El nombre de Cristina García Ramos (70 años) siempre estará vinculado a la prensa del corazón gracias a su trabajo en el espacio de TVE, Corazón, Corazón. Esta presentadora y periodista canaria fue una de las pioneras en informar sobre asuntos de crónica social y de contenido rosa, pero siempre desde un punto de vista blanco y amable. Ese era el sello de este programa que marcó un antes y un después y que, con otro nombre, otra escenografía y otras presentadoras, ha sabido mantenerse fijo a lo largo de los años en antena. De hecho, tan solo en la actualidad se encuentra paralizado, pero debido al coronavirus.
García Ramos fue de las primeras que se abrió paso en televisión abordando la vida de los famosos patrios e internacionales, pero siempre con rigor, respeto y autenticidad. La presentadora condujo durante más de una década el mítico programa y su rostro se colaba cada fin de semana mezclando actualidad, corazón y moda. En la memoria de muchos quedará la primera vez que el programa Corazón, Corazón entró en el palacio de Liria con la Duquesa de Alba. Hitos detrás de los cuales se encontraba García Ramos como rostro visible.
Sin embargo, cuando Cristina desaparece de la pequeña pantalla estatal poco o nada se sabe de ella. Fue en 2008 cuando se le comunicó que entraba en uno de los ERE de la cadena pública, algo que supuso un shock para ella. Después de 30 años, la periodista canaria abandonaba RTVE para siempre. En la actualidad, está jubilada, disfrutando de su familia y reconoce que prácticamente vive alejada de la prensa del corazón y que su interés ya no es el mismo por este tipo de informaciones. Pero antes de detenernos en el presente, viajemos a su pasado.
Esta profesional comenzó su carrera en Canarias y después presentó varios formatos en TVE antes de Corazón, Corazón, como El Telediario, 300 millones y La víspera de nuestro tiempo. Pero su suerte laboral cambiaría, precisamente, con el espacio que más popularidad le ha reportado: Corazón. Cuando se produjo aquel desagradable ERE, Cristina tuvo que cogerse unas vacaciones forzosas. Regresó a Canarias, donde rápidamente le ofrecieron un programa de debate para presentar, Sin secretos.
En el mismo se trataban temas de interés para el archipiélago. Con ese programa, García Ramos cerró su carrera profesional. Fue un trabajo mucho menos encorsetado que el que presentaba en TVE y pudo darse a su público de forma natural y distendida. Ella siempre ha reconocido que le debe mucho a la televisión canaria, la cual le dio la primera oportunidad siendo joven cuando presentó Tele-Canarias.
Eso sí, Corazón, Corazón siempre estará en ella, en su corazón y recuerdo. Fue el primer programa en aparecer en la pequeña pantalla para contar la actualidad de los famosos nacionales e internacionales, todo un pionero que coincidió con maestría en cuanto a audiencias con su antípoda audiovisual, Aquí hay tomate. Dos formas de abordar un mismo contenido de manera completamente opuestas. Si bien el espacio de TVE logró adentrarse en Liria como uno de sus hitos del momento, también entrevistó en su plató a diferentes personalidades de la crónica social, como Raphael (77) e Isabel Preysler (69), con la que Cristina entabló una bonita amistad.
García Ramos supo imprimir su sello y su personalidad en el programa, su templanza y su sapiencia televisiva. Un legado que, años más tarde, supieron recoger otras presentadoras que ocuparon su puesto en el fin de semana. En su tirada diaria, se encontraba ya al frente desde 1997 Anne Igartiburu (51). En primer lugar, el puesto de García Ramos lo ocupó Sonia Ferrer (42) y, más tarde, Jose Toledo (57). Hoy, todo esto forma parte del pasado y el tiempo ha hecho que Cristina manifestase que en la actualidad no le interesan tanto las cuestiones del corazón como antes. Ahora vive completamente apartada, centrada en el bienestar propio y el de su familia. Continúa casada con el también periodista Diego Carcedo. La presentadora tiene una hija de su anterior matrimonio, Thais. Así, Carcedo es el segundo marido de Cristina García Ramos y se conocieron durante su etapa de RTVE. Ahora bien, si hay alguien en quien se ha volcado de lleno Cristina en estos años esos han sido sus nietos, Lara y Darío. Ejerce de gran abuela y, entre sus hobbies, está el cuidado personal y la lectura.
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