir lo que hay detrás de su temática ambiental, la disposición de las mesas de familiares y amigos, hasta sus todas sus opciones para la fiesta posterior.
Bajo el título "Una boda en Marbella" en el apartado de portfolios de enlaces que ha llevado a cabo la compañía, se presentan 21 fotos inéditas del día más especial del tenista y la maniquí. En la primera imagen se pueden apreciar los detalles que van a destacar en la puesta en escena del 'Sí, quiero': flores blancas, vegetación exótica, colores pastel y el lujo presente en los complementos como zapatos Jimmy Choo o joyas de Rabat.
Esas ideas quedaron reflejadas durante la boda. Las palmeras gigantes y la ambientación centrada en la majestuosidad de la naturaleza fueron los grandes protagonistas del lugar escogido por los novios para su unión. El mobiliario se guió por ese toque natural, sin artificios, y se mostraron sillas de mimbre y bambú, muebles lacados en impoluto blanco y mucho cristal, nada de plástico ni cartón.
La propia Sandra adelantó meses antes de su matrimonio, que buscaba crear una boda sin ostentaciones, íntima pero con mucho gusto, y lo logró. Nada de decoraciones barrocas ni un elemento más del debido. La organización del evento nupcial destacó por no tener excesos, sino solo lo esencial. Lo único que brotaba sin límites era la vegetación, las flores, plantas, arbustos y pequeños ramos que decoraban los platos de cada comensal. Incluso los paneles explicativos para la división de mesas eran pósteres con hojas tropicales estampadas.
La música también estuvo muy presente en la boda. Durante la ceremonia íntima reinaron las notas clásicas del gran piano blanco que se presentaba detrás del altar; pero una vez cayó el Sol y justo después de cortar la tarta nupcial, unos mariachis rodearon a los novios para deleitarles con rancheras que sacaron la vena más divertida de Feliciano López. Ya con la luna brillando en el estrellado cielo marbellí los DJs se hicieron con el mando musical y fueron los encargados de poner el broche de oro a una de las bodas más exclusivas del pasado verano. Una boda que ahora sirve de ejemplo para muchos futuros novios, quienes pueden, además, solicitar los servicios de la mismísima protagonista de aquel día, Sandra Gago.
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