Mireia Varela (35 años), expareja de Gabriel Rufián (38) y madre de su único hijo, Biel (8), sigue guardando silencio mediático pero continúa más activa que nunca en sus redes sociales. Desde el pasado 1 de enero, momento en que publicó una desgarrada carta de desamor dedicada al diputado de ERC en el Congreso, Mireia ha ido regalando posts cargados de profundas frases que dejaban entrever que aún no había superado su ruptura con quien fuera su pareja durante casi diez años.
Pero a principios del mes de marzo todo cambió. Ella misma se encargaba de confesar públicamente que tenía una "nueva ilusión". Una persona de la que prefería no desvelar su identidad pero sí su tendencia política. Con una foto de dos manos entrelazadas, Mireia dejaba claro que las ideologías no entendían de romanticismo y ahora su nueva razón de amor era militante de Vox, a tenor de las pulseras que lucía en su muñeca con el logo del partido de extrema derecha y la bandera de España.
Todo se ha vuelto a romper. Hace apenas unas horas, Mireia Varela lo ha vuelto a hacer, ha escrito una desgarradora misiva donde ha desvelado que lo suyo con su pareja no tendrá una segunda oportunidad. "Me ilusioné mucho, es cierto. Volví a tener esperanzas, pero me diste todos los motivos que necesitaba para enamorarme. Confié, me dejé llevar de tu mano. Todo parecía tan fácil cuando tú lo decías y empecé a soñar. Pero a veces no sueño lo mismo que tú", comienza la carta.
Y continua: "Me encantaba perderme en tu conversación y escucharte durante horas. Me hubiera gustado vivir más, apurar el último segundo y alargar nuestro abrazo. Me moría de ganas de reencuentro, pero yo sé que eso no va a suceder. La realidad es que no hay finales de película, solo vida y la muy puta veces es demasiado real".
Mireia vuelve a reencontrarse con los fantasmas de su pasado y dice volver a sentirse sola y con la necesidad de una llamada o un mensaje: "Me siento cada noche en el borde de la cama esperando una llamada, un mensaje que sé que no va a llegar y me siento tan idiota, tan débil otra vez... Es verdad que puedo comer, reír, ver la televisión (menos películas de amor), salir a la calle sin llorar... Pero todo lo hago con un vacío en el pecho y con la apatía de saber que estoy fingiendo. Me engaño a mí misma, no estoy fuerte, solo hueca por dentro. Te extraño. Extraño ese corazón verde en mis notificaciones de WhatsApp. Extraño esa forma de decir 'que va' tan característica tuya y que aún me arranca una sonrisa entre tanta lágrima. 'Que va, que va'... Extraño esos 'te quieros' espontáneos tras la cortina de la ducha que me hacían enmudecer durante minutos. Extraño discutir de cómo íbamos a arreglar el desastre del mundo".
Para concluir, el golpe final: "La gente dice que cuando echamos algo en falta tendemos a idealizarlo. A mí no me ha hecho falta. Hasta los defectos que tuvieras (que alguno tendrías) eran perfectos para mí. Yo lo quería todo: lo bueno y lo no tan bueno. De eso se trata querer a alguien. Cuando quieres a alguien lo quieres con todo. Así te quería yo: con todo".
Como filóloga y apasionada de la Literatura Hispánica, Mireia nutre de poemas escritos por ella misma sus redes sociales. El último que ha compuesto parece tener un claro destinatario, teniendo en cuenta que sigue utilizando el corazón verde -el color de Vox- y las palabras "qué va, qué va", códigos íntimos que tenían entre ellos. Los versos dicen lo siguiente: Quizás el amor sea / seguir escribiéndote / en todo momento /a sabiendas de que / ni siquiera me leerás.
Tal y como ella misma ha comentado junto a la bonita fotografía de los versos escritos a mano, se trata de "versos confinados". "Disculpe las horas, mi corazón pregunta por usted, ¿qué le digo? - Que se acueste", han sido las palabras con las que Mireia Varela ha acompañado a la instantánea, añadiéndole el hashtag #avueltasconelcuaderno y el corazón verde que hoy permanece roto en mil pedazos.
[Más información: La "nueva ilusión" de Mireia Varela: da la mano a Vox para dejar atrás a Rufián]