Anabel Pantoja (33 años) se encuentra pasando el confinamiento en Canarias junto a su pareja y futuro marido, Omar Sánchez (33). Desde que se decretase el estado de alarma, se ha incrementado exponencialmente el uso de las tecnologías. Así, Tiktok, las videollamadas, los vídeos de las influencers entrenando... Todo eso ha comenzado a formar parte de la rutina de los españoles. No obstante, si durante esta pandemia ha habido un personaje patrio capaz de epatar a los demás, de divertir y divertirse a través de las redes sociales, esa ha sido (y es) Anabel Pantoja. La sobrina de Isabel Pantoja (63) se ha convertido en este tiempo de encierro forzoso en toda una revelación para sus seguidores de Instagram.
Siempre con una sonrisa en la cara, con el sentido del humor a punto y con ganas de animar a sus fans, la colaboradora de Sálvame no para quieta: ha aprendido a cocinar, ha imitado las fotos más icónicas de Kim Kardashian (39) y, cómo no, se ha abierto un perfil en Tiktok en el que comparte cada cierto tiempo protagonismo con su pareja Omar. De hecho, desde que España está en cuarentena el joven ha adquirido un mayor protagonismo en redes sociales gracias a su novia. Pero, más allá de estos quehaceres domésticos, uno de los entretenimientos que más aceptación tiene entre el millón de seguidores de Anabel es su manera de hacer ejercicio.
Ella suda, se despeina, se desgañita, para al borde de la asfixia e interactúa con los que la llaman gorda. Se encara con ellos y ha sido esa naturalidad la que la ha convertido en toda una 'estrella de la cuarentena' y 'reina del body positive', como la han definido los que la siguen con fervor. Ahora bien, cabe destacar que se ha producido un notable cambio en la actitud de Anabel como influencer en la red. Y es que, antes la prima de Kiko Rivera (36) no era así de espontánea y cercana. De llana.
De hecho, hace un tiempo JALEOS se puso en contacto con la agencia Influgency -especializada en el estudio de influencers, bloggers, instagramers y youtubers-, y desde allí se fue claro. Si bien gana bastante dinero gracias a las promociones de productos que hace en Instagram -2.000 euros por post y 21.000 por cada vídeo que cuelga-, la joven tenía un importante handicap: su falta de interacción con el público. Su actitud relativamente pasiva en la red por entonces. Es decir, tan solo se limitaba a subir la foto y no interactuaba con sus seguidores más allá de para aclarar "cosas negativas", como su celulitis.
Eso ahora ha cambiado y de forma sorprendente. Desde que empezó el confinamiento ha espaciado visiblemente los post meramente publicitarios en su red social, se ha centrado en entretener y animar y ha dejado de lado su parte más superficial. Eso se puede apreciar, claramente, en los atuendos que luce desde que está confinada en casa: chándal, deportivas, ropa cómoda y práctica, e incluso luce en pijama con más frecuencia que antes. Todo ello, sin duda, han sido factores a favor que la han acercado al público. Tanto que en los últimos meses la joven ha experimentado una gran subida de seguidores, que supera el millón.
Con el objetivo de conocer una opinión experta acerca del comportamiento y el perfil influencer de Anabel, este periódico se ha puesto en contacto con la experta en imagen Ana Iriberri. Esta profesional tiene claro cuál es el punto fuerte de la sobrina de Pantoja: "Anabel ha sabido ganarse a su público, y las cifras lo demuestran. Ha creado un estilo basado en su 100 por ciento natural, algo a lo que no todo el mundo se atreve y el público sabe agradecerlo. Su cercanía y naturalidad convierten a Anabel en un personaje real, algo que en las redes sociales no siempre se ve. Muchos influencer son criticados por exceso de pose o artificialidad".
Claro está, es evidente que Anabel ha contado con la 'ayuda' del confinamiento para ese ascenso tan grande en la red a nivel de influencia: "Sin duda alguna, el confinamiento ha provocado una mayor interacción en ambos sentidos, y sobre todo ha permitido conocer a muchos personajes en su entorno mas íntimo, lo que les ha permitido acercarse a sus seguidores, que han podido comprobar que muchos de ellos llevan una vida muy similar a la suya".
Para terminar, Iriberri se sincera sobre las parcelas en las que debería mejorar Anabel en su 'carrera' en las redes: "En cuanto a la imagen que proyecta, está claro que en lo referente al trato y a la forma de relacionarse con los seguidores lo hace muy bien y sabe cómo ganarse a la gente. Las críticas le han venido siempre por la parte de su aspecto físico; está claro que Anabel se diferencia de la mayoría de las influencer más top precisamente en eso… Lógicamente, su imagen física y estilo podrían evolucionar, pero tendría que tener cuidado de no perder su esencia. Es probable que en un futuro asuma algunos cambios, ya que hoy un día un personaje tan expuesto a los medios como lo está ella recibe numerosas críticas y en su caso van siempre en el mismo sentido, algo que no siempre es fácil de gestionar".
Su otra evolución: la estética
Fue en diciembre de 2019 cuando este medio se hizo eco de la última operación estética de Anabel. Llegaba al plató de Sálvame con unas facciones ligeramente cambiadas; unos protuberantes pómulos y unos labios más carnosos de lo normal. Lo que pocos conocían entonces es que ese mismo día se había sometido a un nuevo retoque estético. JALEOS lo pudo confirmar con Clínicas Diego de León, el centro donde la sobrina de Isabel Pantoja pasaba por boxes. La joven se había sometido a un Efecto Contouring, se puso ácido hialurónico en los labios para hidratar y Total Eyes para eliminar ojeras. Esta no es la primera vez que se somete a un arreglo. De hecho, hay quien ya habla de obsesión por su aspecto.
En julio de 2019, la colaboradora de Sálvame decidió colocarse una ortodoncia estética de zafiro en un centro de Triana, en su Sevilla nata. Se trataba de una ortodoncia fabricada a partir de una variedad del zafiro, un mineral trasparente y de gran dureza. Son tan discretos que son difícilmente perceptibles, a media distancia no se ven y de cerca se pueden percibir ligeramente, por eso están destinados a aquellas personas que cuidan mucho su apariencia estética, como Anabel, que trabaja de cara al público y en dos medios tan exigentes como son la televisión y las redes sociales.
El precio de un tratamiento con brackets de zafiro depende de la complejidad del tratamiento, y de la duración del mismo (el tiempo medio de duración de una ortodoncia está entre 18 y 24 meses.). En función de esto, el precio a pagar varía. Un año tiene un valor de 3.020 euros (en el más barato de los casos), pero debido a que el periodo medio es de mínimo de 18 meses, el precio ascendería a 4.530 euros, y se podría prolongar 6 meses más, hasta llegar a la cifra de 6.040 euros.
La sobrina de Isabel Pantoja ha combinado estos tratamientos con el balón gástrico. En el año 2012, Anabel se sometió a una operación de implantación de banda gástrica que la ayudó hecho que la colaboradora haya perdido más de 20 kilos. El problema es que en 2018 recuperó parte de ese peso, por lo que este 2019 se la ha reajustado hasta en dos ocasiones (la primera en enero, y la segunda en octubre) para combatir sus problemas de peso.
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