Cuando Isabel Preysler (69 años) se casó con su segundo marido, Carlos Falcó, la socialité pasó a ser conocida como marquesa de Griñón. Cuando se divorció, el título se evaporó. Sin embargo, cuando el pasado 20 de marzo el noble falleció a causa del coronavirus, dejó atado y bien atado la distribución de sus títulos nobiliarios.
Manuel Falcó (56), el primogénito, será marqués de Castell-Moncayo con grandeza de España, mientras que su hermana Xandra (53) ya era marquesa de Mirabel desde el 2001. Ambos son fruto de su primer matrimonio con Jeannine Girod. Con su segunda esposa, la multimediática Isabel Preysler, tuvo a Tamara Falcó (38), que ha heredado el marquesado de Griñón, uno de los rangos aristocráticos más conocidos en la prensa del corazón.
De momento, se desconoce qué otros títulos podrían tener los hijos pequeños de Carlos Falcó, Duarte (26) y Aldara (23), nacidos de su tercer matrimonio con Fátima de la Cierva (60), tan discreta como noble, ya que es bisnieta del duque del Infantado y hermana del marqués de Terranova. "Seguramente, se buscará algún título para los más jóvenes por el lado materno", agrega el historiador Jonathan Iglesias, consultado por JALEOS.
Tamara es uno de los personajes más queridos del corazón por su voz y ademanes pijos, su sonrisa perenne, sus meteduras de pata, su fragilidad y su buena disposición. Sin embargo, cuando oficialice su nuevo estatus social, ¿cambiará su personalidad? o lo que es más importante, ¿qué significa ser marquesa (de Griñón) en pleno 2020?. El citado experto interpelado por este periódico, autor del libro Alfonso XII: cartas de un rey adolescente, responde a todas estas pregunta.
"En la actualidad, el noventa por ciento de la nobleza pasa desapercibida. Lo que le va a conllevar a Tamara es el peso histórico, la dignidad, la consideración social y toda la tradición que hay detrás", asegura Jonathan. A lo largo de los últimos años, Isabel Preysler ha ido enseñando a su hija cuál es el secreto para acudir a los saraos de postín más relevantes de nuestro país porque quiere que ella sea su sucesora en el papel cuché. De ahí que el joven historiador afirme que "el título le servirá para aparentar en una fiesta, en el evento le darán más solemnidad, las invitaciones en papel o las convocatorias de prensa serán como más sobrias, será tratada como Ilustrísima Señora y a nivel monárquico ha de tener una lealtad inquebrantable a la corona. Pero Tamara ya era así. Era tan borbónica como su padre".
La duda está en cómo se comportará a partir de ahora Tamara: "No sé cómo ejercerá, ella más bien es una socialité", dice Jonathan que añade que "lo que está claro es que Esther Doña será siempre la marquesa viuda de Griñón". Ésta última ya ha manifestado su intención de abandonar el palacio de El Rincón ubicado en Aldea del Fresno (Madrid) para trasladarse al piso alquilado que el matrimonio tenía en el centro de la capital. "No veo a Tamara viviendo allí porque es muy cosmopolita", remata el estudioso en temas dinásticos. Seguramente tampoco se dedicará a comercializar los excelentes vinos y aceites que producía su progenitor y, quizás, "sí que desarrolle su faceta como organizadora de eventos para bodas en El Rincón".
Curiosamente, con Tamara se cierra el círculo ya que el marquesado creado por Isabel II en 1862 recayó por primera vez en una mujer, María Cristina Fernández de Córdova y Álvarez de las Asturias-Bohorques, casada con Fernando Manuel Ramírez de Haro Bellvis de Moncada, conde de Villariezo y tatarabuelo del marido de Esperanza Aguirre (68). El matrimonio no tuvo descendencia y el título pasó a un sobrino nieto, Joaquín Fernando Fernández de Córdova, que se lo pasó a su hijo Gonzalo, fallecido en la Guerra Civil. Por tanto, el marquesado volvió a Joaquín y en 1955 lo heredó Carlos Falcó. "Fue un título de rebote", matiza el historiador.
Lo que sí está claro es que el difunto Carlos Falcó procedía de una familia multimillonaria ya que la familia de su abuela, Carlota Escandón –ahijada de la emperatriz Carlota de México-, pertenecía a la burguesía económica que hizo fortuna con la construcción del ferrocarril en México durante la Revolución Industrial. Una vez más, la aristocracia del dinero se casó con la aristocracia de sangre azul. Los Falcó más importantes tienen su origen en el siglo XVI en el reino de Valencia, se metieron rápidamente en la corte y se casaron muy bien. "De hecho, el padre de Carlos era primo hermano del padre de Cayetana de Alba", apostilla Jonathan. De ahí que no resulte extraño que el padre de Tamara naciera en el palacio de Las Dueñas en Sevilla.
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